Ir al contenido principal

Silencio.

Hace más o menos un año escribí este post. Me enfrentaba a mi primera semana laboral entera sin tener a mi hijo en casa conmigo desde que nació. La guardería acabó y ni mi socio ni yo podíamos pillar vacaciones la primera semana de agosto con lo que para alegría de mis padres mi hijo se quedó a su cargo en el pueblo cinco días maravillosos en los que disfrutó y se lo pasó increíblemente bien. Este año estábamos en las mismas, así que mi madre se puso de lo más contenta cuando volví a contarle que también la primera semana de agosto el nene estaría con ellos.
Esta vez todo era distinto, mi hijo tiene tres años y es consciente de todo lo que sucede alrededor de un modo más intenso. Sabe que papi y mami trabajan y le habíamos explicado que él iría de vacaciones con los yayos y nosotros nos quedaríamos trabajando pero él no paraba de decir que no quería ir al pueblo sin papá y mamá lo que me partía el alma profundamente.
El sábado viajamos los tres hacia allí y yo tenía el corazón en un puño. Pasamos un finde fabuloso de piscina, parque y juegos en la calle con sus amiguitos del pueblo, el tiempo acompañó. Mientras su padre y yo íbamos preguntándole si ya no le parecía tan mal pasar una semana con los yayos de aquel modo tan divertido. Y claro él ya no se mostraba tan negativo. Así que ayer por la tarde cuando nos despedimos de nuestro retoño la cara era de felicidad y emoción, y nosotros nos fuimos más tranquilos aunque con un silencio atronador en el coche que nos indicaba que él ya no estaba allí en su sillita acompañándonos en el trayecto.
Más rotundo fue el silencio al llegar a casa. Nadie entraba en tropel al salón y se tiraba al sofá o buscaba algún juguete en el cubo de juegos del cuarto. Nadie protestaba para ir a la bañera enfrascado en algún capítulo de Tom&Jerry. En fin mi tesoro no estaba allí pero estaba con mis padres feliz como una perdiz. Hoy mi madre me ha contado orgullosa lo bien que se ha portado y yo aunque añorándolo mucho vuelvo a respirar un poco más tranquila.

Comentarios

@Mousikh ha dicho que…
Qué difícil resulta separarnos de ellos! Yo vuelvo a trabajar en septiembre y se me remueve todo cada vez que pienso, que tendré que estar varias horas sin mi pequico..
Me alegro de que tu peque se haya adaptado tan bien esta vez, la semana pasará volando. Besos
Carmen ha dicho que…
A veces sufrimos nosotras más que ellos. Verás como lo pasa de miedo y la semana se pasa volando. Besos.
Arual ha dicho que…
Sí estoy segura que me añoro yo más que él!!
MLuz ha dicho que…
Coincido en que somos nosotros quienes lo pasamos peor en estas separaciones.

Nosotros vivimos en Canarias y este verano nos fuimos a casa de mis padres (en Jaén) de vacaciones. Como teníamos una boda en Málaga decidimos que mis padres vinieran a buscar al peque (tiene 26 meses) al aeropuerto de Málaga y se lo llevaran a Jaén ese fin de semana mientras nosotros íbamos a la boda. Mi madre iba asustada ya que llevaban sin verlo 3 meses y creía que iba a llorar... se lo pasó de vicio, preguntó solo una vez por nosotros (le dijeron que estabamos en una boda) y puedo asegurar que lo echamos más de menos nosotros que él a nosotros.

Crecen demasiado rápido :-)

Un beso
Arual ha dicho que…
Tienes razón MLuz crecen muy deprisa!

Entradas populares de este blog

No pudo ser.

Breve post para contaros que se ha interrumpido involuntariamente mi deseado embarazo. Volveré cuando esté un poco mejor... Ahora no tengo palabras.

Despertar de nuevo...

Abro los ojos de nuevo al mundo, despierto de una especie de ensoñación o pesadilla más bien, donde el mundo, mi mundo, se estaba desmoronando. Miro hacia mi alrededor y todo sigue bien. Mi sobrino es un bebé sano y regordete que no necesita estar conectado a una máquina y puede salir a pasear cada día por la calle. Nadie lleva mascarilla. No ha habido una avalancha de muertes inesperadas. Puedo abrazar a mi amiga después de un día duro para darle ánimo y nadie me mirará con cara de reprobación. Puedo planificar mi próxima escapada a un concierto, o mi próximo viaje, y no necesitaré un PCR negativo. No hay toque de queda. Puedo ver salir el sol. Comer una hamburguesa en la calle está bien. Hacerlo en una terraza también. No conozco el concepto distancia social. Lo más hidroalcohólico que tengo es el último gin tonic que tomé el sábado pasado. No hay pandemia. Y no he cometido ningún estúpido error. No he visto la cara B de la vida y no quiero verla.  Pero desde mayo tengo una sonrisa 

Burning night.

Voy falta de sueño, bueno de sueño y de muchas otras cosas, y puede que eso nuble mi entendimiento, como la solteras nublan el entendimiento de Carlos Baute y lo dejan colgado no precisamente en sus manos cada tarde en esa cosa que se parece a un programa pero que la verdad no acabo de entender muy bien que es y que se llama ELÍGEME. ¿Pero Carlos Baute no prefería a los estibadores portuarios? Siempre lo había creído así pero viendo como desnuda con la mirada a las mocetonas que entran en su plató tengo una duda más que considerable al respecto. En fin a lo que íbamos que tengo la cabeza un poquito atolondrada (ufff esta palabra que acabo de usar era la favorita de la Hermana María, mi profe de mates de 8º EGB, así de repente me ha venido un flash de su imagen a la cabeza, no os digo que no estoy fina...) y puede que eso haga que ande un poco monotemática, pero tenéis que perdonarme, I'm happy, so happy, y no se me puede aguantar, I know. Y es que esta noche... VAMOS A QUEMAR MESTA