Tiempo ya llevaba yo sin escribir sobre cine, casi un mes, y eso para mí es mucho, porque sin cine me cuesta vivir, y cómo sobrevivir tantos días sin algo tan imprescindible, ¿verdad?
En cualquier caso para escribir sobre esto o sobre cualquier otra cosa he de sentir un impulso primero, una necesidad vital que me obligue a teclear unas pinceladas, siempre muy personales, acerca del tema que quiero tratar. No soy de las que escriben por escribir. Por eso hay veces que mi blog experimenta drásticos parones y en otras ocasiones, sufre avalanchas de palabras, encajadas con cierta torpeza, pero con la mejor de las intenciones.
Así pues llevaba varios días sin ir al cine, y/o viendo poco cine de otros modos alternativos, las circunstancias personales y/o televisivas han ido siendo las principales culpables.
Además lo poco que había visto no me había transmitido nada especial sobre lo que hablar así que mejor obviarlo me dije.
En cualquier caso ayer la cosa cambió, estrené mi nuevo reproductor portátil de disco duro de 3,5" del que os hablé en el post anterior, con una delicia llamada LA MALDICIÓN DE LA FLOR DORADA.
Ni que decir que me gusta el colorido del cine de Zhang Yimou, ¿a quién no? Es como asistir a la explosión de la misma primavera, es como pasear por mi comarca días atrás cuando el campo presentaba todo su esplendor gracias a las magníficas lluvias que lo habían ido regando, sus imágenes son mágicas y visualmente me parece maravilloso, se nota su pasado fotográfico.
Mi última experiencia con el director chino tengo que remontarla a HERO, dado que no he visto aún LA CASA DE LAS DAGAS VOLADORAS, y confieso que no tardaré en hacerlo.
Así que ayer me decidí a darle un poquito de color al día gris y solitario que tenía que pasar en casa en ausencia de mi chico que os recuerdo andaba de affairs electoralistas. El plan inicial era ir a la playita a pillar yo misma un poquito de color pero con el fresco que hacía tuve que declinarlo.
Así que me dispuse a visionar este film. Como os digo adoro la fotografía del cineasta oriental pero lo que más me fascina aún es la forma especial en que trata a la mujer. Siempre hay una fémina luchadora y valiente que no teme enfrentarse a una sociedad machista y tradicional como la china. Eso es lo genial del cine de Yimou.
En esta ocasión la emperatriz, interpretada por la bellísima Gong Li, bulle energía y fuerza por cada poro de su piel, incluso cuando se siente debilitada por el efecto del veneno que se ve obligada a tomar cada dos horas mezclado con una extraña medicina que su propio marido le prescribe, nunca se rinde, lucha y busca una salida.
La tensión se palpa en cada paso que los miembros de la família imperial fijan en los suelos de los largos pasillos rojos brillantes de palacio, en cada mirada que se cruzan en la mesa cuadrada bajo la atenta escolta de millones de crisantemos amarillos, en cada uno de los gestos que se profieren. Los secretos, las mentiras y la traición se respiran y nada evitará el desenlace final previsto para la fiesta del doble Yang.
Me apasiona todo eso del cine del director de películas tan reconocidas como SORGO ROJO, y tal vez esa sea la razón por la que desee seguir indagando en su filmografía, quiero seguir descubriendo mujeres fuertes que me inspiren y que me demuestren que no hay que claudicar, que cuando todo falla y aunque ya esté todo perdido, nunca hay que bajar la cabeza, hay que perseguir los sueños.
Con todo y de momento esta película me ha impulsado a que vuelva a sentir la necesidad de escribir sobre cine, y eso ya es mucho ¿no creéis?
En cualquier caso para escribir sobre esto o sobre cualquier otra cosa he de sentir un impulso primero, una necesidad vital que me obligue a teclear unas pinceladas, siempre muy personales, acerca del tema que quiero tratar. No soy de las que escriben por escribir. Por eso hay veces que mi blog experimenta drásticos parones y en otras ocasiones, sufre avalanchas de palabras, encajadas con cierta torpeza, pero con la mejor de las intenciones.
