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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Mejores vibraciones.

El martes tuve a la siete de la tarde reunión en el colegio de mi hijo. Era una reunión conjunta de las profesoras de P3 de Educación Infantil con las madres y padres de ese nivel. El contenido básicamente fue la exposición de las normas básicas del centro: puntualidad en las entradas y salidas, formación de filas, hábitos en los almuerzos, consejos en la ropa de los niños, y también el protocolo de actuación en caso de enfermedad. Nos explicaron cómo funcionan las actividades extraescolares, más bien el servicio de guardería que el centro tiene, y el comedor, muy flexible y justo a mi modo de ver porque se paga por las horas que se usan y no por cuantías mensuales fijas. Nos informaron de los días que hay que acudir con ropa deportiva porque se hace psicomotricidad y también de los horarios de tutoría para reuniones con la profesora en privado. Después empezaron a hablarnos de las rutinas de la clase y las metodologías utilizadas. Ya lo comenté en su momento pero me atrae mucho de e

Venderé tijeras para los políticos y baberos para mí!

Tal y como está el patio, con la crisis y los recortes varios que estamos sufriendo a todos los niveles, se me ha ocurrido que si las cosas se ponen feas me pondré a vender tijeras, porque oye es un trabajo con mucho futuro. No quiero frivolizar pero es que hago terapia porque me subo por las paredes. Las tijeras se las iba a vender una a cada político, empezando por Aguirre, pasando por Mas, siguiendo por la Barberá y acabando con una edición especial de lujo para Rubalcaba o Rajoy, imagino que tendré que suponer que será finalmente Rajoy. Creo que hoy por hoy son su artículo de oficina favorito.Y es que una vez más los políticos no atajan el problema como debe ser, en vez de fomentar políticas que incentiven el crecimiento de la economía no paran de recortar y dejar el consumo por los suelos y las economías de las familias y las empresas hechas polvo. Así no remontamos ni de casualidad. O los políticos hacen un pacto y dejan de tirarse los trastos para ponerse en serio a trabajar o e

Por dónde empezamos...

Me prometí optimismo en el blog pero la verdad es que este lunes no ha empezado demasiado bien. El padre de una compañera de trabajo a la que me une una relación de amistad estrecha ha fallecido esta madrugada y me ha dejado una sensación extraña en el cuerpo. Un no sé que que qué se yo, raro, raro. A todo esto hoy a mediodía tenía visita en el hospital para recoger la analítica de los restos abortivos que según lo que ya me avanzó mi doctora no iba a aportarme nada nuevo pero aún así he acudido. El ginecólogo de turno con una expresión bastante indiferente me ha dado la hoja con los resultados, resultado ininteligibles por cierto, y tras este gesto hemos intercambiado la siguiente conversación: - ¿De cuántas semanas estabas en el momento del aborto? - De 10 pero el feto tenía un tamaño de 7 semanas. - ¿Cuáles fueron los síntomas? - Sangrado vaginal  claro. - ¿Tienes hijos? - Sí uno de tres años. - Muy bien, pues nada a esperar tres meses y a intentarlo otra vez, si te ves con

My media world.

Si es que leo los títulos de las entradas de septiembre de mi blog y son de lo más triste. Supongo que no está siendo el mejor mes de mi vida, aunque seguramente habré tenido y tendré peores, pero es que leerme últimamente da grima y todo. Así que como es viernes, a pesar de que las portadas de los periódicos sean de lo más negras y desalentadoras, vamos a darle un toque de color a este blog con algunos de los descubrimientos tecnológicos que más me han atrapado en los últimos días: - Por un lado la aplicación para Iphone, Instagr.am , donde puedes hacer, retocar y aplicar fantásticos filtros a tus fotos para después compartirlas con el resto de la humanidad. Una cosa muy bonita y divertida. - Por otro lado si sufres como yo por tus archivos más preciados, tus fotos, en mi caso, las de mi hijo, he encontrado una solución de almacenamiento segura, fiable y que se ubica en la nube, como ahora está mandado, os hablo de Sugarsync , un invento similar al popular Dropbox, pero con más cap

Dudas, miedos y angustias.

