Nos movemos en un contexto incierto, en el trabajo, en casa, en nuestro entorno en general, pero hoy por hoy y me temo que ya para siempre mi principal preocupación son mis hijos, su bienestar y su educación.
Ayer mi socio fue a por las notas del mayor. Acababa el ciclo de Educación Infantil y más que unas notas al uso, como ya pasó también en los años anteriores, lo que nos dieron fueron un compendio resumido de su desarrollo en las diversas áreas en las que han trabajado durante este curso.
En general su evolución y su desarrollo está siendo positivo. Y mi primer error fue, siempre peco en eso, en bucear entre el texto para buscar lo malo. Qué es lo que habría que corregir. Y enseguida me sentí mal por buscar esa negatividad. Cosa que traté de corregir enseguida. Hay que decir que tan solo hubo dos anotaciones negativas, por un lado que se despista a veces si el tema no le interesa, para lo cual la única solución que veo es motivación. Sé que si algo le gusta y le motiva escucha muy atento. La capacidad de atención la tiene. Eso lo tengo probado en casa. Y por otro lado el desorden, que le cuesta volver a dejar las cosas en su sitio. Problema que también observo en nuestro hogar y que intentaré trabajar con él para mejorar.
Mi marido me instó a que le comentara yo misma las notas, esas cosas siempre me las deja a mí. Y yo traté de enfocar el tema lo más positivamente posible. Nos acostamos juntos en la cama como muchas noches hacemos y en lugar de leer un cuento leímos juntos las valoraciones de su profesora. Le destaqué y vitoreé todo lo bueno que había en el informe, y cuando llegamos a lo negativo le insté a trabajar para mejorarlo juntos.
De todo lo que su tutora escribió en el informe hubo una cosa que me alegró enormemente y me hizo muy feliz. Y ese detalle es que es un niño que siempre está contento y que se lleva muy bien con todos los demás. En lo que he ido leyendo y escuchando sobre educación emocional lo que siempre me ha llamado la atención es que se aconseja que un niño debe llegar al colegio positivo y feliz. Que estando bien es una esponja y que puede prestar atención a todo lo que se intente trabajar con él. Un poco lo que nos pasa de mayores. Si estamos bien emprendemos el día de un modo constructivo. Pues bien esa felicidad que transmite mi hijo fue para mí lo más notable de aquel compendio de comentarios acerca de su comportamiento escolar.
En fin que estoy satisfecha y que creo que de momento en el camino recorrido no hago tan mal mi tarea como madre. Sin duda esta es la misión más complicada de toda mi vida. Seguiremos con ella!
Ayer mi socio fue a por las notas del mayor. Acababa el ciclo de Educación Infantil y más que unas notas al uso, como ya pasó también en los años anteriores, lo que nos dieron fueron un compendio resumido de su desarrollo en las diversas áreas en las que han trabajado durante este curso.
En general su evolución y su desarrollo está siendo positivo. Y mi primer error fue, siempre peco en eso, en bucear entre el texto para buscar lo malo. Qué es lo que habría que corregir. Y enseguida me sentí mal por buscar esa negatividad. Cosa que traté de corregir enseguida. Hay que decir que tan solo hubo dos anotaciones negativas, por un lado que se despista a veces si el tema no le interesa, para lo cual la única solución que veo es motivación. Sé que si algo le gusta y le motiva escucha muy atento. La capacidad de atención la tiene. Eso lo tengo probado en casa. Y por otro lado el desorden, que le cuesta volver a dejar las cosas en su sitio. Problema que también observo en nuestro hogar y que intentaré trabajar con él para mejorar.
Mi marido me instó a que le comentara yo misma las notas, esas cosas siempre me las deja a mí. Y yo traté de enfocar el tema lo más positivamente posible. Nos acostamos juntos en la cama como muchas noches hacemos y en lugar de leer un cuento leímos juntos las valoraciones de su profesora. Le destaqué y vitoreé todo lo bueno que había en el informe, y cuando llegamos a lo negativo le insté a trabajar para mejorarlo juntos.
De todo lo que su tutora escribió en el informe hubo una cosa que me alegró enormemente y me hizo muy feliz. Y ese detalle es que es un niño que siempre está contento y que se lleva muy bien con todos los demás. En lo que he ido leyendo y escuchando sobre educación emocional lo que siempre me ha llamado la atención es que se aconseja que un niño debe llegar al colegio positivo y feliz. Que estando bien es una esponja y que puede prestar atención a todo lo que se intente trabajar con él. Un poco lo que nos pasa de mayores. Si estamos bien emprendemos el día de un modo constructivo. Pues bien esa felicidad que transmite mi hijo fue para mí lo más notable de aquel compendio de comentarios acerca de su comportamiento escolar.
En fin que estoy satisfecha y que creo que de momento en el camino recorrido no hago tan mal mi tarea como madre. Sin duda esta es la misión más complicada de toda mi vida. Seguiremos con ella!
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