¡Qué bueno es recibir la llamada de alguien a quien aprecias muchísimo con la que has compartido momentos geniales en la facultad y fuera de ella anunciándote su próxima boda!
Ayer justo me sucedió eso, eran casi las siete de la tarde y acababa de llegar a casa después del trabajo, después de un lunes que como otros tantos uno está más allá que acá, uno está más en babia que otra cosa, y más después de desconectar como lo hice yo este fin de semana en mi pueblo, aprovechando el buen tiempo, de la compañía de la familia, de los amigos y del sol que bañaba inusualmente las calles de marzo, pero que invitaba a pasear y a salir, y sobre todo a disfrutar.
Vi tres llamadas perdidas en mi móvil de M.J., debió sonar mientras conducía, no me enteré. Tomo el móvil y leo un SMS suyo: "Eps nena no hay manera de hablar contigo, que nada que sólo quería decirte que .... ME CASO!!! Mmm nos hablamos.".
Buff y tanto que nos hablamos, ahora mismo. A ver, devolver llamada. Ya está. Suena tres veces. Descuelga. Listo.
- Holaaaaaa!!
- Enhorabuena!!!
(...) (15 minutos de larga y emocionante conversación)
Qué contenta me he puesto, nos volveremos a reunir todas, qué difícil resulta a veces, que si falla una, que si falla la otra, que si hace meses que no nos vemos, que si a ver si te vienes ya a vernos, que si nos tienes abandonadas, que a ver cuando puedo, siempre excusas, siempre historias rutinarias y aburridas que nos impiden volver a estar juntas todas como en los viejos tiempos, como en aquellos maravillosos años, sí, aquellos años en los que estábamos todo el tiempo pegadas, en clase, en la cafetería, en la biblioteca, en alguna casa, de viaje, de fiesta, paseando, de tiendas, mmmm, qué recuerdos. Todo me ha venido a la memoria. Iré, claro que sí, como ya fui a la boda de M., y como ellas vinieron a la mía, será maravilloso, será el próximo 8 de septiembre, apunto fecha en mi agenda, ¡no fallaré!
Y es que si por algo me gustan las bodas es por compartir un momento, un lapso de tiempo breve o infinito, con la gente que echo de menos, es lo mejor, las parafernalias y los convencionalismos no van conmigo, pero estar con tu gente, no tiene precio. Por eso mi boda fue un día tan especial. Ya no tanto por el mero hecho que representaba, yo sabía que estaba irremediablenten ligada a J. mucho antes que pusiéramos en marcha aquella tediosa maquinaria nupcial, sino por el compartir un día, todo un día con aquellas personas que han significado algo para mí en esta vida, por ser un reencuentro formidable que jamás olvidaré, eso y mis peripecias de la noche de bodas que dan para un post a parte, y no por lo que estáis pensando, lamentablemente, jeje!
Ayer justo me sucedió eso, eran casi las siete de la tarde y acababa de llegar a casa después del trabajo, después de un lunes que como otros tantos uno está más allá que acá, uno está más en babia que otra cosa, y más después de desconectar como lo hice yo este fin de semana en mi pueblo, aprovechando el buen tiempo, de la compañía de la familia, de los amigos y del sol que bañaba inusualmente las calles de marzo, pero que invitaba a pasear y a salir, y sobre todo a disfrutar.
Vi tres llamadas perdidas en mi móvil de M.J., debió sonar mientras conducía, no me enteré. Tomo el móvil y leo un SMS suyo: "Eps nena no hay manera de hablar contigo, que nada que sólo quería decirte que .... ME CASO!!! Mmm nos hablamos.".
Buff y tanto que nos hablamos, ahora mismo. A ver, devolver llamada. Ya está. Suena tres veces. Descuelga. Listo.
- Holaaaaaa!!
- Enhorabuena!!!
(...) (15 minutos de larga y emocionante conversación)
Qué contenta me he puesto, nos volveremos a reunir todas, qué difícil resulta a veces, que si falla una, que si falla la otra, que si hace meses que no nos vemos, que si a ver si te vienes ya a vernos, que si nos tienes abandonadas, que a ver cuando puedo, siempre excusas, siempre historias rutinarias y aburridas que nos impiden volver a estar juntas todas como en los viejos tiempos, como en aquellos maravillosos años, sí, aquellos años en los que estábamos todo el tiempo pegadas, en clase, en la cafetería, en la biblioteca, en alguna casa, de viaje, de fiesta, paseando, de tiendas, mmmm, qué recuerdos. Todo me ha venido a la memoria. Iré, claro que sí, como ya fui a la boda de M., y como ellas vinieron a la mía, será maravilloso, será el próximo 8 de septiembre, apunto fecha en mi agenda, ¡no fallaré!
Y es que si por algo me gustan las bodas es por compartir un momento, un lapso de tiempo breve o infinito, con la gente que echo de menos, es lo mejor, las parafernalias y los convencionalismos no van conmigo, pero estar con tu gente, no tiene precio. Por eso mi boda fue un día tan especial. Ya no tanto por el mero hecho que representaba, yo sabía que estaba irremediablenten ligada a J. mucho antes que pusiéramos en marcha aquella tediosa maquinaria nupcial, sino por el compartir un día, todo un día con aquellas personas que han significado algo para mí en esta vida, por ser un reencuentro formidable que jamás olvidaré, eso y mis peripecias de la noche de bodas que dan para un post a parte, y no por lo que estáis pensando, lamentablemente, jeje!
Comentarios
PD: No hace falta pedir permiso.
De casi ninguna otra cosa tengo tan pocas dudas.
besitos
No sé si es caso mio aparte por el tipo de gente, pero ese tipo de reuniones se acaban convirtiendo en grupitos cuchicheando de unos y de otros y me da mucha rabia.