Definitivamente lo corrosivo está de moda en televisión, ser políticamente incorrecto, borde, atrevido y transgresor es lo que más sube la audiencia. Ejemplos los encontramos fácilmente y variados: desde los altas cotas de "share" que presentaba OT cada vez que las gafas de Risto y él mismo tras de ellas aparecían para destrozar los ánimos de los "triunfitos" con su lecciones de marketing para todos los públicos, hasta la presencia de ese "pseudo"-personajillo llamado Dani Rubio que dio vidilla a una más que agónica edición de GH con su discurso extremista, misógino y racista, pasado de la raya, que ahora supongo, no lo sé, debe seguir propagando en los programas terroríficos de la tarde (vease A TU LADO y similares). En cualquier caso ese tipo de corrosión no me convence, no me gusta, a mí la que me engancha y me hace destornillar de risa es aquella de la que os quiero hablar hoy en mi post, y es la que se desprende en los guiones de NOCHE HACHE o en algu...
El mundo visto con humor, amor y mucha tolerancia.