Tengo una buena noticia. Vuelvo a recuperarme. Vuelvo a ser yo. Empiezo a recuperar a la Aru que conocistéis y que creó este blog. Y hay pistas que hacen que me atreva allegar a esta conclusión. Lo intuyo, lo siento. Os cuento. El otro día me emocioné escuchando una canción en la radio, "Bohemian Raphsody" de QUEEN, así de repente, otra vez, esto no es nada particular, no, lo sé, pero es que últimamente andaba pensando en miles de quehaceres diarios y ni siquiera me percataba de esos pequeños detalles. Otro ejemplo. Hoy he leído la crítica de una de mis películas de cabecera, escrita por uno de esos fabulosos amigos que tengo y que no puedo olvidar aunque ande lejos de mí y que él mismo me recomendó,DIARIOS DE MOTOCICLETA, y me ha saltado la lagrimita revoltosa al recordar todas las emociones que me provocó su visionado, hace ya un largo tiempo. Noto también que vuelvo a tener ganas de escribir aquí, pero no contandoos las pesaditas batallas de mami primeriza con las que os tengo refritos en los últimos meses, no, siento la necesidad de volver a escribir eso y algo más, mucho más, hoy lo he intentado antes de insertar este post que ahora léeis. Tengo ganas de planificar nuevos viajes, ahora de tres, ya no de dos, claro está. El primero uno que se materializará en breve, si nada lo impide. En fin que bueno algo está reconstruyéndose dentro de mí, Aru vuelve. Y es que la convulsión que me ha provocado ser mamá ha dejado una huella increíblemente profunda claro está, pero creedme que también necesitaba recuperar parte de lo que era, aunque en formato transformado. No sé si me explico. No sé si tampoco hace falta explicarlo...
Te hablo de unas coordenadas. Te hablo de un punto en el mundo. En la tierra. Un punto de inflexión en mi vida. En tu vida. En la nuestra. Y un día de abril por la tarde dimos el paso. Ahora ya no hay marcha atrás. Hace 12 años que mi corazón late más fuerte de lo normal. A veces lo hace a un ritmo pausado pero cuando te siento mi pulso se acelera y ya no hay marcha atrás. No había sido mujer de flirteos jamás. De hecho creo que no sé flirtear. Y me ha desconcertado siempre que alguien intente flirtear conmigo. Pero recuerdo cuando tú empezaste a hacerlo conmigo tan directamente, en aquel entorno virtual que ahora me parece lejano y confuso. Tocaste mi fibra sensible hablándome de lo que sabes que me apasiona, el cine. Y quise huir. Me resistí. Sabía que no estaba bien. Pero qué es lo bueno y lo malo? Cómo puede ser malo algo que te hace sentir feliz? La distancia fue una bendición para salvar el peligro que suponía sentirme tan atraída por ti. Una vez nos acercamos...
Comentarios
Hace una semana supe que había tocado fondo cuando algo falló en el disco duro que no para de emitir episodios de La casa de Mickey Mouse y Pocoyó (no es fácil entretener una tarde entera a un niño de casi 2 años y a una niña de casi 3). El caso es que el disco duro falla, se va la TV a un canal autonómico y veo el inicio de Rancho Notorius de Lang... y me pongo a llorar, dándome cuenta de lo mucho que he perdido, de estos 6 meses sin poder ir al cine, ni ver una peli, ni escribir. Seguidamente, te sientes culpable porque sabes que haces lo más honroso del mundo: criar a tus hijos, y que tú no importas.
En fin, que me alegro de tu mejoría, y que no sé cuándo llegará la mía. Sinceramente, no lo sé. Supongo que cuando mis hijos tengan más años, sepan jugar solos y no me persigan como patitos, jajajjaa.
ánimo!!!.
Y ya que estamos, mando también un abrazo para M.I. Asumo que es dificilísimo criar a dos pequeñajos al mismo tiempo. En mi vida sólo tengo una sobrina postiza (hija de una gran amiga) y cuando a verla me agota en un par de horas. Pero si a mí me vale la pena vivir esos pequeños instantes, imagínate a ti que los tienes siempre... Suerte y ánimo.