Los tambores ya suenan de fondo desde el domingo y quedan pocos minutos para que yo oficialmente coja las vacaciones, aunque ya llevo desde las dos pingoneando por internet en la oficina porque esta última media hora sé que siempre se me hace eterna. Y entonces, curioseando páginas de viajes (las vacaciones de verano ya empiezan a dibujarse en mi mente), webs de información sobre bebés (tengo obsesión últimamente con este tipo de sitios web), y la web de mi banco (nunca hay que desatender la economía familiar) me viene a la mente una noticia curiosa que escuché hace unos días en la radio. Una mujer pilla a su marido con otra en Google Earth. Sí supongo que todos sabréis ese inventito maravilloso a la vez que maquiavélico que los de Google han inventado de insertar fotos de los lugares que uno visita virtualmente a través del popular programa. Pues bien en una de esas fotos una mujer vió a su marido achucándose con otra, pillada, pillada!! Y yo me asusto, me asusto porque pienso que esto del Google Earth no es más que un puñetero "big brother" y que todos podemos llegar a ser uno de esos frikis que suelen participar en el programa estrella de la Milá. Y la pobre mujer qué disgustazo se lleva al ver esa horrible imagen en la pantalla de su PC. Ayysss que esto de las nuevas tecnología es un invento maravilloso pero ojo como puede dar la vuelta el asunto y convertirse en una terrible pesadilla. Creo que por ahora estaré un tiempo sin meterme en Google Earth. Ale me voy a ir cerrando que ya sí que ahora es hora de largarse a casita. Qué paséis buenas pascuas!!
Te hablo de unas coordenadas. Te hablo de un punto en el mundo. En la tierra. Un punto de inflexión en mi vida. En tu vida. En la nuestra. Y un día de abril por la tarde dimos el paso. Ahora ya no hay marcha atrás. Hace 12 años que mi corazón late más fuerte de lo normal. A veces lo hace a un ritmo pausado pero cuando te siento mi pulso se acelera y ya no hay marcha atrás. No había sido mujer de flirteos jamás. De hecho creo que no sé flirtear. Y me ha desconcertado siempre que alguien intente flirtear conmigo. Pero recuerdo cuando tú empezaste a hacerlo conmigo tan directamente, en aquel entorno virtual que ahora me parece lejano y confuso. Tocaste mi fibra sensible hablándome de lo que sabes que me apasiona, el cine. Y quise huir. Me resistí. Sabía que no estaba bien. Pero qué es lo bueno y lo malo? Cómo puede ser malo algo que te hace sentir feliz? La distancia fue una bendición para salvar el peligro que suponía sentirme tan atraída por ti. Una vez nos acercamos...
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