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Mostrando entradas de junio, 2012

Todo me recuerda a ti.

Hoy en Facebook un buen amigo hacía una alusión a uno de los films favoritos de mi padre "Un tranvía llamado deseo" y sin poder evitarlo se me ha escapado una lágrima al leerlo. Y es que ahora estoy tan sensible que todo me recuerda a él. Viendo los partidos de la Eurocopa que tanto le entusiasmaban y de los que no podrá conocer su resolución final, o viendo la segunda temporada de Juego de Tronos de la que era un gran fan, o la quinta de Mad Men, cada cosa que veo que sé que él ya no puede ver me estremece sobremanera. También fue duro sentarnos a la mesa este finde y ver aquel hueco que jamás volverá a ocuparse y vivir una sobremesa sin sus interminables conversaciones, fue muy duro. Yo sé que el tiempo lo cura todo, también creí que jamás superaría la muerte de mi adorado abuelo y cada vez lo llevo mejor, o de mi abuela años antes, pero ahora es todo tan reciente y el dolor tan inmenso que lo único que me consuela es creer o esperar que algún día nos reencontraremos en alg

Y el mundo sigue girando...

Estoy con los ánimos por los suelos como es normal tras lo ocurrido y con todo se me ha pasado anotar aquí eventos importantes que han sucedido estos días extraños y tristes pero que tienen su relevancia, o al menos la habrían tenido más de no haber sufrido tan tremenda pérdida. Por un lado el día antes de fallecer mi padre fue el cumpleaños de mi hijo, cumplía 4 añitos e íbamos a celebrarlo aquel fatídico sábado con una bonita fiesta que por supuesto cancelamos. Menos mal que el lunes en el colegio pudo disfrutar con sus amiguitos de su día especial, y más tarde su padre y yo decidimos que la fiesta se celebraría dentro de unos días porque nuestro niño debía tener su momento especial, ya sin su querido yayo, pero debía tenerlo sin duda. Siempre recordaré que la última conversación que los dos mantuvimos fue con motivo de su llamada para felicitar al peque de la casa. Aquel hasta mañana fue un hasta siempre, aunque ninguno de los dos lo sospechásemos. El viernes pasado acabó mi peque

El día más triste.

Sin avisar, sin esperarlo, de repente, mi padre murió el pasado sábado por un derrame cerebral súbito que le quitó la vida en cuestión de minutos. Era un hombre sano y vital. Y de un día para otro me lo robaron, me lo quitaron para siempre. Es evidente que el dolor que siento desde entonces es el más grande del mundo y que aquel día, aquel sábado, 16 de junio de 2012, se convirtió en el día más triste de mi vida. Ahora tengo que aprender a vivir sin él, a no poder comentar los partidos del Barça con él, a no poder debatir sobre cine, sobre series, sobre todo aquello que nos unía y que nos gustaba tanto a los dos. Me quedo con el consuelo de saber que tuvo una buena muerte, la más rápida, la que todos deseamos para nosotros mismos, y una gran vida, plena y feliz. Pero aún así ahora estoy mal porque no habrá sustituto para él ni en mi vida, ni en mi corazón. Nadie reemplazará jamás a mi padre. Era único. Era especial. Adiós papá! Cuídanos desde donde estés.

Me resisto a que se acabe...

Como si ante el final de unas vacaciones o de un momento de extremada felicidad me encuentro con el final de temporada de JUEGO DE TRONOS. Me falta por ver un episodio, el final de temporada, el 2x10, y llevo más de una semana resistiéndome a verlo porque sé que una vez visto se acabará disfrutar de la serie hasta dentro de un año. No es justo que una serie tan maravillosa como ésta tenga solo 10 capítulos por temporada. Señores de la HBO NO ES JUSTO!!!!! Para los fans más bien es un martirio. Y me queda el consuelo de que tengo aún por leer medio tercer libro, el cuarto completo y el quinto que está a punto de publicarse pendientes. Porque sino esta espera sería aún más angustiosa. Y es que no hay nada como un buen libro de fantasía y ciencia ficción para evadirte de todo, olvidar los problemas y simplemente disfrutar como una niña en un parque de atracciones. Siempre me ha ayudado la lectura a superar malas rachas y ahora es una fiel amiga que me invita a olvidarme de primas de riesg

Hay otras formas de hacer las cosas.

