Ir al contenido principal

Héroes cotidianos.

Para mí Clint Eastwood es hoy por hoy el mejor contador de historias en imágenes que existe. Se ha dicho que es el último clásico vivo, yo la verdad es que no sé tanto, no tengo conocimientos de cine suficientes para hacer tal afirmación. Pero lo que sí que sé es que cada vez que me entero que está trabajando en un nuevo proyecto la emoción me embarga, a medida que voy conociendo los detalles del mismo me pica la curiosidad el tema que va a tratar, y cuando por fin disfruto de su película en el cine, me doy cuenta de que una vez más acabo de recibir una lección de buen cine, de cine con mayúsculas, de personajes con flaquezas y grandezas, pero sobre todo con una tremenda humanidad, ni buenos ni malos, simplemente personas que se enfrentan a las durezas que la vida nos impone a todos y que lo hacen batiendo a sus miedos internos sin heroísmos, simplemente con su propia fuerza, la que todos alguna vez en la vida nos toca sacar para tirar adelante. Cómo olvidar al forajido arrepentido y harto de todo el dolor sufrido al perder lo que más amaba en SIN PERDÓN, ni a ese padre protector que siempre necesitó la valiente Maggie en MILION DOLLAR BABY, ni tampoco al misterioso predicador que acude cuando más se le necesita en EL JINETE PÁLIDO ni a muchos otros de los personajes de sus películas, interpretados o no por él, porque una vez les conoces se quedan grabados a fuego para siempre en la memoria gracias a su magia, a la magia que Eastwood imprime en cada una de sus empresas.
BANDERAS DE NUESTROS PADRES no es una excepción, al contrario, el último film de mi adorado Clint es un ejercicio fantástico de antibelicismo puro, una alegoría valiente y descarada contra la guerra, el sufrimiento que la misma provoca y el concepto manido del héroe a través de una historia real para cuyo guión ha vuelto a contar con la colaboración del estupendo Paul Haggis. Los tres protagonistas supervivientes de una foto casual del alzamiento de una bandera en medio de la batalla de Iwo Jima se convierten de la noche a la mañana y gracias a la difusión inmediata de dicha instantánea a la prensa norteamericana en un objeto de propaganda bélica, en un modo de obtener dinero para seguir costeando una guerra que el tesoro estadounidense ya no puede continuar financiando. Así que aquellos improvisados héroes se ven envueltos en una farsa en la que no creen y que nunca pueden superar como tampoco podrán jamás olvidar todo lo que han visto y vivido en su experiencia en el frente. Experiencia que el viejo Clint nos muestra con flashbacks desgarradores al campo de batalla, tan crudos y violentos que son capaces de transportar al espectador al particular infierno que cada uno de los soldados está viviendo. Así pues una vez más Eastwood nos alecciona, esta vez sobre la dureza e inutilidad de la guerra, y lo hace sin patriotismo alguno, simplemente echando mano de unos valores universales que sirven para superar cualquier momento duro, el valor de la amistad y el de la fraternidad.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me muero de ganas de verla. Coincido contigo es un buen contador de historias
besos
Anónimo ha dicho que…
Decepción no es la palabra, Aru, para definir el estado del que salí después de ver Banderas... Porque usando un simil militar, de esos que ni a ti ni a Eastwood os gustan, el buen cine al tío Clint se le supone. Y aquí hay algo , que no me funciona y que me falta para engancharme definitivamente a esta historia. Diríase que el hombre ha querido bordear ciertos tópicos, pero en su intento ha caido en otros más gordos. Si te ha gustado esta historia de héroes que no quieren serlo, querida Aru, te recomiendo otra mucho más modesta pero que a mí me resultó bastante más efectiva (la argentina Iluminados por el fuego). En todo caso, Banderas es una peli incompleta,porque forma parte de una serie que todavía no ha concluido. Tendremos que esperar al mes que viene para que nos llegen esas otras cartas con remite japonés desde Iwo Jima
Arual ha dicho que…
Mari: Yo te la recomiendo aunque ya ves que no a todos les ha causado el mismo efecto que a mí, pero claro está, en la variedad está el gusto, buenos días!

Dexter: Bueno bueno Dext chatín, algo habrá hecho el mozo para que como tú dices se le presuponga buen cine, es lo que les ocurre a los grandes, no? Si ha llegado a dónde ha llegado, si sus películas han trascendido como lo han hecho y algunas de ellas, obviando mi opinión personal claro está, llena de subjetividad exaltada, están en las filas de los clásicos del cine, pues por algo será. Pero yo ya digo que de eso no sé, yo sólo cuento lo que siento y lo que él me transmite con su forma de narrar a través de las imágenes. Bien es cierto que BANDERAS DE NUESTROS PADRES es la mitad de una historia que todavía no ha sido completada, pero a mí esta mitad me ha gustado mucho, me ha puesto en la piel de esos tres pobres muchachos que no entienden nada de lo que les sucede y me ha conmovido mucho. Ahora bien ya digo que mi pasión por Clint puede sesgar mi opinión, no lo voy a negar, pero como ya dije el otro día de tu Woody, por el que sabes también siento devoción, si alguien debe emocionarme y transmitirme sentimientos a través de historias cotidianas y reales, que sea Eastwood por favor.
Buenos días y me alegra de que hayas vuelto a dejarte caer por aquí, ya te echaba de menos.
Anónimo ha dicho que…
Pues eso, yo es que vengo de repasar el domingo pasado Los puentes de Madison. Y al lado de ese terremoto de pasiones y de emocion que provocan Clint y Meryl en aquella peli, esta historia, no sé, se me queda como corta. Yo no digo que este mal porque como te digo Clint es Clint, pero...

