Ir al contenido principal

Crónica de una crisis sentimental.

Ayer Mas anunció elecciones anticipadas en Cataluña con fecha 25 de noviembre de este convulso 2012. Sus razones resumidas fueron tres: se lo pidió el pueblo catalán en su masiva manifestación de la Diada, era coherente al fracasar en el objetivo principal de su programa electoral, el pacto fiscal, y finalmente alegó razones personales. Yo que soy aragonesa y española, pero que vivo en Cataluña, vivo este conflicto desde el medio, como un hijo que vive la crisis matrimonial de sus padres. Y creedme que es duro. Porque comprendo al padre y a la madre, comprendo las razones catalanas para reclamar mejor financiación e incluso la independencia, pero me duele ver una España sin Cataluña y más a una España como la de estos días, maltrecha y débil, con un futuro negro e incierto que me duele en el corazón. Y por esto quiero contaros como veo yo todo esto. El catalán tiene un carácter único y propio, yo estoy casada con un catalán, trabajo con catalanes, convivo con ellos y me encanta la forma de ser de los catalanes. Trabajadores incansables, responsables, innovadores, emprendedores, ilusionantes, creo que todas las virtudes que ensalzó el Presidente de la Generalitat en su discurso de ayer en el Parlament se quedaron cortas porque los catalanes son especiales. Pero también lo somos los aragoneses, y los vascos, y los madrileños, y los gallegos, en la variedad está el gusto, cada región tiene su punto que la hace especial y diferente. Cataluña y España están ahora atravesando una crisis sentimental fuerte, se están cansando la una, los catalanes de ser menospreciados, los españoles de escuchar las constantes quejas que llegan desde el oeste del Ebro, son un matrimonio al borde del divorcio. Que la ruptura sea definitiva o al final haya reconciliación amistosa es cuestión de las dos partes, de las voluntades de ambos pueblos. Conozco muchos, muchísimos catalanes, que se sienten catalanes, pero que no quieren una Cataluña fuera de España, al igual que conozco españoles que están hartos de los catalanes y piden que se vayan de "casa" ya, que les dejen de dar la brasa. Entiendo, comprendo y me solidarizo con ambas opiniones, incluso otras, pero veo que Artur Mas, político al que considero valiente, ha tomado un camino tortuoso que lo único que quiere es resolver el conflicto. Nos separaremos o no, no lo sabemos. Pero si al final el divorcio se produce me sentiré triste porque amo España y amo a Cataluña, y sé que con buen entendimiento la convivencia podría ser maravillosa.

Comentarios

Madi ha dicho que…
Yo creo que ante la falta de pasta todas las relaciones pasan por crisis, yo tengo familia en Tarragona y mi padre se crió allí. Creo que la gente que se preocupa tanto por tener una frontera en uno u otro sitio pierde el tiempo en chorradas. A quien nos deberíamos quitaar de encima es a una clase política que se ha convertido en clase, que crecen y se educan como chorizos y que en vez de cuidar de la ciudadanía cuida a los causantes de una crisis que tenemos que pagar el resto de los ciudadanos, son nuestros hijos los que se quedan sin las mismas oportunidades que nosotros...es una mierda.

Entradas populares de este blog

Burning night.

Voy falta de sueño, bueno de sueño y de muchas otras cosas, y puede que eso nuble mi entendimiento, como la solteras nublan el entendimiento de Carlos Baute y lo dejan colgado no precisamente en sus manos cada tarde en esa cosa que se parece a un programa pero que la verdad no acabo de entender muy bien que es y que se llama ELÍGEME. ¿Pero Carlos Baute no prefería a los estibadores portuarios? Siempre lo había creído así pero viendo como desnuda con la mirada a las mocetonas que entran en su plató tengo una duda más que considerable al respecto. En fin a lo que íbamos que tengo la cabeza un poquito atolondrada (ufff esta palabra que acabo de usar era la favorita de la Hermana María, mi profe de mates de 8º EGB, así de repente me ha venido un flash de su imagen a la cabeza, no os digo que no estoy fina...) y puede que eso haga que ande un poco monotemática, pero tenéis que perdonarme, I'm happy, so happy, y no se me puede aguantar, I know. Y es que esta noche... VAMOS A QUEMAR MESTA...

Premio!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Justo ayer me quejaba de que nadie nunca da premios a mi blog, y esta mañana Elena de Educando a cuatro me ha concedido el primero... aisss qué contenta estoy!!!!!! Gracias millones!!!! Y para cumplir con el protocolo correctamente debo contaros siete cositas de mí: 1. Vivo en Cataluña, en las maravillosas Terres de l'Ebre, pero soy mañica 100%. 2. Soy culé, muy culé, me encanta el fútbol, lo vivo con pasión, soy de las que se muerde las uñas y se pone nerviosa con los partidos importantes. 3. Adoro viajar, ahora no puedo hacerlo tanto como me gustaría, pero espero poder seguir haciéndolo en cuanto mi hijo o futuros hijos crezcan y si la economía me lo permite claro... jeje!! De los sitios que ya he visitado sólo a tres quiero volver, Donosti, Menorca y Londres, cada uno por distintas razones. 4. Me encanta hacer TOP 5 como al prota de Alta Fidelidad de Nick Hornby, aunque a veces me cuesta decidirme qué o quienes merecen estar en ese "podio" especial. 5. Soy muy vaguet...

Tres años y tres cosas.

Mañana llegaremos al ecuador del mes de junio. Con el día 15 celebramos que ya queda nada para el verano y por consiguiente para las vacaciones (lo mejor de esta bochornosa estación a la que esta amante del frío de Invernalia aborrece como sabéis), pero también festejaremos el cumple de mi pequeño. Sí este miércoles mi tesoro cumple 3 añitos. Y como mañana su madre va a estar todo el día de curso en Barcelona y me será imposible postear sobre el tema escribo hoy y así dejo constancia de la relevancia de la fecha. Parece que fue ayer que me encontraba extremadamente pesada, agobiada y con ganas de ver la carita a mi retoño al tiempo que llamaba a algunos ángeles y comentaba la actualidad del momento (prueba irrefutable de cuanto me aburría aquellos días esperando el momento del parto de baja médica en casa, nunca jamás volví a aburrirme, jeje) y ya han pasado casi tres años, 36 meses, 1095 días, desde que mi retoño y yo nos vimos por primera vez, en aquella mirada dentro del paritorio ...