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Mostrando entradas de julio, 2014

Empanadillas al horno de jamón y queso.

Mi mayor es de gustos especiales a la hora de comer. Pasó de comer más o menos de todo a empezar a quejarse de casi todo. Y llegó un momento en que habría vivido de arroz, pasta y patatas. Dieta rica en carbohidratos pero pobre en todo lo demás. Yo que no soy de agobiarme con este tema porque mi hijo está sano, guapo y lozanísimo, intenté enfocar el asunto introduciéndole alimentos poco a poco de nuevo pero con un aspecto más interesante. Así por ejemplo aunque se niega a comer huevo duro, sí se toma las tortillas a gusto, así que la francesa, la de patata o últimamente la de calabacin (pelado simulando que es patata) se las mete en el buche de maravilla. Lo mismo pasa con el atún, se lo come en los macarrones o en bocata, pero se lo retira en cualquier ensalada, incluso se niega a probar las empanadillas de atún y eso que a mí me quedan siempre de muerte. Con el tema de las empanadillas he jugado mucho, al no gustarle las de atún empecé a hacer unas de espinacas y queso crema

Cambio de roles.

Desde que deseé se madre por primera vez pensé que lo ideal sería poder ocuparme al 100% de mi descendencia como hizo mi madre conmigo y con mi hermana. Ella siempre fue y es ama de casa. Mi padre trabajaba mucho para que no nos faltase de nada pero ella siempre estaba allí. Puede que no fuésemos de vacaciones a lugares exóticos. Ni viviéramos con muchos lujos. Nuestra vida era normal pero teníamos a mamá.Yo sabía donde encontrarla, siempre estuvo cuando la necesité, y yo que crecí con ese modelo familiar pensé que mis hijos desearían algo igual para ellos. A veces lo confieso veía a algunas amigas cuyas madres trabajaban fuera de casa y reconozco que sentía cierta pena por ellas. Ya veis, qué tontería, pero para mí saber que mi madre estaba ahí, era un pilar fundamental que ahuyentaba todos mis miedos y me hizo crecer segura y fuerte. No sé si ella es consciente de lo agradecida que estoy por eso. Debo decírselo más. Como he repetido hasta la saciedad y como se demostró posteriormen

La "nada".

Lo del cansancio del jueves al final resultó ser algo más, un virus, o algo parecido, porque tan fatal andaba yo, tan moribunda, que acabé con fiebre aquella misma noche y sin moverme de la cama al día siguiente ni para ir a currar. Un desastre. No sé si el detonante fue dormir poco por las malas noches que me da el peque, descansar menos por el calor que ha llegado ufano estos últimos días, o el stress por mi nuevo puesto de responsabilidad en el curro, no sé, pero la cosa es que estuve 24 horas bien jodidilla. Pero como soy madre, y las madres no podemos estar enfermas, he de decir que aquí el único que se preocupó por mi persona, a parte de mi jefe, que bufó un whatsapp a primera hora de la mañana al decirle que no iba a la oficina, fue mi hijo mayor, que me dio besitos y arrumacos y lo noté con evidente cara de preocupación. Si es que cuando digo que mi tesoro es un primor, lo es y punto. El resto del universo, entre los que incluyo con pena en mi corazón a mi madre y a mi ma

La vida es sueño, pero la mía no.

Cualquiera que me escuche y me lea en días como hoy, en los que ando con la ojera permanente, la lagaña pegada, vagando cual alma en pena por la oficina, corre en serio peligro de matar, torturar y eliminar para siempre su instinto maternal. Aviso a navegantes. Yo suelo tener carácter afable, pero, si no duermo, muerdo, soy letal. Anoche, y ya llevamos varias noches así, mi querido bebé se empeñó de nuevo en no dormir, ni él, ni todo bicho viviente a su lado. Era casi la una de la madrugada. Me había quedado en el sofá, por una vez y sin que sirva de precedente, a ver una película que me interesaba en la televisión. Como suele ser habitual en los canales convencionales la publicidad hizo que el largometraje hiciera honor a su nombre y fuera largo de verdad. Pero la película en cuestión acabó al fin. Bostecé, me lavé los dientes y me dispuse a meterme en la camita y dormir lo que el calor asfixiante de estas noches de julio me permitiera. Pero en ese preciso instante mi bebé abrió e

El azote del chiringuito.

Que odio el calor no puede ser algo desconocido para quien por aquí alguna vez se haya dejado caer y haya leído algún que otro post mío. Lo repito cada verano, por aquí, y cada vez que alguien por estas fechas me comenta una de esas frases hechas para pasar el rato y que versa sobre metereología en el ascensor. Soy un bicho raro, lo acepto, a todo el mundo le gusta el verano, el calor y pasar los días en la playa. A mí me gustan el invierno, el frío y las bufandas. Soy así. De hecho como odio el verano noto que con el calor que empieza a hacer estoy de más malhumor de lo habitual. Hay otros factores que alteran mi producto, claro está. Pero el calor digamos que es un acelerador del proceso. Por ejemplo si me va a venir la regla y tengo las hormonas alteradas con el calor mi mal humor se pone más malo si cabe. No sé si me he explicado. En casa con los peques y el socio me pasa igual, en lugar de estar feliz como está todo el mundo disfrutando del momento y del sol, y de las terr

Un niño feliz.

Nos movemos en un contexto incierto, en el trabajo, en casa, en nuestro entorno en general, pero hoy por hoy y me temo que ya para siempre mi principal preocupación son mis hijos, su bienestar y su educación. Ayer mi socio fue a por las notas del mayor. Acababa el ciclo de Educación Infantil y más que unas notas al uso, como ya pasó también en los años anteriores, lo que nos dieron fueron un compendio resumido de su desarrollo en las diversas áreas en las que han trabajado durante este curso. En general su evolución y su desarrollo está siendo positivo. Y mi primer error fue, siempre peco en eso, en bucear entre el texto para buscar lo malo. Qué es lo que habría que corregir. Y enseguida me sentí mal por buscar esa negatividad. Cosa que traté de corregir enseguida. Hay que decir que tan solo hubo dos anotaciones negativas, por un lado que se despista a veces si el tema no le interesa, para lo cual la única solución que veo es motivación. Sé que si algo le gusta y le motiva escucha