Estoy brillando y palideciendo a la vez. Curiosa situación. Tú andas iluminándome todo el tiempo y lo sabes, pero todavía hay otra fuerza intensa que emana de un punto lejano y que sin que yo pueda evitarlo me transmite mucha más luz. He buscado respuestas a preguntas complejas, he tratado de resolver ecuaciones de múltiples incógnitas y las matemáticas también me han dado la espalda, ellas que nunca me fallaban, se estan negando a mostrarme la fórmula mágica oculta. Mi lógica se ha derramado por el suelo. Hay pedacitos por todas partes. Tengo miedo. Brillo y palidezco en el mismo instante. Esa mano que me acunó ahora se aleja y por mucho que luche no logro alcanzarla en la distancia, quiere huir, lejos de mi epicentro, lejos de lo que fuimos alguna vez, lejos de lo que imaginé que quisimos ser. Y yo ya no puedo llorar. No me escucha, sólo habla, y sus palabras empiezan a ser ruído de fondo sin sentido para mí. Tengo pánico. Sigo brillando y palideciendo al mismo tiempo. Ansío mi sueño más que nunca y me frustro al no lograrlo. Sueños como el mío caen alrededor, como gotas de lluvia fina y dispersa que no moja, solo cala hasta los huesos, hasta el último hueco de mi lángida memoria. Sonrisas de esperanza vana se apagan ante mis ojos y yo no encuentro consuelo para ellas, como tampoco lo encuentro para mí. Tengo desilusión. Mañana abriré los ojos y empezaré un nuevo día, tú me regalarás de nuevo esa fuerza vital y desmedida que albergas en tus ojos y que yo necesito cada mañana, pero hoy otra energía ya ha empezado a impulsarme, en forma de paloma mensajera, que deja sus palabras envueltas en papel de arroz e impulsadas por el viento, pero que luego vuelta alto y se va, lejos de mí, lejos de todo lo que soy.
Voy falta de sueño, bueno de sueño y de muchas otras cosas, y puede que eso nuble mi entendimiento, como la solteras nublan el entendimiento de Carlos Baute y lo dejan colgado no precisamente en sus manos cada tarde en esa cosa que se parece a un programa pero que la verdad no acabo de entender muy bien que es y que se llama ELÍGEME. ¿Pero Carlos Baute no prefería a los estibadores portuarios? Siempre lo había creído así pero viendo como desnuda con la mirada a las mocetonas que entran en su plató tengo una duda más que considerable al respecto. En fin a lo que íbamos que tengo la cabeza un poquito atolondrada (ufff esta palabra que acabo de usar era la favorita de la Hermana María, mi profe de mates de 8º EGB, así de repente me ha venido un flash de su imagen a la cabeza, no os digo que no estoy fina...) y puede que eso haga que ande un poco monotemática, pero tenéis que perdonarme, I'm happy, so happy, y no se me puede aguantar, I know. Y es que esta noche... VAMOS A QUEMAR MESTA...
Comentarios
Mari: Arrullémonos!!!!!