No todos los días son igual de buenos, con niños ya se sabe, pero en general puedo afirmar con una sonrisa de oreja a oreja, que la rutina, la bendita rutina se ha instaurado por fin en casa. Pronuncio esa palabra y casi me suena a magia. Y es que aunque parezca mentira el buen ambiente que nos ha llevado a casa es maravilloso. Mi hijo sigue teniendo sus rabietas claro está, pero vaya son más suaves y más reconducibles que hasta hace bien poco. Os cuento.
Por la mañana lo despierto yo y como entro a trabajar antes que mi marido, él se encarga de darle el desayuno, asearle y vestirle ante de salir de casa así como llevarlo a la guarderia y allí el niño se queda tan campante y feliz con sus amiguitos. Yo lo recojo sobre las cinco de la tarde, a esa hora ya ha hecho la siesta, dos horas mínimo cada día, y ha merendado. Nos vamos al parque aprovechando que todavía no hace frío. Jugamos un buen rato allí, nos encontramos a algunos de sus amiguitos de la guarderia, aprovechamos para hacer "popó", sí la regularidad intestinal también se ha plantado en la vida de mi hijo por fín y todos los días me toca improvisar un tenderete para cambiar el pañal en algún banco cercano, y finalmente nos cuesta marchar cuando llega la hora de irnos. A veces damos un paseíto con la abuela paterna también si no es muy tarde o vamos a tomar un zumo por ahí. Entre las siete y media y las ocho llegamos a casita, cenita, bañito, bibe y a dormir. Me acuesto con él en la cama de abajo, tengo una practíquisima cama-nido en su habitación que se saca con facilidad gracias a sus cómodas ruedas y a sus fabulosos tiradores. Apagamos la luz y le cuento cuentos de memoria, si pillamos un libro estoy perdida porque empieza a desmadrarse el asunto, cantamos canciones y finalmente se duerme, a veces también yo. Por cierto a las mamis que leeis mi blog quería pediros que me pasaráis canciones para cantar a los nenes, mi repertorio es bastante breve y me gustaría ampliarlo, cuento con vosotras. Después sobre las diez empieza mi noche sin niño. Aprovecho para hacer alguna tarea de casa, o me pongo al día con mis series, o bloggeo, o leo libros, o simplemente disfruto de estar con mi marido. Y así transcurren nuestros rutinarios pero tranquilos días. Como rezo en el título del post, estas "miajicas" de rutina han sido una auténtica inyección de felicidad y tranquilidad en mi casa. Qué dure la racha!
Por la mañana lo despierto yo y como entro a trabajar antes que mi marido, él se encarga de darle el desayuno, asearle y vestirle ante de salir de casa así como llevarlo a la guarderia y allí el niño se queda tan campante y feliz con sus amiguitos. Yo lo recojo sobre las cinco de la tarde, a esa hora ya ha hecho la siesta, dos horas mínimo cada día, y ha merendado. Nos vamos al parque aprovechando que todavía no hace frío. Jugamos un buen rato allí, nos encontramos a algunos de sus amiguitos de la guarderia, aprovechamos para hacer "popó", sí la regularidad intestinal también se ha plantado en la vida de mi hijo por fín y todos los días me toca improvisar un tenderete para cambiar el pañal en algún banco cercano, y finalmente nos cuesta marchar cuando llega la hora de irnos. A veces damos un paseíto con la abuela paterna también si no es muy tarde o vamos a tomar un zumo por ahí. Entre las siete y media y las ocho llegamos a casita, cenita, bañito, bibe y a dormir. Me acuesto con él en la cama de abajo, tengo una practíquisima cama-nido en su habitación que se saca con facilidad gracias a sus cómodas ruedas y a sus fabulosos tiradores. Apagamos la luz y le cuento cuentos de memoria, si pillamos un libro estoy perdida porque empieza a desmadrarse el asunto, cantamos canciones y finalmente se duerme, a veces también yo. Por cierto a las mamis que leeis mi blog quería pediros que me pasaráis canciones para cantar a los nenes, mi repertorio es bastante breve y me gustaría ampliarlo, cuento con vosotras. Después sobre las diez empieza mi noche sin niño. Aprovecho para hacer alguna tarea de casa, o me pongo al día con mis series, o bloggeo, o leo libros, o simplemente disfruto de estar con mi marido. Y así transcurren nuestros rutinarios pero tranquilos días. Como rezo en el título del post, estas "miajicas" de rutina han sido una auténtica inyección de felicidad y tranquilidad en mi casa. Qué dure la racha!
Comentarios
Yo tengo una niña de 4 años,dos trabajos estresantes y muy poco tiempo libre...estoy segura de que no merece la pena perderse ni una sonrisa de nuestros enanos por querer abarcar demasiado.
Dsifrútalo mucho..:)
Te paso un enlace con letras de canciones infantiles, tipo "Mambrú" o "El sr. don gato", no sé si te refieres a ese tipo de canciones: http://www.elhuevodechocolate.com/cancion1.htm
Mamadejulio, gracias por las canciones que me has comentado, esta noche ya hemos ampliado el repertorio. Pues fíjate que nosotros no tenemos ningún cantajuegos, de ahí que no se me hayan ocurrido esas que nombras. Ah y respecto a lo de leer un cuento antes de dormir es algo que me encantaría poder hacer pero con mi peque es coger un libro y le entra una sed destructora bestial, arranca páginas, lo tira al suelo, un desmadre, así que de momento nos conformamos con cuentos tirando de memoria, :)
Impenitente tomo nota Roberto Carlos no!
Superamatxu, gracias también por el enlace y bienvenida a mi humilde blog, voy a echar un vistazo.