Sin haber superado aún los fastos navideños -os recuerdo que todavía nos queda hincar el diente en el roscón, comprobar que tampoco nos ha tocado nada en el Sorteo del Niño y esperar a que SSMM de Oriente, que no de la Zarzuela, nos sorprendan la mañana del 6 de enero con algún presente si hemos sido buenos cosa harto difícil la verdad- todos aquellos que amamos el cine y que por tanto nos consideramos cinéfilos podemos afirmar que ya hemos recibido el verdadero regalo de estas fechas. Y es que no me digáis que no es una bendición la semanita de estrenos que tenemos ante nuestros ojos, mejor dicho en nuestra cartelera.
Semanita maravillosa que empezó el viernes pasado con el esperado estreno de BABEL, la última cinta de Alejandro González Iñarritu, y que ha continuado con el avance de estrenos de esta semana a hoy miércoles de suculentas películas como la primera parte del díptico con el que nos deleitará este año mi adorado, estimado y auténtico genio del séptimo arte, Clint Eastwood, BANDERAS DE NUESTROS PADRES; MARIA ANTONIETA, el último film de una directora, Sofía Coppola, que aunque no cuenta con el beneplácito de muchos sí con el mío tras realizar en 2003 esa exquisitez llamada LOST IN TRANSLATION; y finalmente la sorpresa del último Festival de Venecia y como no “sorpresa sorpresa” también como apuesta de la semana de la sección de mi amigo Dexter, HOLLYWOODLAND. Hay o no hay razones para relamerse el hocico. Pues creo que sí, porque últimamente yo no iba al cine, y si algún día se me ocurría acercarme lo único que me apetecía ver era algún film de animación, porque sobre todo en los multicines a los que yo voy, de provincias (no tengo la suerte de tener unos Renoir a mano ni de lejos), la cartelera era para echarse a llorar y no parar hasta febrero, ya que estaba repleta de títulos lúdico-navideños-infantiles sobre los que correré un tupido velo. Así que bueno tendré que aplicarme y ponerme “ipso facto” a destapar cada una de las sorpresas de cine que la primera semana de 2007 nos ha deparado porque pocas veces una puede tener la suerte de disponer en cartel de películas de tres de los directores de cine que más le han transmitido y emocionado en los últimos años. De Clint Eastwood, qué puedo decir, pues sencillamente que podría considerarlo mi “contador de historias” favorito, y eso es atrevido, porque jamás me ha gustado clasificar algo con ese adjetivo, es complicado discernir hasta tal extremo, pero con el viejo Clint es distinto desde luego. Lo descubrí como muchos en sus años de actor de spaghetti western bajo la batuta de Sergio Leone y con la música de fondo del gran Ennio Morricone, aún recuerdo su presencia de tipo duro sobre el polvoroso camino en la llamada “Trilogía del dólar”, electrizante. Años después se haría célebre con su personaje de Harry Callahan, policía de métodos poco ortodoxos pero eficaces, y para entonces yo ya había caído rendida a sus pies. Y de ahí a su faceta de director de la que sí que realmente sólo puedo emitir alabanzas, mis predilectas: EL JINETE PÁLIDO, BIRD, CAZADOR BLANCO CORAZÓN NEGRO, SIN PERDÓN, MYSTIC RIVER, y como no, ese alegato contra la eutanasia tan emotivo y narrado con extrema sutileza y belleza que es MILION DOLLAR BABY. Como comprenderéis espero ansiosa a ver su último trabajo, BANDERAS DE NUESTROS PADRES, dudo mucho que me decepcione, porque Clint es como el buen vino, con los años no hace más que mejorar. De Sofia Coppola sólo puedo contaros que me gusta por un trabajo, sí el film que supuso la revelación de la ahora omnipresente Scarlett Johanson y la constatación de la genialidad y el encanto de Bill Murray, fue motivo más que suficiente para que yo creyera en la labor que la hija de Francis Ford Coppola realizaba. Y bueno sí bien también me convenció en LAS VÍRGENES SUICIDAS, LOST IN TRANSLATION fue más allá, me conmovió y me sacudió con fuerza y saña, y aún habiéndola visto varias veces, esa sensación no pude evitarla jamás, me sigue persiguiendo en cada ocasión. A ver qué sorpresas me depara MARIA ANTONIETA, quién sabe, de momento la crítica está dividida y no sé de qué lado voy a decantarme yo. En cuanto a González Iñarritu la idea de ver BABEL me atrae sencillamente por la originalidad y frescura de sus dos propuestas anteriores, AMORES PERROS y 21 GRAMOS. Muchos se empeñan en quejarse de que la fórmula cansa y que ya no es novedosa, pero a mí la idea de atar historias mediante sentimientos universales me parece brillante y el hecho de que esas historias acaben cuajando tan bien como lo hacen en los films anteriores de este director, pues qué queréis que os diga, me parece un auténtico trabajo de encaje de bolillos que no creo que cualquiera sea capaz de realizar, así que el mexicano sigue contando con mi voto de confianza, ya veremos qué pasa en cuanto pueda ver la peli. Y poco más hoy me apetecía hablar de cine y es que creo que la ocasión lo merecía.
