Portear es maravilloso, sentir a tu bebé pegadito a ti, su respiración pausada, sentir su olor, darle un beso en cualquier momento, tener las manos libres, los oídos también libres de lloros de fondo, portear es un bálsamo que una vez descubres crea adicción, que me lo digan a mí que estoy amortizando mi Emeibaby a tope.
Pero amigos en estos bucólicos momentos siempre hay un pero como una casa y ese pero es la caca volcán, veáse al churrete de caca líquida de lactante que sobresale por los bordes del pañal manchando la ropita de la mama de bonitas cacas amarillas o verdes, según le bienparezca al amoroso bebé, y dejando un olor imborrable de la camiseta de su progenitora, o la otra opción es el vómitus ininterruptus, es decir el reflujo maravilloso de leche agria que nuestros dulces tesoros sacan por su boquita y que imprengnan mis rizos dejándolos con más apelmazamiento que cualquier Gel Fructis Style que se precie, xddd!!!!
Pero como nada importa porque el amor de tu bebé puede con todo y tú eres feliz oliendo a caquitas y a vómito. Nada puede separar a tu retoño de ti, nada, hasta que llega tu socio a casa a comer, se acerca a ti para darte un beso y entonces te refunfuña: "Cariño pero tú te has duchado hoy?". Claro que me he duchado alma de cántaro, pero eso no lo ha tenido en cuenta tu benjamín amor mío pienso para mis adentros, y entonces me doy cuenta de que vivo en mi fantástico mundo de yupi ajena al mundo real ese en el que la gente huele bien a perfume o a desodorante recién aplicado....
Comentarios
Me encantó la entrada, si no nos lo tomamos con humor...