No digo que no me guste salir, viajar o disfrutar de otras cosas, que me encanta de verdad de la buena, pero lo que realmente me aporta paz y me serena es estar en casa y más desde que soy madre. Así que los fines de semana como éste pasado en los que por unos y otros motivos he permanecido poco entre las cuatro paredes de mi hogar me agotan y hacen que empiece la semana hecha una piltrafa.
Y es que al ir de comunión el domingo, todo el finde giró en torno a los preparativos de la misma. Que si plancha las camisas de los varones de la casa (atrévete a no llevar a tus chicos perfectamente planchados al evento después de oir varias puyitas suegriles acerca de mi capacidad con ese infame electrodoméstico llamado plancha), vete a la pelu (para nada porque con la que cayó el sábado el peinado fashion con ondas hiperestupendas me duró lo que un caramelo en la puerta de un cole), adecéntate tú (depilación... what is it???&make up... mmmm???), haz compras de última hora (en el revoltijo de mi cajón no hallé ni una media sin carreras), etc. etc.
Y después acude al evento en sí pero sudada como un pollo, porque como reza la maravillosa Ley de Murphy mi hijo se levantó con ganas de no ir a ningún lado y con el "no" como constante respuesta, además de con unas ganas de vestirse, no con la maravillosa ropita que con esmero le había comprado mamá, sino con el atuendo culé (muy poco apropiado para ir de comunión por otra parte) y con ese entusiasmo continuo toda la jornada. Eso sí los taconazos no me faltaron porque aunque el día había amanecido al revés tampoco era plan de perder ni un ápice de estilo (ni de dejarme en el armario los preciosísimos zapatos que me había comprado "of course"). Además una vez allí ni me atreví a emitir queja alguna ante mi familia política por nada de lo que me pasaba, porque es "de ley" saber que el niño tiene que acostumbrarse a todo, que no digo que no, pero mi hijo fuera de sus rutinas tiene más peligro que Pepe en el Camp Nou. Así que digamos disfrutar lo que se dice disfrutar pues no difruté nada.
Y si a esto le sumamos que tenía la regla, que para colmo me quedé sin bateria en la cámara nada más salir de misa y no pude hacer fotos que es lo único que me gusta de estos eventos, y también que mi ánimo no es el mejor últimamente, podemos concluir que de verdad de la buena este finde no ha sido algo para recordar.
Pero cuando estoy así de plof, sin ánimo de nada, lo que mejor me viene es evadirme con alguno de mis hobbies así que anoche compensé y me hice en un par de horitas otro fabuloso albúm de mi retoño. Esta vez como en la anterior ocasión usé las plantillas de albúm del Iphoto de mi Macbook, muy sencillas y fáciles de gestionar y manipular. Ahora sólo me queda enviar el pedido a Apple y en breve tendré el fabuloso resultado en mis manos. Al menos me sentiré satisfecha porque una cosita, al menos una, me habrá salido bien en las últimas 72 horas...
Y es que al ir de comunión el domingo, todo el finde giró en torno a los preparativos de la misma. Que si plancha las camisas de los varones de la casa (atrévete a no llevar a tus chicos perfectamente planchados al evento después de oir varias puyitas suegriles acerca de mi capacidad con ese infame electrodoméstico llamado plancha), vete a la pelu (para nada porque con la que cayó el sábado el peinado fashion con ondas hiperestupendas me duró lo que un caramelo en la puerta de un cole), adecéntate tú (depilación... what is it???&make up... mmmm???), haz compras de última hora (en el revoltijo de mi cajón no hallé ni una media sin carreras), etc. etc.
Y después acude al evento en sí pero sudada como un pollo, porque como reza la maravillosa Ley de Murphy mi hijo se levantó con ganas de no ir a ningún lado y con el "no" como constante respuesta, además de con unas ganas de vestirse, no con la maravillosa ropita que con esmero le había comprado mamá, sino con el atuendo culé (muy poco apropiado para ir de comunión por otra parte) y con ese entusiasmo continuo toda la jornada. Eso sí los taconazos no me faltaron porque aunque el día había amanecido al revés tampoco era plan de perder ni un ápice de estilo (ni de dejarme en el armario los preciosísimos zapatos que me había comprado "of course"). Además una vez allí ni me atreví a emitir queja alguna ante mi familia política por nada de lo que me pasaba, porque es "de ley" saber que el niño tiene que acostumbrarse a todo, que no digo que no, pero mi hijo fuera de sus rutinas tiene más peligro que Pepe en el Camp Nou. Así que digamos disfrutar lo que se dice disfrutar pues no difruté nada.
Y si a esto le sumamos que tenía la regla, que para colmo me quedé sin bateria en la cámara nada más salir de misa y no pude hacer fotos que es lo único que me gusta de estos eventos, y también que mi ánimo no es el mejor últimamente, podemos concluir que de verdad de la buena este finde no ha sido algo para recordar.
Pero cuando estoy así de plof, sin ánimo de nada, lo que mejor me viene es evadirme con alguno de mis hobbies así que anoche compensé y me hice en un par de horitas otro fabuloso albúm de mi retoño. Esta vez como en la anterior ocasión usé las plantillas de albúm del Iphoto de mi Macbook, muy sencillas y fáciles de gestionar y manipular. Ahora sólo me queda enviar el pedido a Apple y en breve tendré el fabuloso resultado en mis manos. Al menos me sentiré satisfecha porque una cosita, al menos una, me habrá salido bien en las últimas 72 horas...
Comentarios
Hija, ya veo que el fin de semana no fue bueno, espero que el siguiente sea mejor! Ánimo!
A las 11:30, voy a tener que levantarme con las gallinas para tener decentes a los 3 fieras y vestidos para la ocasión y que me dé tiempo a arreglarme a mí, que siempre me quedo para la última ¿os suena, no?
Y para colmo es en un cole del Opus ¡guay! me van a mirar el largo del vestido, el maquillaje y el escote ,jajajja en realidad eso sí me la trae al fresco...
¡Anímate guapa! Y desquítate este fin de semana: os perdéis los 3 y no dais señales de vida. Besos.
Al menos, si lo hubieras dejado ir vestido de culé.... aunque bien planchado, eso sí, que tu suegra no te dijera nada.
Mama(contra)corriente, yo bufo cada vez que me invitan a algún evento...
Porfinyomisma, me temo que el próximo no pinta mejor, ya hace desde semana santa que no subo al pueblo y me tocará subir o sino mis padres me montarán un pollo así que descansar me temo que descansaré poco otra vez.
Vargt, no si listo si que es, ya tiene claro lo que le gusta y lo que no. Comuniones no, Barça sí!
Y aparte de eso, a mí también me encanta pasar de vez en cuando una tarde enterita en casa sin salir. Es que nunca tenemos tiempo de estar en casa, así que el poder hacerlo es como un regalo.