Hay gente con la que congenias y punto. Te sientes a gusto desde el primer momento en que conectas con ellos y es una sensación tan agradable que piensas que aquello vale la pena. Mi marido y yo sentimos algo así al conocer a una joven pareja que vino a vivir a nuestra urbanización unos meses más tarde que nosotros. Agradables, educados y con una niña un año más pequeña que el nuestro, tuvimos buen feeling con ellos desde el principio. Como hay piscina comunitaria en verano se hace vida social allí con los vecinos, yo si hay gente maja me apetece más bajar que cuando hay el típico vecino borde que ni te saluda cuando te lo cruzas en el parking o en el ascensor. Así que más o menos ya tenemos unos horarios y unas costumbres por grupos organizados. Son unas normas no escritas pero muy evidentes.
Con esta pareja hemos pasado tardes muy agradables e la piscina e incluso hemos salido a pasear algún día con los peques y las bicis. Así que poquito a poco se ha ido forjando algo que podría llamarse amistad. Pero hoy ya hemos dado un paso más y antes de que os lo explique entended que aquí en Cataluña y también en Aragón de donde vengo yo, somos norteños, arisquetes más bien, y nos cuesta abrirnos a la gente. Nada que ver con la actitud que he visto cuando he viajado más al sur, donde la gente es abierta y sociable sin más. Pues bueno el paso no ha sido otro que salir por ahí a comer a un restaurante de nuestra ciudad y pasar una tarde de lo más agradable en el parque con los niños. Ella está a punto de tener a su segundo bebé, otra niña, y la verdad es que ha agradecido un plan relajado cerca de casa con niños. La verdad es que hemos estado de maravilla y los niños han disfrutado mucho dado que entre ellos hace tiempo que ha surgido una bonita amistad infantil. La verdad es que hemos quedado en repetir y a mí me apetece mucho porque ya os digo que congeniamos. Hemos hablado de todo, del colegio al que va mi niño, y al que también optan por conseguir plaza el curso que viene para su hija mayor, de los viajes, les encanta viajar también, del trabajo, de todo un poco.
También hemos sacado a colación alguna cuestión de crianza y ahí es donde he discrepado discretamente pero he discrepado. Y es que nos han preguntado cómo logramos que nuestro hijo se durmiera solo, a lo que yo he respondido que mi hijo se duerme conmigo, con un cuento, un bibe de leche caliente, unos besos y abrazos y en su camita los dos juntos acurrucados. Que cuando se duerme me voy y que si durante la noche se despierta o su padre o yo nos vamos junto a él para que no tenga miedo. Ellos nos han contado enseguida que su hija duerme sola desde el verano pasado y que lo han logrado gracias al "bendito" Estivill. Que la niña a veces les llama despierta mientras ven la tele y les dice que no está bien pero que ellos hacen caso omiso a esos comentarios. Yo sabéis que intento ser respetuosa con todas las opciones pero a mí lo de dejar llorar a un niño pues qué queréis que os diga, me mata, me mata pero muerta. Así que no he demonizado a Estivill como me apetecía hacer en aquel momento, simplemente he dicho que no me gustaba ese sistema, que era incapaz de aplicarlo, y he cambiado hábilmente de tema porque sé que a veces puedo ponerme muy cazurra. Y ahora ya en casa reflexionando he pensado seriamente qué neuronas pueden actuar en la cabeza de un padre y una madre para que se les ocurra aplicar el método Estivill. Es más como una pareja tan agradable como ellos, sensatos e inteligentes, han podido tener esa idea. Cómo puede haber tanta gente que lo encuentre maravilloso, divino y fantástico. Es que a ellos les gusta aprender las cosas llorando. Seguro que si en la oficina les dicen que deben aprender a manejar una base de datos nueva les mandan a un curso de formación y no les dejan llorando en un cuarto con la aplicación informática hasta que la dominan, no?
En fin a lo que iba, que nada es blanco o negro, que los grises predominan en todos lados, pero os juro que en este caso me he llevado una decepcionante sorpresa. Lo que no quita que siga sintiéndome a gusto en su compañía y con su conversación, aunque el tema de crianza creo que no lo voy a sacar a relucir mucho.
Con esta pareja hemos pasado tardes muy agradables e la piscina e incluso hemos salido a pasear algún día con los peques y las bicis. Así que poquito a poco se ha ido forjando algo que podría llamarse amistad. Pero hoy ya hemos dado un paso más y antes de que os lo explique entended que aquí en Cataluña y también en Aragón de donde vengo yo, somos norteños, arisquetes más bien, y nos cuesta abrirnos a la gente. Nada que ver con la actitud que he visto cuando he viajado más al sur, donde la gente es abierta y sociable sin más. Pues bueno el paso no ha sido otro que salir por ahí a comer a un restaurante de nuestra ciudad y pasar una tarde de lo más agradable en el parque con los niños. Ella está a punto de tener a su segundo bebé, otra niña, y la verdad es que ha agradecido un plan relajado cerca de casa con niños. La verdad es que hemos estado de maravilla y los niños han disfrutado mucho dado que entre ellos hace tiempo que ha surgido una bonita amistad infantil. La verdad es que hemos quedado en repetir y a mí me apetece mucho porque ya os digo que congeniamos. Hemos hablado de todo, del colegio al que va mi niño, y al que también optan por conseguir plaza el curso que viene para su hija mayor, de los viajes, les encanta viajar también, del trabajo, de todo un poco.
