Ir al contenido principal

La cuesta de septiembre.

El septiembre da para tocar mil temas, pasan tantas cosas en septiembre, todo pasa en septiembre. Vamos para mí la verdadera cuesta es la de septiembre: nuevo curso escolar, mucho curro y marrones en la oficina y muchos gastos. Si el año natural pasara a ser el curso escolar no lo vería ni raro ni nada, la verdad.

Este año la vuelta está siendo especialmente complicada, mi mayor ha empezado primaria muy revolucionado y asalvajado, no entiendo donde está mi dócil y adorable niño de ojos verdes, pero bueno, y mi peque lleva mal la vuelta a la guardería, llora y llora cada mañana, como si lo dejaras en el matadero y yo me voy con el corazón encogido a trabajar y con ganas de llorar hasta quedarme seca.

La verdad es que podría quedarse en casa, mi socio sigue sin trabajo y podría cuidarlo, pero aprovechando el paro este año se ha matriculado de más asignaturas en la facultad, a ver si así avanza y se saca pronto el título. Así que el pobre necesita un ratito para estudiar porque con el peque saltando alrededor y cometiendo tropelías una tras otra es imposible.

En fin que este año la cuesta se ha empinado un montón, y cada noche caigo agotada, casi muerta en brazos de Morfeo. Acabamos de pasar el ecuador de septiembre y ya me siento como si rozásemos la Navidad, xddd!!!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Latitud: 43.31432 | Longitud: -1.877187 Altitud: 16 metros

Te hablo de unas coordenadas. Te hablo de un punto en el mundo. En la tierra. Un punto de inflexión en mi vida. En tu vida. En la nuestra. Y un día de abril por la tarde dimos el paso. Ahora ya no hay marcha atrás. Hace 12 años que mi corazón late más fuerte de lo normal. A veces lo hace a un ritmo pausado pero cuando te siento mi pulso se acelera y ya no hay marcha atrás. No había sido mujer de flirteos jamás. De hecho creo que no sé flirtear. Y me ha desconcertado siempre que alguien intente flirtear conmigo. Pero recuerdo cuando tú empezaste a hacerlo conmigo tan directamente, en aquel entorno virtual que ahora me parece lejano y confuso. Tocaste mi fibra sensible hablándome de lo que sabes que me apasiona, el cine. Y quise huir. Me resistí. Sabía que no estaba bien. Pero qué es lo bueno y lo malo? Cómo puede ser malo algo que te hace sentir feliz?  La distancia fue una bendición para salvar el peligro que suponía sentirme tan atraída por ti. Una vez nos acercamos...

Premio!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Justo ayer me quejaba de que nadie nunca da premios a mi blog, y esta mañana Elena de Educando a cuatro me ha concedido el primero... aisss qué contenta estoy!!!!!! Gracias millones!!!! Y para cumplir con el protocolo correctamente debo contaros siete cositas de mí: 1. Vivo en Cataluña, en las maravillosas Terres de l'Ebre, pero soy mañica 100%. 2. Soy culé, muy culé, me encanta el fútbol, lo vivo con pasión, soy de las que se muerde las uñas y se pone nerviosa con los partidos importantes. 3. Adoro viajar, ahora no puedo hacerlo tanto como me gustaría, pero espero poder seguir haciéndolo en cuanto mi hijo o futuros hijos crezcan y si la economía me lo permite claro... jeje!! De los sitios que ya he visitado sólo a tres quiero volver, Donosti, Menorca y Londres, cada uno por distintas razones. 4. Me encanta hacer TOP 5 como al prota de Alta Fidelidad de Nick Hornby, aunque a veces me cuesta decidirme qué o quienes merecen estar en ese "podio" especial. 5. Soy muy vaguet...

Despertar de nuevo...

Abro los ojos de nuevo al mundo, despierto de una especie de ensoñación o pesadilla más bien, donde el mundo, mi mundo, se estaba desmoronando. Miro hacia mi alrededor y todo sigue bien. Mi sobrino es un bebé sano y regordete que no necesita estar conectado a una máquina y puede salir a pasear cada día por la calle. Nadie lleva mascarilla. No ha habido una avalancha de muertes inesperadas. Puedo abrazar a mi amiga después de un día duro para darle ánimo y nadie me mirará con cara de reprobación. Puedo planificar mi próxima escapada a un concierto, o mi próximo viaje, y no necesitaré un PCR negativo. No hay toque de queda. Puedo ver salir el sol. Comer una hamburguesa en la calle está bien. Hacerlo en una terraza también. No conozco el concepto distancia social. Lo más hidroalcohólico que tengo es el último gin tonic que tomé el sábado pasado. No hay pandemia. Y no he cometido ningún estúpido error. No he visto la cara B de la vida y no quiero verla.  Pero desde mayo tengo una sonri...