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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Atando cabos.

¿Recordáis el post que escribí esta semana sobre los ritmos sexuales de cada pareja? Sí, vale. Pues bien siguiendo vuestros sabios e ilustrados consejos, y también aprovechando que el martes le extirpaban una muela del juicio a mi marido y que él con el dolor y el malestar (no es muy sufrido el pobre que digamos) estaría más sensible y proclive a sincerarse conmigo (vamos que aproveché el momento bajón vilmente), le pregunté qué le parecía nuestra frecuencia sexual, y la respuesta me dejó ojiplática. La verdad es que lo pillé cansado, agotado, bajito de moral, en fin, no sé, pero me dijo que era perfecto, que él también estaba muy cansado cada día por el stress del trabajo y por todo y que vamos que a él un "arrejuntamiento" nocturno o matinal, según se tercie, de uvas a peras le venía que ni pintado. En ese momento me dije a mí misma este va cansado como yo, lo que está bien, pero entonces hice un flasback (a modo capítulo de COMO CONOCIÓ A VUESTRA MADRE) a varios comentario

Crónica de una crisis sentimental.

Ayer Mas anunció elecciones anticipadas en Cataluña con fecha 25 de noviembre de este convulso 2012. Sus razones resumidas fueron tres: se lo pidió el pueblo catalán en su masiva manifestación de la Diada, era coherente al fracasar en el objetivo principal de su programa electoral, el pacto fiscal, y finalmente alegó razones personales. Yo que soy aragonesa y española, pero que vivo en Cataluña, vivo este conflicto desde el medio, como un hijo que vive la crisis matrimonial de sus padres. Y creedme que es duro. Porque comprendo al padre y a la madre, comprendo las razones catalanas para reclamar mejor financiación e incluso la independencia, pero me duele ver una España sin Cataluña y más a una España como la de estos días, maltrecha y débil, con un futuro negro e incierto que me duele en el corazón. Y por esto quiero contaros como veo yo todo esto. El catalán tiene un carácter único y propio, yo estoy casada con un catalán, trabajo con catalanes, convivo con ellos y me encanta la for

The Newsroom: la utopía del periodismo.

Los martes en España son los días de The Newsroom. Canal+ ha empezado a emitir en nuestro idioma la esperada serie de Aaron Sorkin y aunque yo soy muy impaciente y ya empecé a verla en VO, la densidad de los diálogos hicieron que decidiera esperar a verla en el idioma de Cervantes para no perderme nada. La serie es al periodismo, lo que The West Wing fue a la política. El sello de Sorkin es inconfundible. El personaje de Will McAvoy es tan suyo como irreal. Y eso es lo que más me gusta de esta serie. A través de ella se logra ver lo que debería ser el periodismo, lo que todos querríamos ver en las noticias de cada noche, y más en los tiempos que corren. Luego te pones a ver uno de los que emiten en cualquier canal español y te entran más ganas de llorar si cabe de las que tenemos habitualmente. Pero esa es otra historia. Así que por el momento si tengo que definir The Newsroom de algún modo lo lo hago diciendo que es la utopía del periodismo puro, un sueño en los que algunos ilusos co

Cuestión de ritmos.

Hoy retomo un tema muy personal pero que necesito compartir. En una conversación distendida con un grupo de amigas retomamos el tema del sexo y en concreto el tema del sexo en el embarazo. En este justo momento la única embarazada y de 24 semanas en concreto soy yo. Ellas siguen alucinando cuando les cuento que con mi primer embarazo estuve casi dos años sin prácticamente sexo, nueve meses de abstención total en el embarazo y los quince meses de lactancia materna con sexo de peras a uvas, y cuando digo de peras a uvas es que fue así. Las razones las he contado mil veces, primero un embarazo muy duro, con vómitos, náuseas y malestares varios durante todo el embarazo y después del parto una lactancia materna de quince meses que me dejó la líbido por los suelos, razón que no impedirá que en este nuevo embarazo me empeñe en dar pecho a mi retoño porque sé que es lo mejor para él y todo lo demás no importa. Entonces me preguntan cómo estoy viviendo este segundo embarazo, en el que he tenido

Sorpresas agradables.

Normalmente cuando digo que me encanta leer y seguir a Carlos González o a Rosa Jove entre las madres con las que me relaciono en mi vida 1.0 siempre obtengo la misma respuesta: quiénes son estos? Alguna vez me topo con alguna madre o padre que los conoce e incluso puede haber llegado a leer algún artículo suyo que le haya gustado pero es raro e inusual en general. En cambio si nombras que odias a Estivill todo el mundo lo conoce, vamos es más famoso que la moños. Así que ayer en el parque estaba yo con mi grupo de madres (recuperando las rutinas del curso escolar), somos seis y nos llevamos tan bien como nuestros niños se llevan entre sí, hay un feeling bueno. Entonces una empezó a agradecerle a otra el haberle dejado un libro y le decía que le había gustado mucho. Yo como soy muy curiosa con el tema de la lectura pregunté de qué libro hablaban y me dijo la propietaria del libro, es de una psicologa de Lleida que me gusta mucho, a lo que yo contesté rápido, Rosa Jové? Sí fue la respu

Resfriado y embarazo.

Reconozco que cuando estoy mala soy un horror. No me aguanto ni yo. Y si para colmo como ahora no me puedo medicar peor me lo pones porque soy todavía peor, soy la niña del Exorcista. Mi marido me lo repite, hija mía que humor de perros tienes cuando estás mala, menos mal que cuando estás bien eres todo dulzura, y si es verdad que algo llego a compensar pero el pobre tiene que aguantar ahora mi mal humor y mi explosiva combinación de hormonas "embaraciles", vamos que se está ganando el cielo en vida y con billete de primera clase. Ya me pasó en el embarazo de mi primer hijo, estaba muy resfriada y nos fuimos de fin de semana con los amigos a Andorra la Vella. Allí me puse peor. En el apartamento en el que estábamos la calefacción estaba muy fuerte. Yo estaba taponada y agobiada y aquella noche con el calor que pasé casi me da un ataque de ansiedad. Creo que fue una mezcla del malestar del embarazo, del calor, de la congestión nasal, no sé, pero fue un momento horrible que no

El pésame.

Desde que sé que voy a tener otro niño y lo he ido comunicando a medida que se ha terciado a mis familiares, amigos y conocidos, la reacción ha sido casi siempre la misma, salvo contadas excepciones, como el yupiiii de mi hijo. Dicha reacción ha sido como una mueca extraña seguida de un "bueeeno" poco positivo que me recordaba más a un pésame que no a una felicitación. Después venía la consabida coletilla que lo acababa de rematar todo: "Ayss lo importante es que venga bien". Hombre eso es lo importante claro que sí, pero no me dices nada más? Por qué no me felicitas? A que viene esa cara de absoluta estupefacción? En fin que no entiendo porque la llegada de una niña siempre es una buena noticia pero la de un niño no tanto. Qué les habrán hecho los niños a la gente? Mi peque es una delicia de niño y no lo cambio para nada. Qué le pasa a nuestra sociedad que no piensa igual que yo? Creedme que llevo unos días dándole vueltas a todo esto, sobre todo desde el sábado po