No he sido nunca fan de NIP/TUCK, he visto algún capítulo suelto pero jamás me enganché, no supe entrever aquello que todos los que la veneraban trataban de explicarme que tenía, e imagino que debía tenerlo dado el éxito de la serie y su prolongación en varias temporadas.
Así que tampoco el nombre de Ryan Murphy me llamaba la atención especialmente pero cuando Mer recomendó GLEE en su blog una lucecita se encendió en mi cerebro y pensé: "Tengo que ver esta serie".
Y cuando FOX la estrenó en España empecé a verla y me gustó, me gustó mucho desde el mismísimo piloto. ¿Por qué?
Veamos GLEE es ante todo un musical, y a mí me gustan los musicales, sobre todo si tienen fabulosas canciones adaptadas cantadas por sus protagonistas del modo que lo hacen los de GLEE y con sus no menos fabulosas coreografías y puestas en escena cuidadas al detalle. GLEE tiene todo eso y además su BSO es increíble. Yo la llevo en el mp3 del coche y no paro de vociferarla (a lo mío no se le puede decir cantar, sería demasiado atrevido) a los cuatro vientos a diario. Desde el ya famoso duo Rachel-Finn con el que enamoran al profesor Schuester y a toda la audiencia "Don't stop believing", pasando por algunas mezclas fantásticas como la de "Don't stand so close to me/Young girl" o grupales de infarto como el "Proud Mary", en fin una golosina auténtica para los oídos.
Cada capítulo ya vale la pena sólo por ver los números musicales, esto para empezar.
Pero es que la cosa no acaba ahí. GLEE es una serie teen, pero no una serie teen al uso. Es una serie teen que gusta a los que normalmente no vemos series teen. Tiene personajes, personajes geniales que me encantan. Rachel por ejemplo está condenada a no ser nadie importante en el instituto, debería conformarse con quedarse invisible ante los ojos de los demás pero no lo hace. Ella quiere ser alguien, y por eso aprovecha el Glee Club y su talentosa voz. Aunque está claro que en un lugar así compuesto por los más freaks del insitituto su gloria muchas veces se queda atrapada tras la cortina de humo de los convencionalismos que imperan en el territorio hostil que supone aquel lugar para ella. Me encanta la escena del capítulo "Hello" en la que tras volver de las regionales con un subcampeonato en el bolsillo el Glee Club es recibido una vez más por los deportistas guays del instituto con unos granizados tirados sobre la cabeza. La vida es así de dura.
Y qué decir de Finn, chico deportista y sanote, predestinado a obtener una beca de deporte para ir a la universidad y salir con las más guapas animadoras, pero ahí está él, hecho un lío, atrapado entre el basket, el baseball y el Glee Club, ah y no olvidemos su follón amoroso entre Quinn y Rachel.
Y Will Schuester, la verdadera alma del Glee Club, luchador incansable por la causa contra viento y marea, más bien contra la pérfida Sue Sylvester, otro personaje genial al que adoro. Me encantan sus maquiavélicos planes de destrucción del Glee Club muy dignos del mismísimo Darth Vader.
En fin toda la galeria de personajes tiene su encanto y sobre todo el formato innovador y vistoso en el que se enmarcan es otro de los principales atractivos de la serie. No hay medias tintas, porque en el mundo de GLEE no caben las medias tintas.
Los buenos son muy buenos, y los malos son muy malos. No hay más. Una gozada para las noches de los miércoles que nada tiene que ver lamentablemente con las producciones teen españolas al estilo FÍSICA O QUÍMICA insufribles las mires por donde las mires.
Así que tampoco el nombre de Ryan Murphy me llamaba la atención especialmente pero cuando Mer recomendó GLEE en su blog una lucecita se encendió en mi cerebro y pensé: "Tengo que ver esta serie".
Y cuando FOX la estrenó en España empecé a verla y me gustó, me gustó mucho desde el mismísimo piloto. ¿Por qué?
Veamos GLEE es ante todo un musical, y a mí me gustan los musicales, sobre todo si tienen fabulosas canciones adaptadas cantadas por sus protagonistas del modo que lo hacen los de GLEE y con sus no menos fabulosas coreografías y puestas en escena cuidadas al detalle. GLEE tiene todo eso y además su BSO es increíble. Yo la llevo en el mp3 del coche y no paro de vociferarla (a lo mío no se le puede decir cantar, sería demasiado atrevido) a los cuatro vientos a diario. Desde el ya famoso duo Rachel-Finn con el que enamoran al profesor Schuester y a toda la audiencia "Don't stop believing", pasando por algunas mezclas fantásticas como la de "Don't stand so close to me/Young girl" o grupales de infarto como el "Proud Mary", en fin una golosina auténtica para los oídos.
Cada capítulo ya vale la pena sólo por ver los números musicales, esto para empezar.
Pero es que la cosa no acaba ahí. GLEE es una serie teen, pero no una serie teen al uso. Es una serie teen que gusta a los que normalmente no vemos series teen. Tiene personajes, personajes geniales que me encantan. Rachel por ejemplo está condenada a no ser nadie importante en el instituto, debería conformarse con quedarse invisible ante los ojos de los demás pero no lo hace. Ella quiere ser alguien, y por eso aprovecha el Glee Club y su talentosa voz. Aunque está claro que en un lugar así compuesto por los más freaks del insitituto su gloria muchas veces se queda atrapada tras la cortina de humo de los convencionalismos que imperan en el territorio hostil que supone aquel lugar para ella. Me encanta la escena del capítulo "Hello" en la que tras volver de las regionales con un subcampeonato en el bolsillo el Glee Club es recibido una vez más por los deportistas guays del instituto con unos granizados tirados sobre la cabeza. La vida es así de dura.
Y qué decir de Finn, chico deportista y sanote, predestinado a obtener una beca de deporte para ir a la universidad y salir con las más guapas animadoras, pero ahí está él, hecho un lío, atrapado entre el basket, el baseball y el Glee Club, ah y no olvidemos su follón amoroso entre Quinn y Rachel.
Y Will Schuester, la verdadera alma del Glee Club, luchador incansable por la causa contra viento y marea, más bien contra la pérfida Sue Sylvester, otro personaje genial al que adoro. Me encantan sus maquiavélicos planes de destrucción del Glee Club muy dignos del mismísimo Darth Vader.
En fin toda la galeria de personajes tiene su encanto y sobre todo el formato innovador y vistoso en el que se enmarcan es otro de los principales atractivos de la serie. No hay medias tintas, porque en el mundo de GLEE no caben las medias tintas.
Los buenos son muy buenos, y los malos son muy malos. No hay más. Una gozada para las noches de los miércoles que nada tiene que ver lamentablemente con las producciones teen españolas al estilo FÍSICA O QUÍMICA insufribles las mires por donde las mires.
Comentarios
Y me gusta el cambio de look del blog. Muy favorecedor.
Oye qué te ha parecido la victoria de Rosell?