También hemos sacado a colación alguna cuestión de crianza y ahí es donde he discrepado discretamente pero he discrepado. Y es que nos han preguntado cómo logramos que nuestro hijo se durmiera solo, a lo que yo he respondido que mi hijo se duerme conmigo, con un cuento, un bibe de leche caliente, unos besos y abrazos y en su camita los dos juntos acurrucados. Que cuando se duerme me voy y que si durante la noche se despierta o su padre o yo nos vamos junto a él para que no tenga miedo. Ellos nos han contado enseguida que su hija duerme sola desde el verano pasado y que lo han logrado gracias al "bendito" Estivill. Que la niña a veces les llama despierta mientras ven la tele y les dice que no está bien pero que ellos hacen caso omiso a esos comentarios. Yo sabéis que intento ser respetuosa con todas las opciones pero a mí lo de dejar llorar a un niño pues qué queréis que os diga, me mata, me mata pero muerta. Así que no he demonizado a Estivill como me apetecía hacer en aquel momento, simplemente he dicho que no me gustaba ese sistema, que era incapaz de aplicarlo, y he cambiado hábilmente de tema porque sé que a veces puedo ponerme muy cazurra. Y ahora ya en casa reflexionando he pensado seriamente qué neuronas pueden actuar en la cabeza de un padre y una madre para que se les ocurra aplicar el método Estivill. Es más como una pareja tan agradable como ellos, sensatos e inteligentes, han podido tener esa idea. Cómo puede haber tanta gente que lo encuentre maravilloso, divino y fantástico. Es que a ellos les gusta aprender las cosas llorando. Seguro que si en la oficina les dicen que deben aprender a manejar una base de datos nueva les mandan a un curso de formación y no les dejan llorando en un cuarto con la aplicación informática hasta que la dominan, no?
En fin a lo que iba, que nada es blanco o negro, que los grises predominan en todos lados, pero os juro que en este caso me he llevado una decepcionante sorpresa. Lo que no quita que siga sintiéndome a gusto en su compañía y con su conversación, aunque el tema de crianza creo que no lo voy a sacar a relucir mucho.
Comentarios
Lo que me ha quedado claro es que sí que funciona y que, en ocasiones, no es todo tan radical; el niño lloró un ratito la primera noche y la segunda, pero a partir de entonces nada.
Yo no sé qué haré cuando tenga hijos, ni me veo preparada para ponerle la contra a una chica que sí los tiene, pero la verdad es que no creo que sea capaz de escuchar cómo llora sin entrar y cogerlo en brazos. Qué duro, no? :S Por eso entiendo que gente como tú, TetaReina y muchas más, no simpaticéis con esto y os enervéis cuando os cuentan esas experiencias.
Un besote muy grande, guapa :)
Pero vamos que tu no debes cambiar de tema como si tu método fuera incorrecto o malo. Me parece que estás en tu perfecto derecho de expresar tu opinión al respecto, eso sí de una manera adecuada.
Y quizá lo que debas controlar no es el hábil cambio de tema, sino el no ponerte muy cazurra pero sí darte la oportunidad de opinar sobre ese tema.
Es difícil, ya te lo digo, porque encima socialmente está taaaaan bien visto: los padres super guays con la niña superguay que se duerme solita,..., son alzados en un pedestal. Y el contrapunto eres tu la mami pobrecita esclavizada con su niño al que duerme en brazos porque no sabe imponerse. Sí, así nos ve una parte de esta triste sociedad.
Por eso me cabrea doblemente este tema, porque así me han hecho sentir muchas personas y a estas alturas ya no pienso consentirlo. Me siento libre de decir que Estivill es un charlatán y que hay datos fisiológicos y psicológicos que apuntan lo nocivo de ese método. Y ahora, con la experiencia en mi mano, teniendo a un niño de 5 años que ha dormido (y duerme a veces) conmigo todo lo que quiso, es absolutamente independiente me reafirmo aún más. Y ahora sí que no me calla nadie Arual, nadie! :)
Perdón por la extensión y vehemencia del comentario ;P
Creo que me consideras una persona sensata e inteligente y no me escondo en admitir que yo utlicé el método Estivill para enseñar a dormir a mi hijo. En mi caso funcionó a la perfección. Pero conozco padres que han enseñado a sus hijos de otras formas y duermen perfectamente bien también. Reconozco que es un método muy cómodo para los padres, llega el final del día y a veces no estamos mental ni físicamente después de la larga y dura jornada de estar una hora tratando de hacer dormir a un bebé... ey!! que quien disfrute con ello fantástico, pero en mi amor por la maternidad no entra esa tarea dentro de la categoría de cosas estupendas que hacer con tu hijo... (porque para mí es lo que es, lo lamento, si lo sintiera de otra manera lo diría, pero soy sincera, y el momento de hacer dormir a un bebé para mí es un suplicio)
En menos de una semana era acostar a mi hijo y quedarse tranquilo, plácidamente sin llorar en su cuna y dormía del tirón. Su peluche, la puerta cerrada y a dormir!! Y durante los días que duró la adaptación apenas lloró, todo hay que decirlo.
Belén sin tu segundo mensaje intuía que el comentario era tuyo jaja!!!
Pues sí hija sí aún me corto con estos temas, y puede que no lo deba hacer, porque siempre quedo como la sufrida madre pero claro de sufrida nada que yo disfruto acostándome abrazadita a mi rey, y soy la más feliz del mundo cuando lo hago, pero si es el momento más bonito del día, el día que tenga que dejar de hacerlo me va a dar una depresión, así que no lo haré hasta que el peque me lo pida de rodillas, jeje!!
Pi, yo sé que tú has educado a tu hijo impecablemente y prueba de ello es que tienes un hombrecito maravilloso al lado que es un ejemplo para mí desde siempre. Pero Estivill es demasiado para mí body.