El hecho de que me lea un libro de más de 200 páginas en menos de 24 horas simplemente implica que el libro me ha fascinado, y más teniendo en cuenta que durante esas 24 horas también he trabajado, he jugado y he atendido correctamente a mi hijo, he dormido y me he alimentado, es decir que no las he dedicado completamente a mi pasión lectora.
AL SUR DE LA FRONTERA, AL OESTE DEL SOL es el primer libro que devoro, porque eso es devorar y lo demás tonterias, de Murakami, y creedme no será el último.
Paul Auster me enamora pero este autor japonés acaba de sorprenderme muy agradablemente.
Mi escritor neoyorkino favorito suele trazar una línea muy fina entre la realidad y la imaginación de modo que en muchas ocasiones confluyen de modo y manera que una servidora se cree más lo imaginario que lo real, de hecho este juego está muy presente en el último libro suyo que he podido disfrutar, UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD.
Murakami en AL SUR DE LA FRONTERA, AL OESTE DEL SOL va más allá con este tema de la realidad y la imaginación, y nos presenta en su libro a un hombre al que sus recuerdos y sus obsesiones adolescentes le pueden llegar a jugar una muy mala pasada.
Yo como buena cáncer que soy tengo una afición casi enfermiza a perderme en mi imaginación, a veces mi entretenimiento favorito es ese, imaginar historias en mi cabeza, y en ocasiones lo hago con tanta precisión que casi me las creo (pena que no sea buena transcribiéndolas), así que mientras conduzco, o paseo con mi hijo, o incluso a veces en la oscuridad de mi habitación antes de dormir, mi mente no para de dibujar y dibujar en un círculo sin fin.
De ahí que la historia que nos cuenta Murakami en este libro me haya cautivado tanto porque en cierto modo he empatizado con el autor, aunque mi vida no tenga nada que ver con la suya o sí tenga que ver mucho...
No diré nada más por si alguien quiere animarse con el texto.
AL SUR DE LA FRONTERA, AL OESTE DEL SOL es el primer libro que devoro, porque eso es devorar y lo demás tonterias, de Murakami, y creedme no será el último.
Paul Auster me enamora pero este autor japonés acaba de sorprenderme muy agradablemente.
Mi escritor neoyorkino favorito suele trazar una línea muy fina entre la realidad y la imaginación de modo que en muchas ocasiones confluyen de modo y manera que una servidora se cree más lo imaginario que lo real, de hecho este juego está muy presente en el último libro suyo que he podido disfrutar, UN HOMBRE EN LA OSCURIDAD.
Murakami en AL SUR DE LA FRONTERA, AL OESTE DEL SOL va más allá con este tema de la realidad y la imaginación, y nos presenta en su libro a un hombre al que sus recuerdos y sus obsesiones adolescentes le pueden llegar a jugar una muy mala pasada.
Yo como buena cáncer que soy tengo una afición casi enfermiza a perderme en mi imaginación, a veces mi entretenimiento favorito es ese, imaginar historias en mi cabeza, y en ocasiones lo hago con tanta precisión que casi me las creo (pena que no sea buena transcribiéndolas), así que mientras conduzco, o paseo con mi hijo, o incluso a veces en la oscuridad de mi habitación antes de dormir, mi mente no para de dibujar y dibujar en un círculo sin fin.
De ahí que la historia que nos cuenta Murakami en este libro me haya cautivado tanto porque en cierto modo he empatizado con el autor, aunque mi vida no tenga nada que ver con la suya o sí tenga que ver mucho...
No diré nada más por si alguien quiere animarse con el texto.
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http://cuaderno10.com/2028.html?De+qu%E9+hablo+cuando+hablo+de+correr.+Haruki+Murakami