Ir al contenido principal

Y yo me creía cinéfila...

La maternidad cambia la vida. En mi opinión la parte positiva gana a la negativa de calle. Pero si hay algo que no me gusta de la maternidad es que ya no puedo ir al cine casi. Algunos diran que no voy porque no quiero. Una puede dejar al peque con los abuelos o con una canguro e irse al cine con el maridito tan ricamente. Pero yo soy de las que piensan que trabajando toda la semana y sin poder estar todo lo que quiero con mi hijo, no es plan justo dejarlo también en otras manos el fin de semana. Así que salvo contadísimas ocasiones, las podría ennumerar con los dedos de las manos: un día para hacer compras en el IKEA cuando nos reformamos la buhardilla de la casa del pueblo, alguna que otra noche para salir a cenar con amigos y otras pocas para ir al cine (en concreto para ver SEXO EN NY, HARRY POTTER Y EL PRINCIPE MESTIZO y SI LA COSA FUNCIONA); mi hijo y yo somos inseparables en fin de semana. Y tan contenta estoy porque ya llegarán los tiempos en los que se irá de botellón y no querrá saber nada de mí.
Ahora estamos en plena temporada estrella para cualquier amante del cine que se precie. Antes y después de las fiestas navideñas se estrenan todas las películas que pueden merecer la pena. Es la previa de los Oscar, los Golden Globe, los Goya, etc. Antes hacía una maratón para intentar verlo todo antes de los premios. Casi nunca lo conseguía porque al vivir en provincias una no tiene el mismo fácil acceso a todo el cine que tienen los de gran ciudad pero al menos trataba de lograrlo. Ahora estoy completamente descolocada y desinformada, me las pierdo todas (con algunas ya sé que no me pierdo nada) y la verdad si tuviera que ir al cine tendría bastante difícil la decisión de qué película ver. Menos mal que aún me queda alguna que otra fuente fiable de recomendación que de vez en cuando me hace alguna propuesta y yo me la anoto para verla, no creo que en el cine, pero sí tal vez en casa, cuando pueda. Así hace poco me hablaron muy bien de LA CINTA BLANCA. Y bueno yo a mí misma me autorecomiendo siempre todo trabajo de mis dos directores favoritos, Woody Allen, ya vi su último trabajo, y Clint Eastwood, con su INVICTUS, que si nada me lo impide será lo siguiente que vaya a ver al cine.
Y lo voy a tener difícil, porque para rizar más el rizo en las próximas semanas tengo que completar el traslado a mi nuevo hogar y evidentemente eso es trabajo de fin de semana y a destajo. Así que bueno así estamos ahora, y yo hubo un tiempo en que me creí cinéfila...
Cambiando de tercio os dejo con una canción del 78, "Baker Street" pero que yo he descubierto recientemente y que me encanta para amenizar este viernes, pensad que es muy cinéfila si tenemos en cuenta el reciente estreno de la última de Guy Ritchie que por cierto tiene muy buena pinta SHERLOCK HOLMES:

Comentarios

Juan Rodríguez Millán ha dicho que…
Qué te voy a decir de Clint... Y de 'Invictus', que ya he visto en su pase de prensa y me ha emocionado, como siempre hace este viejo vaquero... Y a mí Sherlock me entretuvo mucho.

Yo es que estoy de acuerdo contigo. El ser cinéfilo se lleva dentro, pero no siempre tiene uno tiempo para cultivarlo. Y con un pequeñajo... Ya tendrás tiempo de recuperarlo, y lo bueno es que las películas siempre, siempre, siempre están ahí.
3'14 ha dicho que…
Salvo Yuki&Nina, que pude tener una escapa de un par de horas la tarde de fin de año para ir a verla con mi pareja, y que, para colmo no me gustó... Las últimas pelis que he visto en cine son: lluvia de albondigas, Up, G-Force... ¿Sigo?
Me queda el poder verlas en casa, pero tengo tanto, pero tanto trabajo acumulado (cinéfilamente hablando...), en definitiva, que las pelis que citas todavía no las he visto...

Entradas populares de este blog

No pudo ser.

Breve post para contaros que se ha interrumpido involuntariamente mi deseado embarazo. Volveré cuando esté un poco mejor... Ahora no tengo palabras.

Despertar de nuevo...

Abro los ojos de nuevo al mundo, despierto de una especie de ensoñación o pesadilla más bien, donde el mundo, mi mundo, se estaba desmoronando. Miro hacia mi alrededor y todo sigue bien. Mi sobrino es un bebé sano y regordete que no necesita estar conectado a una máquina y puede salir a pasear cada día por la calle. Nadie lleva mascarilla. No ha habido una avalancha de muertes inesperadas. Puedo abrazar a mi amiga después de un día duro para darle ánimo y nadie me mirará con cara de reprobación. Puedo planificar mi próxima escapada a un concierto, o mi próximo viaje, y no necesitaré un PCR negativo. No hay toque de queda. Puedo ver salir el sol. Comer una hamburguesa en la calle está bien. Hacerlo en una terraza también. No conozco el concepto distancia social. Lo más hidroalcohólico que tengo es el último gin tonic que tomé el sábado pasado. No hay pandemia. Y no he cometido ningún estúpido error. No he visto la cara B de la vida y no quiero verla.  Pero desde mayo tengo una sonrisa 

Burning night.

Voy falta de sueño, bueno de sueño y de muchas otras cosas, y puede que eso nuble mi entendimiento, como la solteras nublan el entendimiento de Carlos Baute y lo dejan colgado no precisamente en sus manos cada tarde en esa cosa que se parece a un programa pero que la verdad no acabo de entender muy bien que es y que se llama ELÍGEME. ¿Pero Carlos Baute no prefería a los estibadores portuarios? Siempre lo había creído así pero viendo como desnuda con la mirada a las mocetonas que entran en su plató tengo una duda más que considerable al respecto. En fin a lo que íbamos que tengo la cabeza un poquito atolondrada (ufff esta palabra que acabo de usar era la favorita de la Hermana María, mi profe de mates de 8º EGB, así de repente me ha venido un flash de su imagen a la cabeza, no os digo que no estoy fina...) y puede que eso haga que ande un poco monotemática, pero tenéis que perdonarme, I'm happy, so happy, y no se me puede aguantar, I know. Y es que esta noche... VAMOS A QUEMAR MESTA