De todas formas, aru, desde lo de la apuesta te veo algo quejica conmigo, joooo.
Arual ha dicho que…
Dexter: Te voy a contar otro secreto de los míos, pero prométeme que jamás se lo mencionarás a Lowens vale? LOS PUENTES DE MADISON es la única peli de Clint que no me gusta. Sí ya lo he dicho, en fin es lo que pasa, que las películas de Clint o te remueven por dentro o no, y a mí el dramón romántico que a ti te sacudió la semana anterior pues no me hizo el mismo efecto. Es cuestión de percepciones, y ya está, lo que es innegable es que el viejo Clint hace muy bien su trabajo.
Ah! Por cierto con tu mensaje de hoy me has demostrado que eres un chico de principios, si tu intuición te dijo en su momento que no tenía que ser esta peli la apuesta de la semana era porque realmente lo sentías así, y para ti era así, te decepcionó más tarde, así que no puedo enfadarme ante eso, retiro mi cabreo, y ya prometo no ponerme más quisquillosa contigo.... hasta la próxima vez claro, jaja, qué te pensabas. Besotes!!!
naidleim ha dicho que…
No he visto aún "Banderas de nuestros padres", pero sí que me gustaría comentarte que para mí la mejor película del 2004 ha sido "Million Dollars Baby". No he visto tantas películas de Clint Eastwood pero reconozco que Los Puentes de Madison a mí me gustó mucho (aunque quizás porque la vi acompañada en casa de una personita muy querida...;) )

Besos
Fernando J. López ha dicho que…
Ays... Yo, que soy un fan acérrimo de Eastwood, salí decepcionado de esta película... Pero los motivos me los reservo para un futuro blog, que eso de los debates metatextuales me gusta mucho ;-)
Besos gigantes
Arual ha dicho que…
Naidleim: LOS PUENTES DE MADISON es una película que a mi no me gusta, pero no niego que sea deliciosa para muchos.
Cinephilus: Espero ansiosa tu post sobre BDNP, besos para ti!
Sett ha dicho que…
Clint Eastwood sin duda una mente privilegiada

Entradas populares de este blog

No pudo ser.

Breve post para contaros que se ha interrumpido involuntariamente mi deseado embarazo. Volveré cuando esté un poco mejor... Ahora no tengo palabras.

Despertar de nuevo...

Abro los ojos de nuevo al mundo, despierto de una especie de ensoñación o pesadilla más bien, donde el mundo, mi mundo, se estaba desmoronando. Miro hacia mi alrededor y todo sigue bien. Mi sobrino es un bebé sano y regordete que no necesita estar conectado a una máquina y puede salir a pasear cada día por la calle. Nadie lleva mascarilla. No ha habido una avalancha de muertes inesperadas. Puedo abrazar a mi amiga después de un día duro para darle ánimo y nadie me mirará con cara de reprobación. Puedo planificar mi próxima escapada a un concierto, o mi próximo viaje, y no necesitaré un PCR negativo. No hay toque de queda. Puedo ver salir el sol. Comer una hamburguesa en la calle está bien. Hacerlo en una terraza también. No conozco el concepto distancia social. Lo más hidroalcohólico que tengo es el último gin tonic que tomé el sábado pasado. No hay pandemia. Y no he cometido ningún estúpido error. No he visto la cara B de la vida y no quiero verla.  Pero desde mayo tengo una sonrisa 

Burning night.

Voy falta de sueño, bueno de sueño y de muchas otras cosas, y puede que eso nuble mi entendimiento, como la solteras nublan el entendimiento de Carlos Baute y lo dejan colgado no precisamente en sus manos cada tarde en esa cosa que se parece a un programa pero que la verdad no acabo de entender muy bien que es y que se llama ELÍGEME. ¿Pero Carlos Baute no prefería a los estibadores portuarios? Siempre lo había creído así pero viendo como desnuda con la mirada a las mocetonas que entran en su plató tengo una duda más que considerable al respecto. En fin a lo que íbamos que tengo la cabeza un poquito atolondrada (ufff esta palabra que acabo de usar era la favorita de la Hermana María, mi profe de mates de 8º EGB, así de repente me ha venido un flash de su imagen a la cabeza, no os digo que no estoy fina...) y puede que eso haga que ande un poco monotemática, pero tenéis que perdonarme, I'm happy, so happy, y no se me puede aguantar, I know. Y es que esta noche... VAMOS A QUEMAR MESTA