Sabéis que últimamente ando más sensible de lo normal, mis posts dan buena prueba de ello, y no sé si es por esta hipersensibilidad mía o que, estoy teniendo la sensación de que mi hijo crece muy deprisa. El domingo por la noche me puse a ordenar fotos para hacer un albúm, me di cuenta que hace un año que no hago ninguno, y mirándolas aluciné como en este tiempo el bebito grandote que era se ha convertido en un delicioso hombrecito. Y no puedo más que sentir cierta nostalgia de aquellos momentos. No sé si es la ansia por repetir maternidad, las dificultades para lograrlo, el concreto momento que vivo, que se yo, pero lo que sé es que repasando aquellas fotos no pude evitar que se me escapara alguna lagrima por la mejilla. Tanto me advirtieron que el tiempo pasaba deprisa cuando una es madre que creo que pensé que la gente exageraba, pero que va, pasa volando, los meses, las semanas, los días, por Dios, es alucinante como aquel momento mágico del 15 de junio de 2008 se repite fresco en mi memoria y ya han pasado casi cuatro años.
Y es que hace un año él me necesitaba mucho, íbamos al parque y quería que estuviera cerca suyo, jugaba a ratos con algún niño, pero era imprescindible mi colaboración. Ahora sale del cole y va al parque con sus amigos, las madres les acompañamos y vigilamos antentas, pero ya no quieren que participemos de sus juegos, empiezan a formar pandilla, y nosotras ya lo vemos todo desde la barrera. En casa aún juega conmigo, como no tiene hermanos, nos pide a papi y a mí que juguemos con él, a ratos se entretiene solo pero aún sigue necesitando de nosotros, y eso me gusta, me gusta estar ahí, compartir momentos porque sé que dentro de un tiempo echaré la vista atrás y añoraré también esto. Ayssss debo reconocerlo, qué poco me gusta que se haga mayor...
Y es que hace un año él me necesitaba mucho, íbamos al parque y quería que estuviera cerca suyo, jugaba a ratos con algún niño, pero era imprescindible mi colaboración. Ahora sale del cole y va al parque con sus amigos, las madres les acompañamos y vigilamos antentas, pero ya no quieren que participemos de sus juegos, empiezan a formar pandilla, y nosotras ya lo vemos todo desde la barrera. En casa aún juega conmigo, como no tiene hermanos, nos pide a papi y a mí que juguemos con él, a ratos se entretiene solo pero aún sigue necesitando de nosotros, y eso me gusta, me gusta estar ahí, compartir momentos porque sé que dentro de un tiempo echaré la vista atrás y añoraré también esto. Ayssss debo reconocerlo, qué poco me gusta que se haga mayor...
Comentarios
Mi peque aun me necesita, en casa no juega solo nos requiere a mi o a papa, en el parque igual pero aun así tengo la sensación de q estos casi cuatro años han pasado volando y este ultimo año ya ni te cuento.
Me da una pena enorme...
¡Qué te puedo decir salvo que te entiendo perfectamente!