"Sé que lo haces, sé que habitualmente no puedes seguir durmiendo a partir de las diez los fines de semana, sé que al despertarte te desperezas, das media vuelta y te quedas agazapado a mi lado, a veces me abrazas, a veces simplemente te quedas mirándome, sé que no subes la persiana porque no quieres desvelarme, soy una dormilona incansable sin remedio alguno. Al cabo de un rato sales de la cama y cierras suavemente la puerta de nuestro dormitorio. Yo lo oigo de fondo en mi sueños, mientras batallo en alguna de mis contiendas diarias, ya sabes, tú las conoces todas, que si A., que si J., que si JM y la mayoría de las veces C. Al cabo de un rato abro los ojos y aún despeinada, con mis rizos revueltos, esos que a ti te gusta tanto enredar con tus dedos, aparezco en el salón, y ahí estás tú, desayunando y viendo la tele, sí uno de esos infinitos canales que siempre tienen lucha o motor en su programación, barro, sudor, rugidos de motor, volteretas imposibles en el aire, cascos multicolores, todo eso, tú sabes. Me pides que me siente a tu lado y lo hago, te robo el mando y busco alguna serie de animación, mientras me acaricias el pelo y siempre me dices lo mismo: "Quédate, me gusta estar así". Y así estamos, estancados, a veces unos minutos, otras veces una eternidad, sin duda alguna es un buen momento, uno de los mejores, absortos en el instante, con la mirada perdida, pero absolutamente felices, absolutamente nosotros."
Te hablo de unas coordenadas. Te hablo de un punto en el mundo. En la tierra. Un punto de inflexión en mi vida. En tu vida. En la nuestra. Y un día de abril por la tarde dimos el paso. Ahora ya no hay marcha atrás. Hace 12 años que mi corazón late más fuerte de lo normal. A veces lo hace a un ritmo pausado pero cuando te siento mi pulso se acelera y ya no hay marcha atrás. No había sido mujer de flirteos jamás. De hecho creo que no sé flirtear. Y me ha desconcertado siempre que alguien intente flirtear conmigo. Pero recuerdo cuando tú empezaste a hacerlo conmigo tan directamente, en aquel entorno virtual que ahora me parece lejano y confuso. Tocaste mi fibra sensible hablándome de lo que sabes que me apasiona, el cine. Y quise huir. Me resistí. Sabía que no estaba bien. Pero qué es lo bueno y lo malo? Cómo puede ser malo algo que te hace sentir feliz? La distancia fue una bendición para salvar el peligro que suponía sentirme tan atraída por ti. Una vez nos acercamos...
Comentarios
No los perdáis nunca!
un seuño hecho realidad
enjoy
y que buenos son los sugarcubes
Mari: Sí, a veces tengo miedo de despertar....
'Quédate, me gusta estar así' es lo más bonito que nos puede decir alguien.
Y mi parte más...¿te levantas le quitas el mando pones lo que tu quieres y él se deja???? Sin duda eso es amor!!
Muchos besos.