Es jueves con regusto de viernes, mañana es Sant Joan y aquí en Cataluña eso significa día festivo. Aprovechando el fin de semana largo nos iremos esta tarde al pueblo a despejar el stress con aire fresco de montaña dado que llevamos casi todo el mes de junio sin subir ni un día y también a huir de los petardos y la pólvora que caracterizan la "revetlla" y que tan poco nos gustan a mi marido y a mí, por no decir lo poco que los aprecia el peque también.
Además el sábado es mi cumple, 35 añitos me caen ya, un punto de inflexión para la maravillosa década de la treintena sin duda.
Dentro de una semana ya estaré de vacaciones y me pondré rumbo al Sur de Francia como ya expliqué en un post anterior. Vamos que en teoría tengo motivos para sonreír y estar ilusionada. Pero hoy os contaré por qué hay algo que me impide estar totalmente feliz.
No quería hacerlo público, me prometí a mí misma no escribir sobre ello, y de hecho nadie excepto mi marido, lo sabe, pero como el blog no es conocido en mi entorno más inmediato, quitando a mi chico, y que además es una fantástica herramienta de desahogo, pensaré que soltarlo aquí no es hacerlo público propiamente, sino una buena y necesaria terapia. Y es que no quiero darle importancia al asunto, a veces creo que al no contar las cosas es como si obviara su importancia, aunque en muchas ocasiones esta estrategia sirve simplemente para que me trague todo sola y sea mucho peor sobrellevar los problemas.
No hace mucho hablé del tema de volver a ser madre, quizás con alguno de los posts o con algunos de los comentarios que he ido dejando en la blogsfera cualquiera de mis lectores ha podido intuir cierta negatividad ante el tema en cuestión. Si me soy sincera a mí misma me muero por tener otro hijo, mi vena maternal ha vuelto a estallar en el fondo de mí con brutalidad, como lo hizo ya hace tiempo allá por el lejano 2006, quienes me siguen desde entonces lo saben. Quiero hacerle el mejor regalo que puede hacerse a un hijo, un hermanito, lo deseo totalmente. Y todos los contras que veía antes se han disipado en mi cabecita. Pero la experiencia, que es un grado pero a veces también una putada, hace que tenga miedo a todo el proceso. Y diréis ¿miedo a qué? ¿Al sexo? ¿A disfrutar de él sin ataduras? ¿Al embarazo? Pues no, no es eso, tengo miedo otra vez a repetir el desasosiego que me creó tardar tanto en quedarme encinta y también a volver a sufrir otro aborto. Realmente es un miedo muy normal y habitual entres las madres y futuras madres. No estoy contando nada del otro jueves. Pero lo peor es que sé, también gracias a lo vivido ya, que esta negatividad es totalmente contraproducente para lograr mi objetivo. Y dicho esto muchos estaréis pensando que lo mejor es tomármelo con calma y ya está. Pues bien sí me lo he tomado con cierta calma durante tres meses, sí los mismos que mi marido y yo llevamos sin tomar precauciones en nuestras relaciones, me he relajado, he disfrutado, no he mirado calendarios, o bueno un poco sí, pero no mucho, y me he dejado llevar. Resultado negativo totalmente. ¿Y cómo estoy ahora? Pues mal, bueno ahora estoy bien, sentadita en mi maravillosa terraza, portátil en mano y relajada esperando la hora de recoger a mi niño, aunque anímicamente hecha plof, porque he comprobado que el relax que es la receta maravillosa que pensé que sería también ha fallado. Y ahora sé que en los meses que vienen, o en los años, quien sabe, el tiempo juega en contra sin duda, puede ser peor lograr ese ansiado relax.
Y los días pasan, y los embarazos se anuncian, en mi oficina, en mi círculo de amistades, en las series de televisión que veo, en la calle las barriguitas prominentes se multiplican, en mis sueños también, y Aru ha vuelto a caer en el mismo círculo vicioso en el que caí. Y hoy me siento triste y necesito escribirlo porque sé que ningún ángel caerá del cielo y me regalará un milagro pero puede que alguna palabra consoladora sí que halle con esto que escribo y pienso al mismo tiempo. ¿No me equivoco verdad?
Comentarios
Sigue relajada... y encárgalo en el sur de Francia....un pequeño gabacho, jajaja
Sigue disfrutando y lo que tenga que ser será...
Un besazo enorme.
Pienso q, tienes tiempo, q llevas solo tres meses y que no tienen pq repetirse los mismos sucesos que antaño otra vez.
Y si no mirame a mi. Un primer embarazo buenisimo y un segundo de pena.
Asi que guapa, sonrie, se feliz estas vacaciones, aprovecha para disfrutar de tus dos hombres ya que ademas, nunca se sabe si pronto dejareis de ser tres.
Animo y un fuerte abrazo.
Relajarse y disfrutar del sexo, no pienses que estas encargando un niñ@ piensa que estas disfrutando con tu pareja, no tiene porque haber impedimento ninguno, y todo llega a su debido tiempo.. la media es de un año, así que nada de preocupaciones!
Mucho animo guapa!
Abrazos.
Besos guapa
Mamadejulio, bueno pues sí justo estás en situación un poco contraria a la mía. Está claro que esto llega cuando menos te lo esperas y sino que te hablen a ti de sorpresas, verdad?
Mamánovata, sí con stress se ovula igual, jeje!! No olvidemos esa premisa.
María, la verdad es que me desahogo con vosotros porque sé que mi marido en parte también se siente presionado y aunque lo hablamos a veces veo que prefiere no charlar mucho sobre el tema...
Estanjana eso me dijo mi ginecóloga la media es un año y antes de eso no hay razón para agobios.
Mamadeparrulín, bueno ya veo que tú estás en las mismas, y dos añitos es justo lo que tardé yo en lograr tener al peque. Tendremos que seguir dándonos ánimos mutuamente.
Carmen, eso espero aunque si es niña ya lo tengo claro!!!
Mousikh, disfrutaremos del viaje a Francia sobre todo porque será un viaje familiar dado que vamos con el peque!!!