Estoy en el videoclub y echo una ojeada general a los estantes de estrenos. Poco cine interesante, y el que hay ya lo he visto. Cientos de copias de bodrios como EL NÚMERO 23 y dos copias de delicias como PEQUEÑA MISS SUNSHINE, algo falla, pienso. Sigo paseando, alzo la mirada y en las pantallas que decoran el centro del local se proyecta CARTAS DE IWO JIMA, película que anda escondida seguramente en los estantes ya de segunda fila, pienso que la joven dependienta debe tener buen gusto y acierta a entretenerse con cine que vale la pena, o al menos así lo indica su mirada absorta en las pantallas. Me deslizo hacia la derecha y otra vez me encuentro con ella, la cojo, la miro, releo ese argumento que tan bien conozco y me pregunto: ¿me atrevo hoy? La respuesta vuelve a ser no. Y es que realmente creo que no quiero ponerle ni imágenes, ni voz, ni música, a esa indescriptible gran historia de amor de la literatura del siglo XX que es EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL COLERA, porque ese genio llamado Gabriel García Márquez con sus palabras y sus deliciosas descripciones me la ha contado tan bien en su novela que no me atrevo a dañar ese recuerdo, tal vez algún día, pero ahora por no estoy preparada para ello, no, no, no...
Sigo tanteando las opciones y mientras me viene a la cabeza la bonita noticia que leí hace poco en internet, dos ancianos holandeses celebran sus bodas de roble, ochenta años de matrimonio, y pienso en Florentino Ariza y Fermina Daza, con sus manos arrugadas entrelazadas, rio arriba y rio abajo, con la vista perdida el uno en el otro, y sé que hay amores que persisten a las inclemencias del tiempo y del espacio y del cólera y de todo, y miro los ojos que me iluminan cada mañana y quiero creer que yo puedo tenerlo, sí, ahí no vacilo, seguro.
Sigo tanteando las opciones y mientras me viene a la cabeza la bonita noticia que leí hace poco en internet, dos ancianos holandeses celebran sus bodas de roble, ochenta años de matrimonio, y pienso en Florentino Ariza y Fermina Daza, con sus manos arrugadas entrelazadas, rio arriba y rio abajo, con la vista perdida el uno en el otro, y sé que hay amores que persisten a las inclemencias del tiempo y del espacio y del cólera y de todo, y miro los ojos que me iluminan cada mañana y quiero creer que yo puedo tenerlo, sí, ahí no vacilo, seguro.
"- ¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? - le preguntó.
Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches.
- Toda la vida. - dijo."
Comentarios
Mi clasificación de las cinco mejores novelas de García Márquez es la siguiente:
1.- Cien años...
2.- El otoño del patriarca
3.- El coronel no tiene...
4.- Crónica de una muerte...
5.- El amor en los...
Y porque sólo he leído cinco.
Arre mula arre, que llegamos tarde...
Vargt: Sí yo combino la tradición y la modernidad, me gusta andar en "mula" pero de vez en cuando aún me asomo por el videoclub, aunque cada vez con menos asiduidad, todo hay que decirlo.
Por atreverse a adaptar El Amor en los tiempos del cólera a Mike Newell sólo puedo desearle que le pasen cosas malas. No, mujer, tanto como la muerte no. Pues yo qué se, que le destiña una lavadora o que no pueda conectarse al messenguer en un mes.
¿Tú has visto la adaptación de Newell? Yo es que no me atrevo, te lo prometo, no me atrevo... Ya no me emocionó la adaptación que hizo de la cuarta parte de HARRY POTTER que tiene un grado de complicación mucho más bajo como para que haga algo decente de esto...
Ahora pregunta personal: ¿ya te ha desteñido alguna lavadora?