Tal vez aún estoy impactada por mi última lectura, o puede que esté terriblemente sensible porque no me gusta lo que percibo alrededor de mí, pero es que hay cosas que que aunque desde mi ya lejana y perdida inocencia sé que existen, me niego rotundamente a constatarlas y quedarme tan campante, mirando hacia otro lado. Al menos me desahogo de ello en mi blog porque la verdad poco más puedo hacer al respecto.
Que el sistema educativo español es una chapuza desde hace años ya no hay duda. Si nuestra generación fuimos la de los titulados universitarios con trabajos precarios o por debajo de nuestras posibilidades, la siguiente está siendo la de los titulados universitarios en paro, y la que viene después es ya directamente la famosa generación "NI-NI" (ni estudian, ni trabajan). Y no me pongo a pensar en lo que pasará con la generación de mi hijo porque ya me mareo.
Las causas de esta catástrofe, muchas y variadas. Desde unos padres que no sabemos educar (y ya me meto yo dentro del pack porque la verdad para mí esto de educar y críar a un hijo es lo más difícil que he hecho en mi vida y de largo), a unos profesores desmotivados y con poca implicación, pasando por un contexto social donde los valores más básicos parecen haberse perdido. Todo está bien, no hay consecuencias, no hay límites, no hay normas. Cómo es posible que seamos incapaces de inmutarnos ante una matanza sangrienta en el teledirario de la noche por ejemplo.
Y las soluciones me temo que pasan por cambios realmente necesarios y radicales que deberíamos acometer empezando por nosotros mismos. No queramos cambiar el mundo sin cambiar nuestras actitudes. Y mira que esto queda precioso aquí escrito, porque el papel, o en mi caso, el blog es muy sufrido, y por escribir puedo escribir lo que quiera. Otra cosa es que lo que hago lo aplique luego o pueda llegar a influenciar de algún modo. Ay qué tremenda me estoy poniendo hoy.
¿Y a qué viene todo esto? Pues viene a que nuestros queridos profesores, y en concreto, la directora de un centro de cierto prestigio en mi ciudad, de hecho es el centro al que ahora llevo a mi hijo a la guardería (y al que no quería optar a llevarlo el año que viene al infantil, no por que no me guste porque estoy encantada, sino por cuestiones de proximidad que ya comenté aquí) ha tenido el despropósito de "trapichear" con el tema de la preinscripción escolar descaradamente ante mis ojos. ¿Recordáis aquel vídeo que colgué de OTV hace poquito? En él el personaje Jesus Colleja en otro desafío bárbaro trataba de escolarizar a su hijo el sherpa y para lograrlo falsificaba una intolerancia alimentaria. Pues bueno lo mismo le ha pedido la directora en cuestión vía telefónica a alguien cercano a mí, no diré mucho más para no meterme en un embrollo, para lograr que desempate en la baremación final.... ¿es o no es para flipar? Y me rio yo cuando en la reunión de principio de curso para los padres de P2 comentaban que el ingreso en P3 era complicado en el centro pero que ellos no podían hacer nada, no tenían mano sobre el asunto, ja, ja!
Esta "profesional" de la enseñanza, en lugar de dedicarse a lo que viene a ser la tarea docente y el proyecto educativo de su centro, prefiere gastar su maravilloso tiempo en llamar a las madres "off the record" y "mangonear" el proceso de admisión de alumnos a su centro, centro no privado, sino concertado, y por tanto financiado en parte con recursos públicos. Sin palabras! Estoy que trino.
Que el sistema educativo español es una chapuza desde hace años ya no hay duda. Si nuestra generación fuimos la de los titulados universitarios con trabajos precarios o por debajo de nuestras posibilidades, la siguiente está siendo la de los titulados universitarios en paro, y la que viene después es ya directamente la famosa generación "NI-NI" (ni estudian, ni trabajan). Y no me pongo a pensar en lo que pasará con la generación de mi hijo porque ya me mareo.
Las causas de esta catástrofe, muchas y variadas. Desde unos padres que no sabemos educar (y ya me meto yo dentro del pack porque la verdad para mí esto de educar y críar a un hijo es lo más difícil que he hecho en mi vida y de largo), a unos profesores desmotivados y con poca implicación, pasando por un contexto social donde los valores más básicos parecen haberse perdido. Todo está bien, no hay consecuencias, no hay límites, no hay normas. Cómo es posible que seamos incapaces de inmutarnos ante una matanza sangrienta en el teledirario de la noche por ejemplo.
Y las soluciones me temo que pasan por cambios realmente necesarios y radicales que deberíamos acometer empezando por nosotros mismos. No queramos cambiar el mundo sin cambiar nuestras actitudes. Y mira que esto queda precioso aquí escrito, porque el papel, o en mi caso, el blog es muy sufrido, y por escribir puedo escribir lo que quiera. Otra cosa es que lo que hago lo aplique luego o pueda llegar a influenciar de algún modo. Ay qué tremenda me estoy poniendo hoy.
¿Y a qué viene todo esto? Pues viene a que nuestros queridos profesores, y en concreto, la directora de un centro de cierto prestigio en mi ciudad, de hecho es el centro al que ahora llevo a mi hijo a la guardería (y al que no quería optar a llevarlo el año que viene al infantil, no por que no me guste porque estoy encantada, sino por cuestiones de proximidad que ya comenté aquí) ha tenido el despropósito de "trapichear" con el tema de la preinscripción escolar descaradamente ante mis ojos. ¿Recordáis aquel vídeo que colgué de OTV hace poquito? En él el personaje Jesus Colleja en otro desafío bárbaro trataba de escolarizar a su hijo el sherpa y para lograrlo falsificaba una intolerancia alimentaria. Pues bueno lo mismo le ha pedido la directora en cuestión vía telefónica a alguien cercano a mí, no diré mucho más para no meterme en un embrollo, para lograr que desempate en la baremación final.... ¿es o no es para flipar? Y me rio yo cuando en la reunión de principio de curso para los padres de P2 comentaban que el ingreso en P3 era complicado en el centro pero que ellos no podían hacer nada, no tenían mano sobre el asunto, ja, ja!
Esta "profesional" de la enseñanza, en lugar de dedicarse a lo que viene a ser la tarea docente y el proyecto educativo de su centro, prefiere gastar su maravilloso tiempo en llamar a las madres "off the record" y "mangonear" el proceso de admisión de alumnos a su centro, centro no privado, sino concertado, y por tanto financiado en parte con recursos públicos. Sin palabras! Estoy que trino.
Comentarios
Estoy convencida de q se da mucho muchísimo.
Realmente he tenido que tragarme las palabras en más de una ocasión esta semana, menos mal que me voy desahogando por aquí por el blog!!!
En primer lugar, alégrate de no llevar a tu hijo a un colegio con métodos tan poco íntegros, ¿qué clase de enseñanzas iba a recibir tu hijo? ¿las del todo vale?
En segundo lugar, estas cosas se deberían denunciar ante educación, de hecho hay gente que lo hace. Si esa señora va a dar puntos por algo que no existe, una inspección descubriría el pastel.
Y si quiere coger a quien se le punga en la punta de la nariz, pues que pase de la subvención, se haga privado y así haga y deshaga a su antojo, pero no puede ser concertado y cobro la pastuqui, pero para lo que me da la gana, me salto las normas, pues no.
Lo siento, pero estas cosas me indignan, por mucho que sean práctica común entre este tipo de centros "educativos".