Si algo tienen en común las dos películas que he podido disfrutar por fín este fín de semana, y digo por fín, porque llevaba mucho tiempo deseándo verlas, y digo disfrutar, porque en ambos casos he de decir que son dos pequeñas maravillas cinéfilas tal como me había recomendado mi buen amigo Dexter, han sido los sueños que contienen. Sueños que comparto hoy, y que hubiera compartido desde luego si hubiera vivido en los momentos que se narran en ambas. Y es que de hecho se habla de sueños sí, pero también de miedos, a lo incierto, al futuro, a ese cambio que se busca, que se anhela, que se necesita y que no siempre llega, lamentablemente.
El primero de los sueños del que quiero hablaros hoy es el de un país mejor, en concreto, de una América mejor, un sueño sobre el que el director de BOBBY, Emilio Estévez, quiere enfatizar dibujando con trazos sutiles y efectivos la suma de historias, ilusiones y desencantos que convivieron bajo el techo del Hotel Ambassador de Los Angeles aquellas horas anteriores a la fatídica noche de agosto en que fue asesinada una de las grandes esperanzas yankees, Robert Kennedy. Unas historias, unas ilusiones y unos sueños que seguro no distan demasiado de las que a día de hoy mantienen muchos ciudadanos del país más poderoso del mundo. Por aquellos días la guerra del Vietnam empezaba a perder sentido incluso para quienes habían llegado a creer en ella pero es que justo hoy Vietnam se llama Irak. Además no sólo estamos ante un canto antibelicista con la propuesta del hijo de Martin Sheen, hay mucho más contenido en su metraje, de hecho hay tantas cosas que podemos ver o sentir, cercanas a nuestra realidad: discriminación racial, sexual, odio a lo diferente, tanto y tanto sobre lo que aún tenemos mucho camino pendiente de recorrer que sencillamente me cuestiono si realmente hemos evolucionado tanto en estos cuarenta años transcurridos y la respuesta se me antoja bastante negativa, no sé qué pensaréis vosotros al respecto. En fin que el director-actor americano, al igual que muchos otros artistas hollywoodienses, se ha apuntado al carro de tirarle las orejas al gobierno de los Estados Unidos, y qué mejor manera que hacerlo que con una arma infalible como es el arte, y que modo más efectivo que el usado en esta ocasión: una película precisa, impactante y elaborada a base de retazos de vidas cortados y pegados a conciencia y absolutamente acertados, y con un elenco de actores de lujo que no hacen más que engrandecer lo que se cuenta: otra triste historia más del pueblo americano.
También de los sueños de otro país, la Alemania socialista de la era Honecker, nos habla esa delicia realizada por Florian Henckel von Donnersmarck titulada LA VIDA DE LOS OTROS. En este caso se trata de sueños de libertad, una libertad que era una utopía total bajo el sistema opresivo y agónico que se mantuvo en la República Democrática Alemana antes de la caída del muro de Berlín, y cuyo brazo ejecutor era la Stasi. Unos sueños que se esbozan esta vez a través de la vida de un escritor que ve como su creatividad se coharta bajo las presiones de un sistema que no entiende de arte, que sólo ve sus absurdas y temibles normas y el precio que hay que pagar por no cumplirlas, unos sueños inspiradores que cambian a un hombre gris y siniestro, como el mismo sistema, y que lo conmueven de modo y manera que actuará en contra de todos los principios que han regido su carrera y su vida. Un film totalmente imprescindible que hay que ver sin excusa, que atrapa de un modo irremediable, por su intensa trama, por su impecable ambientación, por sus magníficas interpretaciones, y que sobre todo deja grabadas en la retina del espectador escenas absolutamente imborrables como la de ese Georg Dreyman revisando su expediente años después y atando los cabos sueltos de su propia vida, o ese magnífico final en el que Gerd Wiesler descubre esa especial dedicatoria de la "Sonata de un hombre bueno" en la libreria. En definitiva una muestra más de que el cine alemán tiene mucho que contar, y sobre todo muy bien, acerca de su propia y también triste historia.
(Atención vídeo con spoilers)
El primero de los sueños del que quiero hablaros hoy es el de un país mejor, en concreto, de una América mejor, un sueño sobre el que el director de BOBBY, Emilio Estévez, quiere enfatizar dibujando con trazos sutiles y efectivos la suma de historias, ilusiones y desencantos que convivieron bajo el techo del Hotel Ambassador de Los Angeles aquellas horas anteriores a la fatídica noche de agosto en que fue asesinada una de las grandes esperanzas yankees, Robert Kennedy. Unas historias, unas ilusiones y unos sueños que seguro no distan demasiado de las que a día de hoy mantienen muchos ciudadanos del país más poderoso del mundo. Por aquellos días la guerra del Vietnam empezaba a perder sentido incluso para quienes habían llegado a creer en ella pero es que justo hoy Vietnam se llama Irak. Además no sólo estamos ante un canto antibelicista con la propuesta del hijo de Martin Sheen, hay mucho más contenido en su metraje, de hecho hay tantas cosas que podemos ver o sentir, cercanas a nuestra realidad: discriminación racial, sexual, odio a lo diferente, tanto y tanto sobre lo que aún tenemos mucho camino pendiente de recorrer que sencillamente me cuestiono si realmente hemos evolucionado tanto en estos cuarenta años transcurridos y la respuesta se me antoja bastante negativa, no sé qué pensaréis vosotros al respecto. En fin que el director-actor americano, al igual que muchos otros artistas hollywoodienses, se ha apuntado al carro de tirarle las orejas al gobierno de los Estados Unidos, y qué mejor manera que hacerlo que con una arma infalible como es el arte, y que modo más efectivo que el usado en esta ocasión: una película precisa, impactante y elaborada a base de retazos de vidas cortados y pegados a conciencia y absolutamente acertados, y con un elenco de actores de lujo que no hacen más que engrandecer lo que se cuenta: otra triste historia más del pueblo americano.
