Así igual que Bill Murray en pleno Tokio en una de mis pelis de cabecera me siento yo con esta mudanza de locos. Dos semanas de plazo y como en aquella serie ochentera los problemas crecen. Si empezamos con brío el fin de semana el lunes paramos en seco, otro de esos virus que mi hijo conoce en la guarderia y los invita a casa así tan frescamente (ya le he dicho que no hace falta ser tan enrollado y dárselas de buen anfitrión) se instaló en nuestro hogar justo esa noche. Esta vez se llamaba gastroenteritis y nos tuvo a los tres, papa, mama y nene, como las fuentes de Montjuic, no sé si me explico bien. Afortundamente nuestra invitada parece que se ha ido ya de casa y ahora podemos "normalizar", pillemos ese concepto con pinzas, nuestra vida. Hoy jueves, tres días después, hemos retomado la tarea de empaquetamiento y una no deja de sorprenderse con la cantidad de tonterias y chorradas que es capaz de almacenar. Abrir un cajón y encontrarme una servilleta con un número de teléfono de alguien a quien eres incapaz de identificar. Desenterrar en el armario una camiseta del año 93, y sé que es de ese año e incluso anterior, porque la llevo en una de las fotos de mi viaje de final de curso a Grecia. Ni soy capaz de averiguar en qué siglo fue la última vez que me la puse. Y lo más curioso es que en mi vida por lo menos desde ese momento han habido ya unas cuatro o cinco mudanzas, ¿qué criterio habré seguido anteriormente al guardar mis pertenencias? No lo sé ni yo. Y así un largo etcétera de cachibaches totalmente inútiles que ocupaban un espacio valiosísimo en mi ya casi ex-piso. Si al final aquella ministra de la vivienda tan salada que teníamos debía tener razón en eso de que un piso de 40 metros cuadrados va sobrado, imaginaros lo que he hecho yo en estos últimos ocho años en uno que es el doble de grande. En fin prometo seguir informando...
Breve post para contaros que se ha interrumpido involuntariamente mi deseado embarazo. Volveré cuando esté un poco mejor... Ahora no tengo palabras.
Comentarios
¿Felicidades en el nuevo domicilio! a quién se muda Dios lo ayuda....un viejo dicho que acabo de reciclar