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Mostrando entradas de enero, 2010

Ya queda menos...

El acontecimiento televisivo del año, que digo, de la década, que digo, del siglo se acerca... YA QUEDA MENOS!!!!

Las carga el diablo.

Emocionada estaba yo con el último gadget tecnológico con el que mi empresa me había obsequiado, una Blackberry Bold 9700 chulísima, con un montón de aplicaciones y conectividades varias que resultaban muy prácticas para estar "online" todo el tiempo. Y así de feliz y contenta estuve por el periodo exacto de una semana, sí sólo una semana, ¿pero qué es esto? Correos a todas horas, stress a todas, conectividad a todas horas, creo que en mi empresa alguien habrá creído que me pagan por trabajar las 24 horas de día y se equivocan de pleno, sólo cobro por las 7 horas de jornada que tengo. Por un momento me vi metida en la piel del protagonista de EL DIABLO SE VISTE DE PRADA, pero sin vestir de PRADA, qué terrible! Así que ayer mismo cuando se cumplían 7 días de mi posesión blackberriana decidí plantarme y como hizo Dios, o el mismísimo Guardiola, al séptimo descansé. Desconecté el aparetejo cargado por el mismo demonio a las 15.30, hora de mi salida del trabajo y hoy a las 08.00

Y yo me creía cinéfila...

La maternidad cambia la vida. En mi opinión la parte positiva gana a la negativa de calle. Pero si hay algo que no me gusta de la maternidad es que ya no puedo ir al cine casi. Algunos diran que no voy porque no quiero. Una puede dejar al peque con los abuelos o con una canguro e irse al cine con el maridito tan ricamente. Pero yo soy de las que piensan que trabajando toda la semana y sin poder estar todo lo que quiero con mi hijo, no es plan justo dejarlo también en otras manos el fin de semana. Así que salvo contadísimas ocasiones, las podría ennumerar con los dedos de las manos: un día para hacer compras en el IKEA cuando nos reformamos la buhardilla de la casa del pueblo, alguna que otra noche para salir a cenar con amigos y otras pocas para ir al cine (en concreto para ver SEXO EN NY, HARRY POTTER Y EL PRINCIPE MESTIZO y SI LA COSA FUNCIONA); mi hijo y yo somos inseparables en fin de semana. Y tan contenta estoy porque ya llegarán los tiempos en los que se irá de botellón y no que

Home fighters.

Empiezo a ver la luz al final del tunel. Ayer colocaron los muebles de mi habitación y también la mesa y las sillas de la cocina. Oficialmente podría trasladarme a mi piso nuevo porque tengo donde dormir y donde comer. Aunque mi marido se niega a ello hasta que no tengamos el elemento básico de cualquier hogar según él: el sofá. Y también faltan el resto de muebles del salón y los del dormitorio de mi hijo. Así que tocará esperar un poco más pero ya no queda tanto para que mi "pesadilla antes y después de navidad" acabe. Como ya vaticiné al principio de estos malos tiempos, mi vida como "homeless" no ha sido coser y cantar, ni de coña. Nunca me convenció tener que vivir en casa de la suegra y menos aún cuando ella volvió de sus vacaciones medicinales en el hogar de su hermana tras un periodo de convalecencia por una fractura de hombro. En total habré llevado aproximadamente unos tres meses viviendo en "territorio hostil", dos de los cuales con el "ene

La vuelta al mundo desde el salón.

Ahora se han puesto de moda los programas sobre viajes. Claro hay crisis, la gente no puede ver mundo en directo, a pesar de las compañías low cost, pero sí puede hacerlo cómodamente desde el sofá de su casa y gratis. Y así han proliferado en la parrilla televisiva formatos como ESPAÑOLES EN EL MUNDO, ARAGONESES EN EL MUNDO, CALLEJEROS VIAJEROS, AFERS EXTERIORS, etc. etc. La verdad es que a mí me gustan. Soy muy cotilla y este programa es para cotillas como yo. Te presentan a Fulanito que tiene 27 años y vive en Tokio, trabaja de profesor de español, y yo ya me monto la película. Fijo que este mocetón debía ser un superfan del manga, enamorado de la cultura japonesa, que no encontraba curro en España y ala que se ha ido a la aventura nipona en contra de la voluntad de sus padres a ver qué pasa. Y no le ha ido mal del todo. O te enseñan la preciosa mansión (en estos programas sólo enseñan las casas bonitas de los más pudientes en el extranjero) de Menganita, aquella piloto de aviones es

Y qué cosas me pasan...

Yo desde que cumplí los 33, y de eso ya hace seis meses, estoy fatal, mira que cayeron los 30 y como si nada, una maravilla. Pero desde que pasé la barrera que Cristo no superó, muy mal. Arrugas no tengo aún, pero ya noto como están en camino, como los Reyes Magos cuando van hacia el portal de Belén, y las cremas antiedad me guiñan el ojito cuando paso ante ellas en los estantes de Julia. Los resfriados me duran más y los llevo peor, aunque puede que algo tenga que ver el diferencial de temperaturas que mis compañeras de trabajo me obligan a soportar estos días, 35º en la oficina, 0º fuera. Levantar a mi hijo en brazos me cuesta un riñón, bueno en eso igual tiene que ver que el mocetón ya pesa 13,5 kg y subiendo, pero vaya que me cuesta. Y bueno un sinfin más de cosas que me pasan y que mejor no os cuento porque os aburro fijo. Pero el otro día algo me hizo pensar que no debo estar tan mal como creía. Una compañera de trabajo, 3 añitos mayor que yo, me contó que había medio-ligoteado-e