Sin avisar, sin esperarlo, de repente, mi padre murió el pasado sábado por un derrame cerebral súbito que le quitó la vida en cuestión de minutos. Era un hombre sano y vital. Y de un día para otro me lo robaron, me lo quitaron para siempre. Es evidente que el dolor que siento desde entonces es el más grande del mundo y que aquel día, aquel sábado, 16 de junio de 2012, se convirtió en el día más triste de mi vida. Ahora tengo que aprender a vivir sin él, a no poder comentar los partidos del Barça con él, a no poder debatir sobre cine, sobre series, sobre todo aquello que nos unía y que nos gustaba tanto a los dos. Me quedo con el consuelo de saber que tuvo una buena muerte, la más rápida, la que todos deseamos para nosotros mismos, y una gran vida, plena y feliz. Pero aún así ahora estoy mal porque no habrá sustituto para él ni en mi vida, ni en mi corazón. Nadie reemplazará jamás a mi padre. Era único. Era especial. Adiós papá! Cuídanos desde donde estés.
Breve post para contaros que se ha interrumpido involuntariamente mi deseado embarazo. Volveré cuando esté un poco mejor... Ahora no tengo palabras.
Comentarios
Muchos abrazos y besos preciosa
Un beso.
El drama para uno es que como estaba bien no alcanzaste a hacerte la idea y se te fue de improviso, pero Dios sabe más.
Que tengas consuelo pronto aunque el amor por tu papá no terminará jamás. Son personas que nos marcan.
Un fuerte y sicero abrazo.
Besos
Un abrazo muy grande y mucho ánimo.