¿Recordáis el post que escribí esta semana sobre los ritmos sexuales de cada pareja? Sí, vale. Pues bien siguiendo vuestros sabios e ilustrados consejos, y también aprovechando que el martes le extirpaban una muela del juicio a mi marido y que él con el dolor y el malestar (no es muy sufrido el pobre que digamos) estaría más sensible y proclive a sincerarse conmigo (vamos que aproveché el momento bajón vilmente), le pregunté qué le parecía nuestra frecuencia sexual, y la respuesta me dejó ojiplática. La verdad es que lo pillé cansado, agotado, bajito de moral, en fin, no sé, pero me dijo que era perfecto, que él también estaba muy cansado cada día por el stress del trabajo y por todo y que vamos que a él un "arrejuntamiento" nocturno o matinal, según se tercie, de uvas a peras le venía que ni pintado. En ese momento me dije a mí misma este va cansado como yo, lo que está bien, pero entonces hice un flasback (a modo capítulo de COMO CONOCIÓ A VUESTRA MADRE) a varios comentario...
El mundo visto con humor, amor y mucha tolerancia.