Estoy cabreada conmigo misma, pero mucho, mucho, tanto y tanto, que me siento como la mala más mala de la peli, pero con remordimientos, lo que viene siendo una "piltrafilla" de villana vaya. ¿Os imagináis a Lex Luthor o a Darth Vader con vocecillas interiores de su conciencia que les adviertan de lo malignos que son mientras manipulan la criptonita contra Superman o utilizan su espada láser luchando con Luke Skywalker? No hombre xddd, que así nos cargamos los fundamentos del personaje maligno leñes!!!
Pues así estoy yo. Intento resumiros el asunto, y digo intento, porque no sé si seré capaz. Últimamente no estoy muy sintética que digamos.
Todo empieza el viernes. Me llama una prima lejana de Barcelona, a la par que amiga, a la que aprecio mucho (en el pueblo salimos con la misma pandilla) para anunciarme su embarazo. Yo me siento feliz por ella, hago un poquito de esfuerzo para que no me corroa la envidia y la rabia que me producen este tipo de noticias en los últimos meses, y lo consigo, me siento orgullosa de mi logro. Voy bien. Hablamos un buen rato por el móvil mientras yo preparo la maleta para irme de fin de semana precisamente al pueblo.
Llega el sábado, el día en que por fin conoceré a la pequeña que acaba de tener mi mejor amiga P., hecho del que ya os informé convenientemente la semana pasada en mi blog. Estoy emocionada porque me muero de ganas de verla a ella y a su dulce niña. Antes de salir viene de visita a casa de mis padres otra de mis primas, que ha sido mamá recientemente. Jugueteo un rato con su niña y empiezo a notar de nuevo esa fea envidia contra la que me estoy batiendo en duelo con todas mis fuerzas desde que el instinto maternal llamó a mi puerta. Sigo allí charlando con mi tía, mi madre y mi prima y después me dispongo a partir hacia la casa de mi amiga.
Llego con mis regalos y sólo de ver a la niña y a la feliz mamá se me arremolina un nudo en el estómago como un pimiento. Paso la tarde con mi amiga, disfrutamos charlando aunque las visitas multitudinarias del primer fin de semana en casa no nos dejan hablar con la habitual tranquilidad. Durante aquel rato me notifican dos nuevos embarazos de gente conocida. El pimiento ya se ha convertido en un melón dentro de mí. Mr. Hyde se está manifestando por momentos. Sobre las nueve decido marcharme hacia casa. Me despido de mi amiga hasta el día siguiente.
Ceno en família, veo un poquito la tele (ni siquiera tengo ganas de salir por ahí un ratito) y a la cama que me voy. Mi marido me hace terapia, es el hombro sobre el que llorar, pero el pobre ya lo tiene desgastadísimo (como siempre gracias J., que sé que me lees!!!).
Al día siguiente el domingo transcurre de la forma habitual cuando estoy en el pueblo y hace ya buen tiempo (no madrugar, paseo, vermut, lo típico) pero yo me noto extremadamente sensible. El melón sigue en mi estómago y las ganas de llorar se me antojan incontenibles. Pero yo me esfuerzo en disimular, hay que hacerlo, nadie debe notar nada.
Por la tarde vuelvo a ver a mi amiga, esta vez estoy menos tiempo, demasiada gente alrededor y ella anda agobiada. Nos despedimos en la calle, ella baja para airearse y charlamos junto a mi marido y otra pareja de amigos un ratito. La conversación no deja de versar sobre el mismo tema, niños, embarazos, partos, y yo, continuo muriéndome de envidia, no quiero sentirme así, no quiero ser tan mala, no, pero no puedo evitarlo, es algo superior a mí, quiero saber por qué no puedo ser feliz por el momento que vive la gente que quiero, ¿por qué?
Siempre he dicho o he pensado que la felicidad de los que me rodean me hace dichosa, pero ahora veo que no, que soy una egoísta sin remedio, me odio.
De vuelta, en el coche, de camino hacia la rutina que me impone la ciudad en la que ahora vivo, contengo las lágrimas de nuevo, no quiero que mi chico me note que vuelvo a estar triste, pero él lo percibe todo, a veces pienso que sabe leerme los pensamientos.
Hoy lunes sigo igual, enfurecida y triste, ya no sé cómo hacer frente a esta situación de locos, ni siquiera logro distraerme con el trabajo. De todos modos como siempre escribirlo me alivia. Aún así me doy cuenta de que soy la villana que plasma en letra sus remordimientos, una villana muy pero que muy cutre por cierto, nada que ver con el gran Darth Vader...
Pues así estoy yo. Intento resumiros el asunto, y digo intento, porque no sé si seré capaz. Últimamente no estoy muy sintética que digamos.
