Tu felicidad, mi felicidad.

Ella se siente feliz, lo sé, lo noté mientras me contaba las peripecias de su "barrigota" ahora ya muy prominente, sonreí. Tengo ganas de verla y ver sobre todo el motivo de su inmensa alegría, hace días que las circunstancias no nos han permitido ni quedar a tomar un mísero café, parlotear de nuestras cosas, reir juntas… Es lo que tiene tener a tu mejor amiga viviendo a 60 km… Está el teléfono, está el mail, está el messenger, buff, no es lo mismo, para nada.
Atrás quedaron aquellos años de confidencias en el portal de su casa, bajo la atenta mirada desde la ventana del salón de su siempre preocupada madre, no vuelvas tarde, no lo haré, no, atrás quedó aquel rifirafe por un chico que nos destrozó el corazón a ambas, no pasa nada, nos lo volvimos a coser, atrás quedaron aquellas tardes escuchando a los Gun's and Roses, gritando a pulmón abierto la letra completa de "Sweet child of mine" como si se nos fuera la vida en ello, tardes o noches que aún a veces intentamos recuperar mientras el resto de nuestros amigos piensan que definitivamente nos volvimos locas por completo, qué importa, no importa, no, atrás quedó mi cara de sorpresa ante aquella inesperada fiesta de despedida, y aquella cazuela quemada con chocolate en el fregadero de mi cocina de estudiante en una madrugada intensa de las fiestas del Pilar, y no poder dormir en su ático, qué calor, era una terrible noche de agosto, y atrás quedó también lo de desayunar patatas bravas después de una resaca de "ainugen" buaggg, qué ricas e indigestas, no importa, da igual, no hay nada que no solucione un almax contenido en otro famoso botiquín, atrás quedó todo junto a otras muchas cosas, pero no importa, lo pasamos bien. Atrás quedó pero grabado en nuestra memoria.
Ahora toca escribir otros capítulos en más páginas en blanco de este libro que vamos construyendo, o reconstruyendo, depende. Ya hemos empezado a redactar las primeras frases, y poco a poco seguiremos con la labor, llegarán sus primeras noches sin dormir por culpa de "monchita", buff como se parezca a quien ya sabemos..., tal vez a mí también me llegue, ojalá -siempre pensamos que sería en esto la primera, pues no ya ves- vendrán nuestros primeros paseos por el parque infantil, tendremos otras noches, otros días, otras tardes, todo habrá cambiado: las caras, las gentes - algunos no conservan ni un ápice de lo que fueron, qué pena solemos pensar -las palabras, las etiquetas, los sentimientos, pero nuestra amistad no, la nuestra permanecerá, lo sé, lo presiento, porque hoy su felicidad es la mía.