También de los sueños de otro país, la Alemania socialista de la era Honecker, nos habla esa delicia realizada por Florian Henckel von Donnersmarck titulada LA VIDA DE LOS OTROS. En este caso se trata de sueños de libertad, una libertad que era una utopía total bajo el sistema opresivo y agónico que se mantuvo en la República Democrática Alemana antes de la caída del muro de Berlín, y cuyo brazo ejecutor era la Stasi. Unos sueños que se esbozan esta vez a través de la vida de un escritor que ve como su creatividad se coharta bajo las presiones de un sistema que no entiende de arte, que sólo ve sus absurdas y temibles normas y el precio que hay que pagar por no cumplirlas, unos sueños inspiradores que cambian a un hombre gris y siniestro, como el mismo sistema, y que lo conmueven de modo y manera que actuará en contra de todos los principios que han regido su carrera y su vida. Un film totalmente imprescindible que hay que ver sin excusa, que atrapa de un modo irremediable, por su intensa trama, por su impecable ambientación, por sus magníficas interpretaciones, y que sobre todo deja grabadas en la retina del espectador escenas absolutamente imborrables como la de ese Georg Dreyman revisando su expediente años después y atando los cabos sueltos de su propia vida, o ese magnífico final en el que Gerd Wiesler descubre esa especial dedicatoria de la "Sonata de un hombre bueno" en la libreria. En definitiva una muestra más de que el cine alemán tiene mucho que contar, y sobre todo muy bien, acerca de su propia y también triste historia.
(Atención vídeo con spoilers)
Comentarios
pd: creo que sería mejor poner la palabra "spoiler" bien grande, antes del video, compañera.
pd2: buenos gustos los tuyos.
besitos
Juan: Si tengo que elegir también me quedo con LA VIDA DE LOS OTROS, la historia es más intensa desde luego. Por cierto tienes razón en que convendría advertir acerca del vídeo de la peli alemana, ahora lo arreglo, porque últimamente ya he "spoilereado" suficiente este mi humilde blog, xdddd!!
Ahm! Se me olvidaba, tus gustos también son excelentes. Besotes!!
Hoichi: Es maravillosa sí, no sabía que su director fuera tan joven, eso es bueno, seguro que seguiremos disfrutando de buen cine alemán de su mano.
Otro beso!!
Me parece una película imprescindible, una revisión necesaria de la historia que desde España sólo se puede ver con envidia. Una grandísima película, tan bien hecha que asusta. Y qué final, uno de los más motivos que recuerdo...
Ummm, envidia, juan rodriguez millan? te recomiendo que le eches un vistazo a SALVADOR. Eso sí que es digno de despertar envidias.
"La vida de los otros" me parece una buena película, aunque había oído hablar tan bien de ella que me decepcionó un poco.
Sí que te ha cundido escribir esta semana en el blog...:)
a) me encantaa La vida de los otros, es una de mis películas del 2006
b) a mí tbn me gustó mucho Bobby, me alegra saber que Dexter y tú opináis igual ;-)
c) ¿¿¿cuándo nos vas a regalar tu propio blog, Dexter??? Esperamos pronto su llegada...
Ah,y una cuarta:
muuuuuuchos besos, Arual ;-)
Y desde luego lo que si considero envidiable es como Alemania se ha hecho fuerte tras la unificación, ¿no crees? Saludos!!
Dexter: Me debes lo de siempre, ingrésalo en la cuenta habitual, jeje!!
Vargtimen: En la variedad está el gusto, supongo que tenías las expectativas acerca de LA VIDA DE LOS OTROS mucho más altas que yo, jeje!! Ahm!! Sí que me ha cundido sí el blog esta semana, como en todo va por épocas, inspiraciones y tiempo material, no? Besotes!!!
Cinephilus: Hola guapo, ya te echaba de menos por aquí, veo que compartimos gustos, jeje, y bueno ya te ayudaré a presionar a Dext para que abra su propio blog, aunque su sección de recomendaciones cinéfilas semanales del Foro de Cinefilos de Terra (que tengo debidamente enlazada) es un maravilla (Dext buff tendrás que duplicarme la cantidad a ingresar me temo).
Besicos chatín!! A ti también Dext!!
Arual, comparto esa envidia también... Si en este país nos dedicáramos a darnos cuenta de las cosas buenas que tenemos en vez de tirarnos los trastos a la cabeza...
Salud!