Todo empieza el viernes. Me llama una prima lejana de Barcelona, a la par que amiga, a la que aprecio mucho (en el pueblo salimos con la misma pandilla) para anunciarme su embarazo. Yo me siento feliz por ella, hago un poquito de esfuerzo para que no me corroa la envidia y la rabia que me producen este tipo de noticias en los últimos meses, y lo consigo, me siento orgullosa de mi logro. Voy bien. Hablamos un buen rato por el móvil mientras yo preparo la maleta para irme de fin de semana precisamente al pueblo.
Llega el sábado, el día en que por fin conoceré a la pequeña que acaba de tener mi mejor amiga P., hecho del que ya os informé convenientemente la semana pasada en mi blog. Estoy emocionada porque me muero de ganas de verla a ella y a su dulce niña. Antes de salir viene de visita a casa de mis padres otra de mis primas, que ha sido mamá recientemente. Jugueteo un rato con su niña y empiezo a notar de nuevo esa fea envidia contra la que me estoy batiendo en duelo con todas mis fuerzas desde que el instinto maternal llamó a mi puerta. Sigo allí charlando con mi tía, mi madre y mi prima y después me dispongo a partir hacia la casa de mi amiga.
Llego con mis regalos y sólo de ver a la niña y a la feliz mamá se me arremolina un nudo en el estómago como un pimiento. Paso la tarde con mi amiga, disfrutamos charlando aunque las visitas multitudinarias del primer fin de semana en casa no nos dejan hablar con la habitual tranquilidad. Durante aquel rato me notifican dos nuevos embarazos de gente conocida. El pimiento ya se ha convertido en un melón dentro de mí. Mr. Hyde se está manifestando por momentos. Sobre las nueve decido marcharme hacia casa. Me despido de mi amiga hasta el día siguiente.
Ceno en família, veo un poquito la tele (ni siquiera tengo ganas de salir por ahí un ratito) y a la cama que me voy. Mi marido me hace terapia, es el hombro sobre el que llorar, pero el pobre ya lo tiene desgastadísimo (como siempre gracias J., que sé que me lees!!!).
Al día siguiente el domingo transcurre de la forma habitual cuando estoy en el pueblo y hace ya buen tiempo (no madrugar, paseo, vermut, lo típico) pero yo me noto extremadamente sensible. El melón sigue en mi estómago y las ganas de llorar se me antojan incontenibles. Pero yo me esfuerzo en disimular, hay que hacerlo, nadie debe notar nada.
Por la tarde vuelvo a ver a mi amiga, esta vez estoy menos tiempo, demasiada gente alrededor y ella anda agobiada. Nos despedimos en la calle, ella baja para airearse y charlamos junto a mi marido y otra pareja de amigos un ratito. La conversación no deja de versar sobre el mismo tema, niños, embarazos, partos, y yo, continuo muriéndome de envidia, no quiero sentirme así, no quiero ser tan mala, no, pero no puedo evitarlo, es algo superior a mí, quiero saber por qué no puedo ser feliz por el momento que vive la gente que quiero, ¿por qué?
Siempre he dicho o he pensado que la felicidad de los que me rodean me hace dichosa, pero ahora veo que no, que soy una egoísta sin remedio, me odio.
De vuelta, en el coche, de camino hacia la rutina que me impone la ciudad en la que ahora vivo, contengo las lágrimas de nuevo, no quiero que mi chico me note que vuelvo a estar triste, pero él lo percibe todo, a veces pienso que sabe leerme los pensamientos.
Hoy lunes sigo igual, enfurecida y triste, ya no sé cómo hacer frente a esta situación de locos, ni siquiera logro distraerme con el trabajo. De todos modos como siempre escribirlo me alivia. Aún así me doy cuenta de que soy la villana que plasma en letra sus remordimientos, una villana muy pero que muy cutre por cierto, nada que ver con el gran Darth Vader...
Comentarios
Yo estoy seguro de que has hecho y vas a hacer todo lo que está en vuestra mano para poder cumplir con tu sueño. Y lo conseguirás.
Ánimo! y no caigas en el lado oscuro...besos!
Cualquiera que haya vivido, sentido y pasado lo que tu pasas, se comportaría igual; y estoy convencido de que si yo te contara que me pasa lo que a ti, me comprenderías y perdonarías mis egoismos.
El problema es que somos demasiado duros con nosotros mismos; te lo digo por experiencia propia.
Ánimo y un abrazo!
Seguro que en ningún momento has querido mal a ninguno de tus amigos, que no has deseado nada malo para ellos, ni que pierdan lo que tienen. Eso si sería una envidia peligrosa.
