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Introspección.

Cuando paso una mala racha, cualquiera que sea el motivo, acostumbro a estar más retraída en mi mundo de lo habitual. Quien me conoce sabe que suelo ser una persona abierta y comunicativa pero si no lo estoy pasando bien suelo encerrarme en mi misma y necesitar mi espacio.

Así que donde antes hay jolgorio y charla, suelen haber silencios e introspección. En el trabajo suelo encerrarme más en mi despacho y no interactúo mucho a no ser que sea necesario por motivos laborales. No me apetece la vida social e incluso en casa necesito mis momentos de tranquilidad, hablo menos, es algo que no puedo evitar.

Este hecho supone que enseguida todo el mundo nota que no estoy bien y me preguntan si me pasa algo, esas preguntas las suelo evadir como puedo pero reconozco que soy bastante torpe haciéndolo.

Últimamente estoy pasando una fase de estas. Entre unas cosas y otras ando de bajón y poco animada. Justo ahora en plena primavera cuando todo parece implosionar y salen eventos y actos sociales por debajo de las piedras.

Estando así todo me da pereza y no me apetece nada, pero muchas veces no puedo rechazar el plan más que nada porque sé que son cosas que les gustan o en las cuales mis hijos se lo van a pasar bien y acepto por ellos.

En realidad lo que más me apetece son los planes en familia, pero en familia íntima, nosotros cuatro solos. El viernes aprovechando que hice puente nos acercamos a Valencia al Bioparc y lo pasé genial. Guarde en secreto el tema porque no me apetecía que nadie más se apuntara al plan. Hasta que no fuimos no conté a mi entorno que habíamos ido.

Son rachas y todas pasan pero es mi manera de ser, no puedo hacer nada por cambiarla.


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