Ser la última en abandonar el barco tiene sus desventajas, y sino que se lo pregunten a los músicos de la orquesta del TITANIC... pobres!
Y lo digo porque yo soy de las últimas en irme de vacaciones este mes de agosto en mi departamento, aún me queda una larga y tediosa semana de trabajo horrible, mientras la mayoría de mis compañeros ya me han dicho "Bye, bye!", me han dado un par de besos envenenados y me han traspasado un puñado de marrones para resolver la próxima semana mientras yo sonreía falsamente. Y yo no podré vengarme porque el próximo jueves cuando me disponga a pillar vacaciones no habrá nadie a quien traspasar marrones en persona, sí via mail, que eso siempre jode bastante por cierto, pero no en persona que mola más.
Así que aquí estoy yo, corroída de envidia, con la mesa inundada de expedientes que no me corresponden, con el estómago vacío y helada de frío, mientras cae un sol de justicia fuera y algunos se disponen a hacer maletas y tomar rumbo a su destino vacacional. Y es que los pringados que pringamos en agosto, valga la renundancia, decimos que está bien esto de trabajar en estas fechas por la tranquilidad y todo eso pero en realidad es una falacia, una mentira que contamos a los demás para no demostrar la rabieta infantil que nos inunda toda nuestra persona.
Sin duda la sensación que tengo ahora debe ser la misma que sentía la Bruja al ver a Blancanieves, ahora comprendo por qué le dió la manzana envenenada.
Y lo digo porque yo soy de las últimas en irme de vacaciones este mes de agosto en mi departamento, aún me queda una larga y tediosa semana de trabajo horrible, mientras la mayoría de mis compañeros ya me han dicho "Bye, bye!", me han dado un par de besos envenenados y me han traspasado un puñado de marrones para resolver la próxima semana mientras yo sonreía falsamente. Y yo no podré vengarme porque el próximo jueves cuando me disponga a pillar vacaciones no habrá nadie a quien traspasar marrones en persona, sí via mail, que eso siempre jode bastante por cierto, pero no en persona que mola más.
Así que aquí estoy yo, corroída de envidia, con la mesa inundada de expedientes que no me corresponden, con el estómago vacío y helada de frío, mientras cae un sol de justicia fuera y algunos se disponen a hacer maletas y tomar rumbo a su destino vacacional. Y es que los pringados que pringamos en agosto, valga la renundancia, decimos que está bien esto de trabajar en estas fechas por la tranquilidad y todo eso pero en realidad es una falacia, una mentira que contamos a los demás para no demostrar la rabieta infantil que nos inunda toda nuestra persona.
Sin duda la sensación que tengo ahora debe ser la misma que sentía la Bruja al ver a Blancanieves, ahora comprendo por qué le dió la manzana envenenada.
Comentarios
A mí no me disgustaba del todo la idea de trabajar en agosto, mucho más cómodo, con menos gente, con menos agobio... pero al final no sé cómo lo hacíamos que siempre me tenía que comer algún marrón fuera de lo normal. Será el destino y ¿quién soy yo para llevarle la contraria...?
Será que este finde me he relajado de lo lindo con mis dos chicos, he hecho de todo, he ido de compras, a la playita, a comer paellita por el Delta, he visto algún capítulo de LOST, he leído, jeje!!!