Así pues llevaba varios días sin ir al cine, y/o viendo poco cine de otros modos alternativos, las circunstancias personales y/o televisivas han ido siendo las principales culpables.
Además lo poco que había visto no me había transmitido nada especial sobre lo que hablar así que mejor obviarlo me dije.
En cualquier caso ayer la cosa cambió, estrené mi nuevo reproductor portátil de disco duro de 3,5" del que os hablé en el post anterior, con una delicia llamada LA MALDICIÓN DE LA FLOR DORADA.
Ni que decir que me gusta el colorido del cine de Zhang Yimou, ¿a quién no? Es como asistir a la explosión de la misma primavera, es como pasear por mi comarca días atrás cuando el campo presentaba todo su esplendor gracias a las magníficas lluvias que lo habían ido regando, sus imágenes son mágicas y visualmente me parece maravilloso, se nota su pasado fotográfico.
Mi última experiencia con el director chino tengo que remontarla a HERO, dado que no he visto aún LA CASA DE LAS DAGAS VOLADORAS, y confieso que no tardaré en hacerlo.
Así que ayer me decidí a darle un poquito de color al día gris y solitario que tenía que pasar en casa en ausencia de mi chico que os recuerdo andaba de affairs electoralistas. El plan inicial era ir a la playita a pillar yo misma un poquito de color pero con el fresco que hacía tuve que declinarlo.
Así que me dispuse a visionar este film. Como os digo adoro la fotografía del cineasta oriental pero lo que más me fascina aún es la forma especial en que trata a la mujer. Siempre hay una fémina luchadora y valiente que no teme enfrentarse a una sociedad machista y tradicional como la china. Eso es lo genial del cine de Yimou.
En esta ocasión la emperatriz, interpretada por la bellísima Gong Li, bulle energía y fuerza por cada poro de su piel, incluso cuando se siente debilitada por el efecto del veneno que se ve obligada a tomar cada dos horas mezclado con una extraña medicina que su propio marido le prescribe, nunca se rinde, lucha y busca una salida.
La tensión se palpa en cada paso que los miembros de la família imperial fijan en los suelos de los largos pasillos rojos brillantes de palacio, en cada mirada que se cruzan en la mesa cuadrada bajo la atenta escolta de millones de crisantemos amarillos, en cada uno de los gestos que se profieren. Los secretos, las mentiras y la traición se respiran y nada evitará el desenlace final previsto para la fiesta del doble Yang.
Me apasiona todo eso del cine del director de películas tan reconocidas como SORGO ROJO, y tal vez esa sea la razón por la que desee seguir indagando en su filmografía, quiero seguir descubriendo mujeres fuertes que me inspiren y que me demuestren que no hay que claudicar, que cuando todo falla y aunque ya esté todo perdido, nunca hay que bajar la cabeza, hay que perseguir los sueños.
Con todo y de momento esta película me ha impulsado a que vuelva a sentir la necesidad de escribir sobre cine, y eso ya es mucho ¿no creéis?
Comentarios
Y es que el Yimou crea cada imagen...
Pero entiendo esa sensación de ver pelis "épicas"; de esas que te suben la moral y te dan ganas de salir ahí afuera a comerte el mundo; a mi me pasa con ESDLA y LGDLG, por ejemplo.
Me has recordado una escena.. voy por ella!
Salud!
Que rica esta la chica.mmmm
Juan: Es que hay cine oriental y cine oriental desde luego, y también cine épico y cine épico, en ambos casos puedes encontrar tesoros y tanto el que yo cuento en este post como los qué tú has nombrado lo son... sin duda!!!
Sett: Jajaja!! No esperaba menos de tu comentario, estás fatal cielo, esta primavera te va a matar!!!
besitos
"Sin cine me cuesta vivir". Y a mí, Arual, y a mí...
Juan R.M.: Es que no se puede, ¿a qué no?
Y aunque ya he dicho que no soy muy experto en cine oriental, me apunto la recomendación de 'La maldición de la flor dorada'.