Tu anelo es sano y Juan tiene razón, no debes ser tan dura contigo misma. Yo también te comprendo. Mis sobrinos son preciosos, y tengo envidia sana de mi hermana. Pero jamás le he desado ningún mal. Solo he anelado esa faceta de su vida.
Saludetes, y ánimo.
Em fin, que pienso mucho en ti, Arual, por la afinidad que tenemos en muchas cosas incluido este tema (pero sabes que no es el único)y sólo deseo que resistas (repito de otro comentario). Mil besos de sentimientos compartidos...
Y no te obsesiones (qué fácil que es dar consejos). Piensa en lo que tienes, que es mucho. No lo destruyas por lo que no tienes. (Pensé mucho en todo esto en un periodo idéntico al que tú estás viviendo).
Por desdramatizar, te diré que los del Atleti tenemos que soportar a los amigos del Barça y Madrid hablándonos de sus Champions. Bueno. Ya vendrán tiempos mejores, y si no viniesen que nosea por nosotros.
Besos.
Aru, tú de villana tienes lo que yo de play boy
No has escuchado nunca la frase de: tengo envidia sana? Pués creo que es la frase q mejor describe lo que tú estas sintiendo ahora mismo.
No te agobies mas de la cuenta que sabes que no es bueno.
Te mando todo mi apoyo y mi cariño.
y que no te escuche decir mas que eres como la mala de una peli... ya quisiera mas de un bueno ser como tú. Besosssssss.
La palabra "egoismo" es una de esas que tiene hoy un uso peyorativo que no comparto. No es malo querer lo que tienen otros. ¿Cómo va a ser malo soñar con tener la felicidad que ya tienen otros? Si acaso será buen ojo, que nos fijamos siempre en lo positivo...
No te conozco mucho, pero yo también he pasado por fases parecidas. Al final lo único que haces (hice) mal, es darle vueltas a la cabeza sobre el mismo tema pensando en que lo hacía era horrible. No lo es. Y cuando te acabes de convencer lo verás y disfrutarás de todo lo que te rodea.
Como fan confeso y eterno de 'Star Wars', sólo te diré una cosa más. Recuerda que es Darth Vader quien cumple la profecía y trae el equilibrio a la Fuerza. Si te pareces en algo a Vader, te espera un gran futuro, ya lo verás...
Adolfo: Ya sé que es anhelo, puro y duro, pero es que llevo tanto tiempo con este deseo que cada vez mis sentimientos se tornan más egoístas y yo me siento más incómoda con ellos, por lo que es más difícil convivir con esta situación, no sé si me explico... Y por supuesto que me alegro por ellos, son mis amigos, les quiero, y me gusta verles felices, eso es así, pero me da rabia no poder sentirme completamente bien y feliz por ellos, ¿sabes?
Duna: Sé bien cuánto me comprendes, sabes a mí la gente ni siquiera ya me pregunta lo de para cuándo los niños, supongo que ya deben intuir que algo pasa para que no los tenga, porque está claro que se me cae la baba cada vez que estoy con niños. Así que ya no tengo que contestar nada.
Y mis amigos más próximos tampoco me dicen nada porque saben qué me pasa. En cualquier caso y como ya te he dicho, sé lo bien que sabes como me siento. Resistiré por supuesto, no me queda más remedio. Gracias guapa!
Zar: Ahí le has dado lo que más miedo me da es que esta situación tense la relación que tengo con mi chico, capear el temporal sin que se afecte nada es lo más complicado, pero bueno tengo que resistir como le he dicho a Duna, por él y por todo lo demás, y él también. Ojalá llegue pues ese día en que me ría de todo esto y vosotros conmigo, verdad?
Dext: Xddd no seas cruel con Zar que bastante tiene siendo colchonero, jeje!! Gracias chatín, siempre me arrancas una sonrisa y lo sabes!!
Mae: Sí sí conozco el concepto de la envidia sana pero jamás lo creí demasiado, la envidia no puede ser nunca sana, en fin gracias por tu apoyo y tus ánimos, de verdad.
Pi: Nena que te voy a contar que no hayas oído setecientas veces ya, pero ya ves que de vez en cuando me sigue dando el bajón, soy peor que un índice bursátil, "pa arriba", "pa abajo", pero bueno ahí tengo buenas influencias que me animan constantemente y vosotros sóis parte de ellas, un beso preciosa!
besotes guapa
Jejeje!!! Va anda dame envidias insanas con el Primavera Sound leñes!!!
Me resultó.
Mari: Tus consejos son geniales lo sabes verdad, los sigo, y los seguiré todo el tiempo que haga falta, gracias solete!!
Eres muy joven y tienes tiempo de sobra para traer al mundo a Aural Jr., que espero que acabe siendo socio/a del Barça, por supuesto.