Quería hacer una entrada en condiciones sobre las "season finale" de LOST y de PRISON BREAK, pero mi conexión está fatal y es la culpable de que sólo haya podido ver el final de temporada de PRISON BREAK, y aún tenga pendiente el de LOST, así que hablaré de la serie del guapísimo Michael Scofield.
Recordemos que el bueno de Mike en la primera y fascinante temporada se metió en una prisión para escapar junto a su hermano Lincoln acusado de un asesinato que no cometió. La inteligencia del muchacho, ingeniero de profesión, fue el arma fundamental para esquivar todos los escollos, que no fueron pocos, para salir vivitos y coleando de la cárcel. Ahí acabó la primera temporada con los dos hermanos y un clan de "acompañantes" poco ortodoxo corriendo perseguidos por las fuerzas policiales. Un final bueno para una temporada genial.
La segunda tanda de capítulos a mí personalmente acabó aburriéndome bastante. De hecho llegué a pensar que era una serie que no necesitaba más temporadas, que se había sacado todo el jugo posible y alargarla era inútil. El grupo de fugitivos dividió sus destinos y ahí se armó un batiburrillo que parecía no llegar a ninguna parte. Pero ya de cara al final sí se llegó a una parte, a Panamá, destino elegido por el par de hermanos para su retiro, y ahí unos cuantos planes fallidos hicieron que las tornas cambiaran y que fuera Michael el que ahora acabase con sus huesos en la cárcel de Sona, un verdadero infierno tropical donde imperaba la ley del más fuerte y donde sobrevivir era un reto diario. Ahí finiquitó la segunda temporada.
Con Michael Scofield dentro de Sona y Lincoln fuera ahora cabía esperar que en la tercera temporada el joven muchacho con su cerebrito bendito sería capaz de idear un plan de escape otra vez. Pero no sería fácil, y es que en Sona había mucho cociéndose (algunos viejos "amigos" incluso) y fuera también (sobre todo las vidas de L.J., hijo de Lincoln y Sarah, novia de Mike, en juego) y capítulo tras capítulo, al cual más trepidante, y recuperando el ritmo frenético y adictivo de la primera temporada, hemos ido destapando cada uno de los misterios y secretos que el averno panameño deparaba a la pareja de hermanos. Sólo 13 capítulos de temporada interrumpidos por la huelga de guionistas, pero ¡qué 13 capítulos! Ahora bien el final sólo correcto, nada más, se ha notado que el corte fue brusco y que no se planificó adecuadamente. Y eso sí un par de cabos sueltos por atar que sin duda dan pie a la cuarta temporada, que en principio corrieron rumores que no se realizaría pero que al parecer, y visto el final, sí que se rodará finalmente. Así que a esperar hasta entonces, a esperar sobre todo la "vendetta" de Michael por la muerte de Sarah Tancredi, que sin duda será fría y bien calculada, como todo lo que hace Scofield.
Recordemos que el bueno de Mike en la primera y fascinante temporada se metió en una prisión para escapar junto a su hermano Lincoln acusado de un asesinato que no cometió. La inteligencia del muchacho, ingeniero de profesión, fue el arma fundamental para esquivar todos los escollos, que no fueron pocos, para salir vivitos y coleando de la cárcel. Ahí acabó la primera temporada con los dos hermanos y un clan de "acompañantes" poco ortodoxo corriendo perseguidos por las fuerzas policiales. Un final bueno para una temporada genial.
La segunda tanda de capítulos a mí personalmente acabó aburriéndome bastante. De hecho llegué a pensar que era una serie que no necesitaba más temporadas, que se había sacado todo el jugo posible y alargarla era inútil. El grupo de fugitivos dividió sus destinos y ahí se armó un batiburrillo que parecía no llegar a ninguna parte. Pero ya de cara al final sí se llegó a una parte, a Panamá, destino elegido por el par de hermanos para su retiro, y ahí unos cuantos planes fallidos hicieron que las tornas cambiaran y que fuera Michael el que ahora acabase con sus huesos en la cárcel de Sona, un verdadero infierno tropical donde imperaba la ley del más fuerte y donde sobrevivir era un reto diario. Ahí finiquitó la segunda temporada.
Con Michael Scofield dentro de Sona y Lincoln fuera ahora cabía esperar que en la tercera temporada el joven muchacho con su cerebrito bendito sería capaz de idear un plan de escape otra vez. Pero no sería fácil, y es que en Sona había mucho cociéndose (algunos viejos "amigos" incluso) y fuera también (sobre todo las vidas de L.J., hijo de Lincoln y Sarah, novia de Mike, en juego) y capítulo tras capítulo, al cual más trepidante, y recuperando el ritmo frenético y adictivo de la primera temporada, hemos ido destapando cada uno de los misterios y secretos que el averno panameño deparaba a la pareja de hermanos. Sólo 13 capítulos de temporada interrumpidos por la huelga de guionistas, pero ¡qué 13 capítulos! Ahora bien el final sólo correcto, nada más, se ha notado que el corte fue brusco y que no se planificó adecuadamente. Y eso sí un par de cabos sueltos por atar que sin duda dan pie a la cuarta temporada, que en principio corrieron rumores que no se realizaría pero que al parecer, y visto el final, sí que se rodará finalmente. Así que a esperar hasta entonces, a esperar sobre todo la "vendetta" de Michael por la muerte de Sarah Tancredi, que sin duda será fría y bien calculada, como todo lo que hace Scofield.
Comentarios
Un beso guapísima!
Lena: Pues a mí me pasó eso, la primera temporada me chifló, en la segunda me desesperé porque todos los presos sueltos por ahí me parecían bastante coñazo, sólo la presencia del personaje nuevo de Alex Mahone persiguiendo inexorablemente a Michael y a Lincoln me retuvo atenta a lo que acontecía. Y me alegré de mantenerme enganchada porque la tercera temporada está genial, es cortita, 13 capítulos, pero está muy bien, es una vuelta de tuerca genial de la primera temporada, con esa carcel panameña tan asfixiante e infernal, está guay, el final un poco apañado a medias, pero imagino que el tema de la huelga de guionistas también le influyó, como lo hizo en tantas y tantas otras series. Así que ya sabes anímate con ella. Además Scofield es taaaaan guaaaaapo!!!