Ir al contenido principal

La cuesta de septiembre.

El septiembre da para tocar mil temas, pasan tantas cosas en septiembre, todo pasa en septiembre. Vamos para mí la verdadera cuesta es la de septiembre: nuevo curso escolar, mucho curro y marrones en la oficina y muchos gastos. Si el año natural pasara a ser el curso escolar no lo vería ni raro ni nada, la verdad.

Este año la vuelta está siendo especialmente complicada, mi mayor ha empezado primaria muy revolucionado y asalvajado, no entiendo donde está mi dócil y adorable niño de ojos verdes, pero bueno, y mi peque lleva mal la vuelta a la guardería, llora y llora cada mañana, como si lo dejaras en el matadero y yo me voy con el corazón encogido a trabajar y con ganas de llorar hasta quedarme seca.

La verdad es que podría quedarse en casa, mi socio sigue sin trabajo y podría cuidarlo, pero aprovechando el paro este año se ha matriculado de más asignaturas en la facultad, a ver si así avanza y se saca pronto el título. Así que el pobre necesita un ratito para estudiar porque con el peque saltando alrededor y cometiendo tropelías una tras otra es imposible.

En fin que este año la cuesta se ha empinado un montón, y cada noche caigo agotada, casi muerta en brazos de Morfeo. Acabamos de pasar el ecuador de septiembre y ya me siento como si rozásemos la Navidad, xddd!!!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Despertar de nuevo...

Abro los ojos de nuevo al mundo, despierto de una especie de ensoñación o pesadilla más bien, donde el mundo, mi mundo, se estaba desmoronando. Miro hacia mi alrededor y todo sigue bien. Mi sobrino es un bebé sano y regordete que no necesita estar conectado a una máquina y puede salir a pasear cada día por la calle. Nadie lleva mascarilla. No ha habido una avalancha de muertes inesperadas. Puedo abrazar a mi amiga después de un día duro para darle ánimo y nadie me mirará con cara de reprobación. Puedo planificar mi próxima escapada a un concierto, o mi próximo viaje, y no necesitaré un PCR negativo. No hay toque de queda. Puedo ver salir el sol. Comer una hamburguesa en la calle está bien. Hacerlo en una terraza también. No conozco el concepto distancia social. Lo más hidroalcohólico que tengo es el último gin tonic que tomé el sábado pasado. No hay pandemia. Y no he cometido ningún estúpido error. No he visto la cara B de la vida y no quiero verla.  Pero desde mayo tengo una sonrisa 

Burning night.

Voy falta de sueño, bueno de sueño y de muchas otras cosas, y puede que eso nuble mi entendimiento, como la solteras nublan el entendimiento de Carlos Baute y lo dejan colgado no precisamente en sus manos cada tarde en esa cosa que se parece a un programa pero que la verdad no acabo de entender muy bien que es y que se llama ELÍGEME. ¿Pero Carlos Baute no prefería a los estibadores portuarios? Siempre lo había creído así pero viendo como desnuda con la mirada a las mocetonas que entran en su plató tengo una duda más que considerable al respecto. En fin a lo que íbamos que tengo la cabeza un poquito atolondrada (ufff esta palabra que acabo de usar era la favorita de la Hermana María, mi profe de mates de 8º EGB, así de repente me ha venido un flash de su imagen a la cabeza, no os digo que no estoy fina...) y puede que eso haga que ande un poco monotemática, pero tenéis que perdonarme, I'm happy, so happy, y no se me puede aguantar, I know. Y es que esta noche... VAMOS A QUEMAR MESTA

No pudo ser.

Breve post para contaros que se ha interrumpido involuntariamente mi deseado embarazo. Volveré cuando esté un poco mejor... Ahora no tengo palabras.