Ir al contenido principal

Manzanas envenenadas.

Ser la última en abandonar el barco tiene sus desventajas, y sino que se lo pregunten a los músicos de la orquesta del TITANIC... pobres!
Y lo digo porque yo soy de las últimas en irme de vacaciones este mes de agosto en mi departamento, aún me queda una larga y tediosa semana de trabajo horrible, mientras la mayoría de mis compañeros ya me han dicho "Bye, bye!", me han dado un par de besos envenenados y me han traspasado un puñado de marrones para resolver la próxima semana mientras yo sonreía falsamente. Y yo no podré vengarme porque el próximo jueves cuando me disponga a pillar vacaciones no habrá nadie a quien traspasar marrones en persona, sí via mail, que eso siempre jode bastante por cierto, pero no en persona que mola más.
Así que aquí estoy yo, corroída de envidia, con la mesa inundada de expedientes que no me corresponden, con el estómago vacío y helada de frío, mientras cae un sol de justicia fuera y algunos se disponen a hacer maletas y tomar rumbo a su destino vacacional. Y es que los pringados que pringamos en agosto, valga la renundancia, decimos que está bien esto de trabajar en estas fechas por la tranquilidad y todo eso pero en realidad es una falacia, una mentira que contamos a los demás para no demostrar la rabieta infantil que nos inunda toda nuestra persona.
Sin duda la sensación que tengo ahora debe ser la misma que sentía la Bruja al ver a Blancanieves, ahora comprendo por qué le dió la manzana envenenada.

Comentarios

Juan Rodríguez Millán ha dicho que…
¡Que ya no te queda nada, niña, no te hagas mala sangre je, je, je...! Aunque lo mismo si dejas una manzana sobre el escritorio de cada uno de los compañeros que vuelven a trabajar después de que tú te vayas, se lo piensan y todo, je, je...

A mí no me disgustaba del todo la idea de trabajar en agosto, mucho más cómodo, con menos gente, con menos agobio... pero al final no sé cómo lo hacíamos que siempre me tenía que comer algún marrón fuera de lo normal. Será el destino y ¿quién soy yo para llevarle la contraria...?
Arual ha dicho que…
Aiss este post lo escribí el viernes y estaba un pelín quemada y cabreada, hoy lunes lo he visto todo de otro color.
Será que este finde me he relajado de lo lindo con mis dos chicos, he hecho de todo, he ido de compras, a la playita, a comer paellita por el Delta, he visto algún capítulo de LOST, he leído, jeje!!!
El Impenitente ha dicho que…
Yo también me voy el viernes. Quedan cuatro días. No sé si llegaré.
Arual ha dicho que…
Resistiremos!!!!

Entradas populares de este blog

Burning night.

Voy falta de sueño, bueno de sueño y de muchas otras cosas, y puede que eso nuble mi entendimiento, como la solteras nublan el entendimiento de Carlos Baute y lo dejan colgado no precisamente en sus manos cada tarde en esa cosa que se parece a un programa pero que la verdad no acabo de entender muy bien que es y que se llama ELÍGEME. ¿Pero Carlos Baute no prefería a los estibadores portuarios? Siempre lo había creído así pero viendo como desnuda con la mirada a las mocetonas que entran en su plató tengo una duda más que considerable al respecto. En fin a lo que íbamos que tengo la cabeza un poquito atolondrada (ufff esta palabra que acabo de usar era la favorita de la Hermana María, mi profe de mates de 8º EGB, así de repente me ha venido un flash de su imagen a la cabeza, no os digo que no estoy fina...) y puede que eso haga que ande un poco monotemática, pero tenéis que perdonarme, I'm happy, so happy, y no se me puede aguantar, I know. Y es que esta noche... VAMOS A QUEMAR MESTA

No pudo ser.

Breve post para contaros que se ha interrumpido involuntariamente mi deseado embarazo. Volveré cuando esté un poco mejor... Ahora no tengo palabras.

Despertar de nuevo...

Abro los ojos de nuevo al mundo, despierto de una especie de ensoñación o pesadilla más bien, donde el mundo, mi mundo, se estaba desmoronando. Miro hacia mi alrededor y todo sigue bien. Mi sobrino es un bebé sano y regordete que no necesita estar conectado a una máquina y puede salir a pasear cada día por la calle. Nadie lleva mascarilla. No ha habido una avalancha de muertes inesperadas. Puedo abrazar a mi amiga después de un día duro para darle ánimo y nadie me mirará con cara de reprobación. Puedo planificar mi próxima escapada a un concierto, o mi próximo viaje, y no necesitaré un PCR negativo. No hay toque de queda. Puedo ver salir el sol. Comer una hamburguesa en la calle está bien. Hacerlo en una terraza también. No conozco el concepto distancia social. Lo más hidroalcohólico que tengo es el último gin tonic que tomé el sábado pasado. No hay pandemia. Y no he cometido ningún estúpido error. No he visto la cara B de la vida y no quiero verla.  Pero desde mayo tengo una sonrisa