La adaptación al colegio parece que en vez de dar pasos adelante los da marcha atrás. Cada día mi hijo se queja más, dice abiertamente que no le gusta el nuevo centro y yo sinceramente que veía antaño como iba de feliz a la guardería estoy muy preocupada. Por las mañanas el panorama es terrible porque la negatividad es total. En cambio por la tarde cuando lo recojo está sonriente porque sabe que viene mamá a buscarlo y pasará el resto del día conmigo. Ayer, sin ir más lejos, al salir del colegio nos fuimos a pasar la tarde con la abuela en la ciudad en la que vivíamos antes, donde yo trabajo algunos días de la semana en las oficinas que mi empresa tiene allí, donde vive mi suegra también y donde asistió mi hijo a la guardería, y pude coincidir con uno de sus amiguitos en una cafetería donde solemos ir y le pregunté qué tal iba el cole de mayores. Él respondió enseguida con la sonrisa iluminada que iba muy bien y que le gustaba mucho. Esa sonrisa y esa expresión feliz no la tiene mi hij

La crisis de la TDT.

Podría seguir divagando sobre mis neuras y preocupaciones de la adaptación al cole de los mayores de mi hijo, podría y debería para desahogarme y más tras los acontecimientos de la última noche pero lo dejo para otro post. Porque realmente entre el agobio del trabajo (se nota que septiembre ha llegado y que además es un septiembre complicado, mucho más que otros septiembres) y la trifulca que he tenido esta mañana con mi marido (le cuesta entender la actitud que tengo con el peque, a veces creo que me entiende y empatiza con mi forma de ver la maternidad pero otras veces se cabrea y lo acaba todo con la típica frase: "Yo poli malo tú poli bueno y ala a consentirle todo al niño!", y ya la hemos liado parda) pues creo que necesito postear algo menos intenso, más superficial, así que voy a echar baza al tema de la TDT. En Vertele han publicado hoy un artículo muy interesante acerca del fracaso de la TDT en nuestro país . Todos recordamos el triste adiós de CNN+, o la estrategi

¿Adaptación escolar?

Resulta curioso que hace una semana estaba en plena adaptación escolar y a parte de volverme loca yo y mi niño con los horarios kamikazes que nos habían puesto parecía que el peque iba contento y bastante conforme al colegio nuevo, incluso salía sonriendo y feliz de allí. Y ahora justo ahora, una semana después, mi niño ha amanecido hoy martes diciéndome que no quería ir al cole de mayores, que quería ir al cole de C. , o sea, a la guardería con su queridísima C., y ha llorado y pataleado, y a mí se me partía el alma ante semejante visión minutos antes de irme a la oficina. Un mensaje por el Whatsapp de mi marido a las nueve en punto me ha confirmado que el pataleo se ha quedado en casa, que a la hora de salir no ha habido ningún problema y que en el colegio se ha quedado bien, pero yo no estoy tranquila. Sé que es el principio, que si se adaptó bien a la guardería y era feliz allí, porque no va a serlo en el colegio, pero otra vez ando con las odiosas comparaciones de dos cosas que d

Ya no lloro tanto.

Ayer me llamó por teléfono mi muy mejor amiga de la universidad, M. Cuando sufrí el aborto a finales de agosto ella estaba de viaje por Francia varias semanas y sólo le mandé un sms para informarle de lo acontecido. Nos vemos muy poco porque vivimos lejos la una de la otra, ella cumplió años pocos días antes y con mi llamada de felicitación le había dado la buena nueva. Así que M. era de las pocas personas que sabían de mi embarazo y tuve que decirle lo que había sucedido. Su respuesta fue: " Te llamo a la vuelta. Muchos ánimos". Y la llamada la recibí ayer. Como siempre cuando nos llamamos nos pasamos una hora al teléfono poniéndonos al día. Ayer al ver su nombre en la pantalla del móvil sentí como una lágrima de emoción quería escapar de mi ojo, pero me contuve. Empezamos a hablar de la pérdida del embarazo y a medida que iba contándole todos los detalles me sentía mejor y me di cuenta de que lo estoy superando muy rápido, mucho más rápido de lo que esperaba. Imagino que m

Lo que echo de menos de la guardería.