Semanita maravillosa que empezó el viernes pasado con el esperado estreno de BABEL, la última cinta de Alejandro González Iñarritu, y que ha continuado con el avance de estrenos de esta semana a hoy miércoles de suculentas películas como la primera parte del díptico con el que nos deleitará este año mi adorado, estimado y auténtico genio del séptimo arte, Clint Eastwood, BANDERAS DE NUESTROS PADRES; MARIA ANTONIETA, el último film de una directora, Sofía Coppola, que aunque no cuenta con el beneplácito de muchos sí con el mío tras realizar en 2003 esa exquisitez llamada LOST IN TRANSLATION; y finalmente la sorpresa del último Festival de Venecia y como no “sorpresa sorpresa” también como apuesta de la semana de la sección de mi amigo Dexter, HOLLYWOODLAND. Hay o no hay razones para relamerse el hocico. Pues creo que sí, porque últimamente yo no iba al cine, y si algún día se me ocurría acercarme lo único que me apetecía ver era algún film de animación, porque sobre todo en los multicines a los que yo voy, de provincias (no tengo la suerte de tener unos Renoir a mano ni de lejos), la cartelera era para echarse a llorar y no parar hasta febrero, ya que estaba repleta de títulos lúdico-navideños-infantiles sobre los que correré un tupido velo. Así que bueno tendré que aplicarme y ponerme “ipso facto” a destapar cada una de las sorpresas de cine que la primera semana de 2007 nos ha deparado porque pocas veces una puede tener la suerte de disponer en cartel de películas de tres de los directores de cine que más le han transmitido y emocionado en los últimos años. De Clint Eastwood, qué puedo decir, pues sencillamente que podría considerarlo mi “contador de historias” favorito, y eso es atrevido, porque jamás me ha gustado clasificar algo con ese adjetivo, es complicado discernir hasta tal extremo, pero con el viejo Clint es distinto desde luego. Lo descubrí como muchos en sus años de actor de spaghetti western bajo la batuta de Sergio Leone y con la música de fondo del gran Ennio Morricone, aún recuerdo su presencia de tipo duro sobre el polvoroso camino en la llamada “Trilogía del dólar”, electrizante. Años después se haría célebre con su personaje de Harry Callahan, policía de métodos poco ortodoxos pero eficaces, y para entonces yo ya había caído rendida a sus pies. Y de ahí a su faceta de director de la que sí que realmente sólo puedo emitir alabanzas, mis predilectas: EL JINETE PÁLIDO, BIRD, CAZADOR BLANCO CORAZÓN NEGRO, SIN PERDÓN, MYSTIC RIVER, y como no, ese alegato contra la eutanasia tan emotivo y narrado con extrema sutileza y belleza que es MILION DOLLAR BABY. Como comprenderéis espero ansiosa a ver su último trabajo, BANDERAS DE NUESTROS PADRES, dudo mucho que me decepcione, porque Clint es como el buen vino, con los años no hace más que mejorar. De Sofia Coppola sólo puedo contaros que me gusta por un trabajo, sí el film que supuso la revelación de la ahora omnipresente Scarlett Johanson y la constatación de la genialidad y el encanto de Bill Murray, fue motivo más que suficiente para que yo creyera en la labor que la hija de Francis Ford Coppola realizaba. Y bueno sí bien también me convenció en LAS VÍRGENES SUICIDAS, LOST IN TRANSLATION fue más allá, me conmovió y me sacudió con fuerza y saña, y aún habiéndola visto varias veces, esa sensación no pude evitarla jamás, me sigue persiguiendo en cada ocasión. A ver qué sorpresas me depara MARIA ANTONIETA, quién sabe, de momento la crítica está dividida y no sé de qué lado voy a decantarme yo. En cuanto a González Iñarritu la idea de ver BABEL me atrae sencillamente por la originalidad y frescura de sus dos propuestas anteriores, AMORES PERROS y 21 GRAMOS. Muchos se empeñan en quejarse de que la fórmula cansa y que ya no es novedosa, pero a mí la idea de atar historias mediante sentimientos universales me parece brillante y el hecho de que esas historias acaben cuajando tan bien como lo hacen en los films anteriores de este director, pues qué queréis que os diga, me parece un auténtico trabajo de encaje de bolillos que no creo que cualquiera sea capaz de realizar, así que el mexicano sigue contando con mi voto de confianza, ya veremos qué pasa en cuanto pueda ver la peli. Y poco más hoy me apetecía hablar de cine y es que creo que la ocasión lo merecía.
Comentarios
Salud
Así que la mula va a echar humo para recopilar tantos estrenos, aunque será por prejuicios o simplemente pereza, Antonieta de mis amores, no me apetece nada verla...
Salud!