Los pequeños momentos de felicidad son sin duda alguna los mejores, sí, la felicidad de las grandes ocasiones, aquella que se demuestra de modo desbordado no es la mejor ni mucho menos, porque en esto, como en muchas otras cosas de la vida, no importa la cantidad sino la calidad. Y es que habitualmente estos llegan cuando menos te lo esperas y el efecto sorpresa que producen aún los hace más entrañables.
A veces cuesta poco hacer feliz a alguien o que alguien con un sencillo gesto te haga feliz: un bonito regalo y una cena fuera de casa para esa suegra que pasará el día de la madre sola en casa y a la que no podrás acompañar en su jornada especial; transmitir esas palabras que necesita oir tu mejor amiga ante uno de los momentos más cruciales de su vida; ese momento robado al fin de semana junto a tu pareja ordenando un caótico cajón en el que encuentras de todo, y sobre todo, objetos que no hacen más que brindarte bonitos recuerdos y sonrisas de complicidad; una conversación casual e imprevista con ese alguien a quien echas de menos a media tarde; echar un cable a ese compañero de trabajo al que sabes bien que la vida últimamente no le está trantando del modo que debiera; en fin, que ofrecer un pequeño instante de dicha a quienes nos importan no nos cuesta tanto. Y al fin al cabo la suma de todos esos retazos es por la que te recordaran o por la que recordarás, y también es la que ayuda a ver con otros ojos los momentos malos.
Hoy viniendo del trabajo camino a casa en el coche me han venido a la cabeza todos esos minutos breves de felicidad cotidiana con la que se ha salpicado mi semana y eso me ha hecho sonreir, a pesar de no haber tenido un buen día. Así que he pensado que tal vez si los compartía con vosotros, podría arrancaros una leve sonrisa y regalaros otro pequeño pedacito de felicidad a vosotros, formando una pequeña cadena de buenas intenciones, quien sabe si he sido demasiado pretenciosa con la idea, lo que sí sé de todos modos es que así ha nacido la idea de escribir este post.
A veces cuesta poco hacer feliz a alguien o que alguien con un sencillo gesto te haga feliz: un bonito regalo y una cena fuera de casa para esa suegra que pasará el día de la madre sola en casa y a la que no podrás acompañar en su jornada especial; transmitir esas palabras que necesita oir tu mejor amiga ante uno de los momentos más cruciales de su vida; ese momento robado al fin de semana junto a tu pareja ordenando un caótico cajón en el que encuentras de todo, y sobre todo, objetos que no hacen más que brindarte bonitos recuerdos y sonrisas de complicidad; una conversación casual e imprevista con ese alguien a quien echas de menos a media tarde; echar un cable a ese compañero de trabajo al que sabes bien que la vida últimamente no le está trantando del modo que debiera; en fin, que ofrecer un pequeño instante de dicha a quienes nos importan no nos cuesta tanto. Y al fin al cabo la suma de todos esos retazos es por la que te recordaran o por la que recordarás, y también es la que ayuda a ver con otros ojos los momentos malos.
Hoy viniendo del trabajo camino a casa en el coche me han venido a la cabeza todos esos minutos breves de felicidad cotidiana con la que se ha salpicado mi semana y eso me ha hecho sonreir, a pesar de no haber tenido un buen día. Así que he pensado que tal vez si los compartía con vosotros, podría arrancaros una leve sonrisa y regalaros otro pequeño pedacito de felicidad a vosotros, formando una pequeña cadena de buenas intenciones, quien sabe si he sido demasiado pretenciosa con la idea, lo que sí sé de todos modos es que así ha nacido la idea de escribir este post.
Comentarios
Gracias.
Besos!!
Me ha encantado leerlo, y ¿qué mejor momento para incorporarme a este blog?
Ah, y felicidades por el aniversario que he leído un poco más arriba, je, je...
besotes
Sucede con las sonrisas: que se contagian rápidamente, con las buenas intenciones y pensamientos.
Y creo en la gente que piensa en los demás cuando tiene un mal día; algún día, cuando estés mal, podrás pensar en ti misma y desearte todo eso que has deseado a los demás.
Aupa! Salud!
Hoichi: Esa sonrisa tuya ya ha valido la pena... un beso!!
Juan: Sí conozco la peli CADENA DE FAVORES y a mí también me gusta desencadenar cosas buenas... otro beso y otra sonrisa para ti!!