Dejadme que, tras un fin de semana nefasto política y económicamente hablando como el que hemos acabado de vivir, sea positiva y me empeñe en pensar, creer y mostraros otro modo de hacer las cosas. De hecho no seré yo, fue Jordi Évole, que en su programa de cierre de temporada Salvados de anoche, que tituló acertadamente #ReiniciandoEspaña, mostró esa otra manera de actuar. Un modo de hacer las cosas que yo creo que es el único camino que nos llevará a salir del embrollo en que nos hemos estado metiendo a lo largo de estos años y lo contó en un programa que ciertamente me dejó buen sabor de boca en un momento en el que creed me era complicado que me lo dejara. El programa lo estructuró en cuatro partes: - Habló de una corriente interesante y alentadora de economía llamada economía del bien común, de la que podéis obtener más información pinchando aquí. - Nos enseñó un modelo de empresa social, rentable y sostenible, como es el caso de La Fageda , caso que admiro y sigo desde hace a

Summer is coming.

Al contrario que en el caso de la obra de George R.R. Martin aquí lo que se acerca es el verano y no el invierno. Calor, calor, calor y niños en casa. Estos días no he parado de escuchar conversaciones plagadas de quejas ante tal situación: qué vamos a hacer todo el verano con los niños tanto tiempo en casa, se preguntan abrumados muchos. ¿Qué? ¿Cómo? Pues disfrutarlos respondo yo ansiosa por tener más tiempo con mi tesoro. Y es que yo adoro estar con mi marido y mi hijo. Los tres juntitos. El mayor tiempo posible. Y no comprendo como puede haber madres y padres que se agobien ante una idea así. Para qué tienen hijos. Yo al final voy a tener que dejarlo en un campus de verano por las mañanas porque trabajamos los dos por la mañana y no tengo otra opción, a mediodía comerá con mi suegra, pero la tarde será nuestra, mía y del peque. Supongo que si hace bueno la pasaremos en la piscina de la urbanización, incluso quiero animarme a acercarme alguna tarde a la playa que la tengo a un tiro d

Un dulce final.

Ya comenté varios post atrás que esperaría a ver el final de Mujeres Desesperadas en Fox España porque siempre he visto la serie a ritmo de este canal y ya no me iba de unas pocas semanas. Sabía que estaba prevista la emisión para este 6 de junio. Así que me esperé y disfruté de los últimos capítulos de la serie con paciencia y sin tumultos. Sin querer algo había cotilleado por internet acerca del final sobre todo porque en twitter sigo a sus protagonistas y éstas colgaron fotos muy reveladoras del mismo. Pero pelillos a la mar ayer igualmente me dispuse emocionada a disfrutar como una campeona de los minutos últimos de la serie, en dos capítulos que se convirtieron a mi modo de ver en una digna despedida de unas chicas, las desesperadas, que me han acompañado a lo largo de los últimos 8 años de mi vida y a las que para que engañaros había pillado cariño. Mi favorita siempre fue Lynette y que acabara junto a Tom tras una temporada complicada me pareció maravilloso. Siempre han sido un

Blackwater o la genialidad en TV.

Que adoro JUEGO DE TRONOS no es ningún secreto por estos lares, disfruto de la lectura de la obra de George RR Martin como una chiquilla con juguetes nuevos y de la serie pues lo mismo, la disfruto cada semana con pura emoción. Y es que la serie que la HBO ha parido me parece sublime porque respeta mucho el original dentro de las limitaciones de tiempo que un capítulo de televisión tiene. Los guiones son realmente acertados, siempre me ha parecido titánica la labor de resumir y concentrar en escasos 45 minutos la densa obra que inspira la trama. La producción es de lujo, no puedo imaginarme lo que debe costar el rodaje de cada capítulo pero imagino que un auténtico pastón. Y más en el caso del espectacular despliegue de medios del capítulo del que os quiero hablar hoy. Y los actores elegidos parecen haber nacido para los personajes que describe Martin en su obra. Mejor imposible. A partir de ahora no leáis si no habéis visto el penúltimo episodio de la segunda temporada. Al llegar a

Margin call.

Ver "Margin Call" tras una semana de turbulencias financieras y económicas como la pasada fue realmente estremecedor. Tenía muchas ganas de pillar esta cinta por banda. Las buenas referencias y la temática tratada dan para tenerle ganas. Y sinceramente verla me dejó más patidifusa de lo que ya estaba. No por imaginar que realmente las cosas sucedieron de ese modo en los momentos previos al estallido de la crisis financiera de las hipotecas subprime en 2008, que ya lo imaginaba, sino por ver la frialdad con la que toman las decisiones algunos de los "tiburones financieros" que pueblan las grandes plazas financieras. Viendo los cuantiosos sueldos que manejan y la desidia con la que toman ciertas decisiones más inmorales que otra cosa. Y lo que más triste me pareció fue ver como verdaderos cerebritos salidos del prestigioso MIT se dedican a ese "trabajo", porque la renmuneración es más interesante, en lugar de emplear su talento en otros campos más provechos