Todavía es pronto para sacar conclusiones, sólo han sido tres días de horarios raros de adaptación como comenté ayer, y aunque veo bien al peque, sale contento todos los días, no sabría decir si la elección de colegio es acertada o no. Lo que sí que noto es que el funcionamiento de momento es muy distinto al de la guardería. Y eso que tenía entendido, no sé si acertadamente o no, que era casi lo mismo, sobre todo en P3. A lo mejor me precipito porque todavía no hemos tenido la reunión personalizada con la profesora y he de decir que tengo dudas en el tintero que plantearle, ya que por ahora no he tenido tiempo de hacerlo en persona cuando recojo al peque, que es un momento bastante loco, con muchos niños y madres atosigándola. Pero ya habrá tiempo, sé que en breve vamos a hacer reuniones personalizadas y trataré de resolver mis cuestiones propias. En cualquier caso insisto en que no puedo evitar hacer comparaciones odiosas ya y echar de menos el centro al que asistió mi hijo en la eta

Modo cole on.

El domingo noche yo era un manojo de nervios. Mi hijo a pesar de que estaba al tanto de que un día de estos iba a ir al cole de mayores no era muy consciente de por qué la histérica de su madre iba de un lado para otro nerviosa ultimando detalles y repitiendo hasta la saciedad: "Mañana empezamos en el cole nuevo!". Así que ayer lunes cuando lo desperté a las 9 (yo me había tomado el día libre en el trabajo, y él hasta las 10 no empezaba, no hacía falta madrugar) me dijo lloriqueando que él al cole de mayores no iba, que mejor se quedaba en casa con mamá. Pensé que ya estaba liada parda! Pero no perdí la calma. Y con palabras amorosas, convincentes y su camiseta del Barça (que nunca falla) lo convencí. Desayunó, vio dibus mientras, nos arreglamos y salimos de casa andando (esto es lo mejor, tener el cole al ladito de casa, un lujazo!) cinco minutos antes. Él iba cogido de mi mano contento y feliz. Llegamos al patio de acceso directo a las clases de infantil y esperamos miran

Triste rendición.

Últimamente leo con orgullo que algunas bloggers que sigo van a empezar o están empezando a formarse como asesoras en lactancia materna. También contemplo feliz como muchas madres continúan con su lactancia materna durante mucho tiempo y se sienten orgullosas. Me da rabia haber dejado de dar pecho a mi hijo con tan sólo 15 meses. Si en su momento hubiera estado correctamente asesorada hubiera seguido haciéndolo, seguro. Pero a lo hecho, pecho, y nunca mejor dicho. Eso pasó y si tengo la suerte de volver a tener otro hijo sé que ahora voy a hacer las cosas de otro modo, y si tengo dudas, o problemas, o consultas diversas, sabré a quien dirigirme. Si no puede ser no será, pero no me rendiré fácilmente en cuestión de lactancia materna. Yo estando embarazada de mi peque tenía claro que quería darle pecho, sabía que era lo mejor para mi hijo, no lo dudé ni un instante. Al nacer mi niño todo salió bastante bien en ese sentido, pero si hubiera tenido muchos problemas, qué habría pasado. Me ha

Telebasura en toda regla.

