Ir al contenido principal

El lado oscuro del porteo.

Portear es maravilloso, sentir a tu bebé pegadito a ti, su respiración pausada, sentir su olor, darle un beso en cualquier momento, tener las manos libres, los oídos también libres de lloros de fondo, portear es un bálsamo que una vez descubres crea adicción, que me lo digan a mí que estoy amortizando mi Emeibaby a tope.
Pero amigos en estos bucólicos momentos siempre hay un pero como una casa y ese pero es la caca volcán, veáse al churrete de caca líquida de lactante que sobresale por los bordes del pañal manchando la ropita de la mama de bonitas cacas amarillas o verdes, según le bienparezca al amoroso bebé, y dejando un olor imborrable de la camiseta de su progenitora, o la otra opción es el vómitus ininterruptus, es decir el reflujo maravilloso de leche agria que nuestros dulces tesoros sacan por su boquita y que imprengnan mis rizos dejándolos con más apelmazamiento que cualquier Gel Fructis Style que se precie, xddd!!!! 
Pero como nada importa porque el amor de tu bebé puede con todo y tú eres feliz oliendo a caquitas y a vómito. Nada puede separar a tu retoño de ti, nada, hasta que llega tu socio a casa a comer, se acerca a ti para darte un beso y entonces te refunfuña: "Cariño pero tú te has duchado hoy?". Claro que me he duchado alma de cántaro, pero eso no lo ha tenido en cuenta tu benjamín amor mío pienso para mis adentros, y entonces me doy cuenta de que vivo en mi fantástico mundo de yupi ajena al mundo real ese en el que la gente huele bien a perfume o a desodorante recién aplicado....

Comentarios

Marieta ha dicho que…
Jajajaja genial!!!! Pero que le vamos a hacer si hay días que no nos da tiempo ni a pasarnos el peine!!
Me encantó la entrada, si no nos lo tomamos con humor...
Arual ha dicho que…
Mucho humor hace falta sin duda!

Entradas populares de este blog

Latitud: 43.31432 | Longitud: -1.877187 Altitud: 16 metros

Te hablo de unas coordenadas. Te hablo de un punto en el mundo. En la tierra. Un punto de inflexión en mi vida. En tu vida. En la nuestra. Y un día de abril por la tarde dimos el paso. Ahora ya no hay marcha atrás. Hace 12 años que mi corazón late más fuerte de lo normal. A veces lo hace a un ritmo pausado pero cuando te siento mi pulso se acelera y ya no hay marcha atrás. No había sido mujer de flirteos jamás. De hecho creo que no sé flirtear. Y me ha desconcertado siempre que alguien intente flirtear conmigo. Pero recuerdo cuando tú empezaste a hacerlo conmigo tan directamente, en aquel entorno virtual que ahora me parece lejano y confuso. Tocaste mi fibra sensible hablándome de lo que sabes que me apasiona, el cine. Y quise huir. Me resistí. Sabía que no estaba bien. Pero qué es lo bueno y lo malo? Cómo puede ser malo algo que te hace sentir feliz?  La distancia fue una bendición para salvar el peligro que suponía sentirme tan atraída por ti. Una vez nos acercamos...

Premio!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Justo ayer me quejaba de que nadie nunca da premios a mi blog, y esta mañana Elena de Educando a cuatro me ha concedido el primero... aisss qué contenta estoy!!!!!! Gracias millones!!!! Y para cumplir con el protocolo correctamente debo contaros siete cositas de mí: 1. Vivo en Cataluña, en las maravillosas Terres de l'Ebre, pero soy mañica 100%. 2. Soy culé, muy culé, me encanta el fútbol, lo vivo con pasión, soy de las que se muerde las uñas y se pone nerviosa con los partidos importantes. 3. Adoro viajar, ahora no puedo hacerlo tanto como me gustaría, pero espero poder seguir haciéndolo en cuanto mi hijo o futuros hijos crezcan y si la economía me lo permite claro... jeje!! De los sitios que ya he visitado sólo a tres quiero volver, Donosti, Menorca y Londres, cada uno por distintas razones. 4. Me encanta hacer TOP 5 como al prota de Alta Fidelidad de Nick Hornby, aunque a veces me cuesta decidirme qué o quienes merecen estar en ese "podio" especial. 5. Soy muy vaguet...

Despertar de nuevo...

Abro los ojos de nuevo al mundo, despierto de una especie de ensoñación o pesadilla más bien, donde el mundo, mi mundo, se estaba desmoronando. Miro hacia mi alrededor y todo sigue bien. Mi sobrino es un bebé sano y regordete que no necesita estar conectado a una máquina y puede salir a pasear cada día por la calle. Nadie lleva mascarilla. No ha habido una avalancha de muertes inesperadas. Puedo abrazar a mi amiga después de un día duro para darle ánimo y nadie me mirará con cara de reprobación. Puedo planificar mi próxima escapada a un concierto, o mi próximo viaje, y no necesitaré un PCR negativo. No hay toque de queda. Puedo ver salir el sol. Comer una hamburguesa en la calle está bien. Hacerlo en una terraza también. No conozco el concepto distancia social. Lo más hidroalcohólico que tengo es el último gin tonic que tomé el sábado pasado. No hay pandemia. Y no he cometido ningún estúpido error. No he visto la cara B de la vida y no quiero verla.  Pero desde mayo tengo una sonri...