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De médicos, adaptaciones y naturaleza.

Ayer estuvimos de visita con el pediatra de mi peque. El niño tenía un poco de tos blanda y desde el domingo había echado algún vómito de moco puntual, así que decidí que le diera un vistazo por si la cosa iba a más. Como siempre el buen hombre se portó de maravilla. Ya he dicho muchas veces lo mucho que me gusta lo profesional que es, trata a los niños con cariño, mi hijo lo adora, y además suele acertar bien en los tratamientos. Otro punto positivo es que tiene casi siempre horario de tarde y como yo trabajo por la mañana me va de perlas porque así no tengo que pedir permiso en la oficina.
Nos recetó supositorios Pilka porque dijo que había moco en las vías altas y va bien para diluirlos y también para la tos. Alguna vez de más chiquitín le había puesto este tratamiento y recuerdo que funcionó bien. A ver ahora qué tal nos va. Por ahora la noche pasada la hemos pasado ya sin tos.
Además ahora estoy contenta porque, cruzo los dedos, llevamos un otoño comparativamente hablando con el anterior mucho mejor. Imagino que el sistema inmune de mi hijo ya está más reforzado y eso se nota. Porque los virus en la guardería siguen y seguirán por los siglos de los siglos ahí, me consta que hay compañeros de mi hijo que llevan un otoño horrible en ese sentido.
En cualquier caso el motivo del post es para remarcar lo buen médico que es y eso que pertenece a la Seguridad Social. Al principio opté por ir a uno privado y a las revisones de la SS también. Después viendo que me gustaba más el de la SS que el privado y que además me ahorraba un dinerillo dejé de ir al segundo. Que conste que si hubiera sido al revés no lo hubiera hecho porque el dinero con mi niño no me duele, quiero decir que antes me quedo sin un gasto mío que sin uno suyo. Pero la cuestión es que este pediatra me "enamoró". Y ahora no lo cambio. Y eso que debería hacerlo porque al mudarnos me corresponde cambiar también de CAP, pero por él no lo he hecho.
Y en otro orden de las cosas hoy toca reunión de final de periodo de adaptación en la guardería, iré, aunque no tiene mucho sentido, siendo que ya sé que mi hijo está adaptado, al día siguiente de empezar su tutora me dijo que había tenido la sensación de que el verano no había hecho ninguna mella en la actitud de mi hijo en el sentido que estaba tan feliz y contento allí como siempre. No fue lo mismo el año pasado que acababa de empezar en la guardería y a estas alturas no había conseguido que fuera más de dos semanas seguidas sin fallar. Ahí si que os digo que no había adaptación alguna ni posible, vamos de cajón.
Y poco más por el momento. Este fin de semana si nada se tuerce queremos hacer una pequeña incursión en el bosque a buscar setas con el peque aprovechando la fantástica localización de la ciudad en la que vivimos, a un paso del mar y otro de la montaña. Bueno lo de buscar setas no será el objetivo primordial, sabemos que con él no podemos meternos en los recovecos adecuados para hallarlas y la verdad es que este año ya nos hemos puesto las botas de comerlas gracias a los esfuerzos de mis queridos padres que se han embutido en la montaña con la suficiente frecuencia para no pasar hambre... de setas, jeje! Pero lo importante es caminar por el campo y que él siga familiarizándose con la naturaleza, algo que considero parte fundamental en su educación.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Jo! Y me quejaba yo de que se me estaba haciendo largo el perído de adaptación de mi hija. Pues tú me ganas...
Yo también estoy encantada con mi pediatra de la SS y no la cambio por nada. El horario también es perfecto porque es de tarde y, como tú, yo también trabajo a las mañanas, así que me viene genial. Tiene el cupo lleno, pero a mi segunda hija me la ha admitido, porque ya tenía a la mayor.
A ver si podeis coger alguna seta, sin duda al peque le haría muchísimsa ilusión. A mis hijas les encanta recoger castañas, bellotas, lo que sea... El caso es coger algo, ja, ja, ja...
Arual ha dicho que…
Pues al final nos ha tocado quedarnos en casa, el peque esta mejor pero yo he amanecido fatal y como mañana hay que trabajar hemos preferido no arriesgar y quedarnos en casita. Bueno él y su padre han bajado un rato al parque pero yo sigo en pijama y dopada de ibuprofeno... paciencia y una caña!!!

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