Que la tele de nuestro país está llena de telebasura es tan evidente como que la tierra es redonda. Nos costó darnos cuenta de lo segundo muchos miles de años, y lo primero va por el mismo camino. Los ejemplos son muchos y muy claros y mientras son de temas del corazón creo que como ya me he inmunizado a ellos y ni me alteran porque aunque me tope con ellos en el zapping una fuerza suprema y divina me eleva y me deja indiferente a su efecto. En cambio hay otros programas que me chirrían sobremanera, aunque en algún momento de mi vida llegaron a engancharme. También lo hicieron los del corazón, no puedo engañaros, en mis años mozos miraba el Tomate y los culebrones latinos como la que más, también me enganché a Cristal. Pero yo ahora me refiero a los programas de "ayuda" (perfil Cuatro) al ciudadano, tipo La Escalera, Ajuste de Cuentas, Hermano Mayor, y sobre todo, por afectación directa, Supernanny. No entiendo de teorías educativas y siempre intento guiarme por mi intuició

Planes nocturnos.

Mis series de cabecera hoy por hoy están lejos de estrenar temporada por el momento (Mad Men, Game of Thrones, Dowton Abbey,...), con excepción de Sons of Anarchy que empieza en breve si no me equivoco y How I met your mother. Sé que Walking Death también verá pronto a la luz su segunda temporada pero vamos no será algo inminente, corregidme si me equivoco. Por otro lado tengo en una lista de series pendientes por ver tan larga que llenaría de buen seguro un rollo de papel Colhogar. Y ahora mismo estoy en uno de esos momentos de mi vida en los que no sé a qué engancharme por la noche. Quitando los martes que veo en Neox religiosamente los capítulos Modern Family el resto de veladas a parte de caerme muerta en el sofá  o navegar cual zombie por Twitter no tengo planes serios. El sexo no es opción porque estoy empezando seriamente a pensar que mi marido sólo tiene ganas cuando hay un fin reproductivo por medio. Sí, sin ir más lejos anoche cuando intenté acercarme me dijo que la doctora

El cole empieza.

Entre las vacaciones y el mal final de verano que he tenido he de reconocer que he dejado el blog muy descuidado. Como siempre ha servido de medio de desahogo importante en un mal momento de mi vida. Pero hace ya casi un mes que apenas escribo o sigo mis espacios favoritos y la verdad es que lo echo de menos. Por eso esta tarde y aprovechando que el peque se ha dormido, ooohhh bendito milagro (desde Navidad que mi hijo pasa de hacer siestas), voy a poner remedio al problema. Y qué mejor manera de retomar rutinas blogeras que hablando de la vuelta al cole. Mejor dicho, del comienzo de la etapa escolar para mi hijo. Este curso mi chiquitín no irá a la guardería ya como bien sabéis, empezará el cole de los mayores y yo tengo la misma sensación de caída al vacío que tuve hace justo ahora dos años cuando nos enfrentábamos a su primer día de guardería. Miles de preguntas se agolpaban en mi cabeza:  ¿se adaptará bien? ¿acertaremos con la profe? ¿estará bien atendido? ¿tendrá buen feeling con

El mal presentimiento.

En junio de 2006 pensaba que estaba embarazada, había estado un puente largo de viaje por Alemania y al volver no me bajaba la regla, estaba asustada, muerta de miedo y lloraba sin parar. El predictor me sacó de dudas. Negativo como una casa. Respiré aliviada. Llevaba ya tres años casada y cuatro de convivencia en pareja pero mi instinto maternal era nulo. A puntito de cumplir 30 añitos no me veía criando a un bebé ni de lejos. Pasó mi cumpleaños y de repente algo cambió dentro de mí. Con la llegada de la tercera década de mi vida empecé a desear ser madre. Sucedió sin darme cuenta pero prometo que me dejó estupefacta aquel cambio. Viajamos a Madeira en agosto de vacaciones y empezamos a tener relaciones sin usar anticonceptivo. No pasaron ni dos meses cuando la cigüeña llegó y un test positivo me puso loca de contenta por Todos Santos. Llamé a mi madre gritando y la prudencia de mi progenitora me advirtió de que era demasiado pronto para cantar victoria. Hice caso omiso y seguí eufóri