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Fórmula mágica.

"Tarde de sábado completamente libre para mí por primera vez en ocho meses + Targeta nueva en el bolsillo + Una talla menos de pantalón = Derroche de libro Guinesss + Sensación de absoluta satisfacción"

Suena consumista, vacuo, superfluo, poco adecuado para los tiempos de crisis que corren, lo sé, pero una servidora necesitaba algo así. Los entremeses fueron una divertida mañana en la piscina con mi retoño. El broche de oro lo puso una estupenda merienda-cena romántica en una fabulosa bocateria del centro con mi dos chicos. ¿Qué mejor día de San Valentín se puede pedir?

Comentarios

Juan Rodríguez Millán ha dicho que…
Je, je, je, di que sí, que de vez en cuando hace falta darse un gustazo así...

No, no es mal San Valentín, no... Me alegro de que lo disfrutaras.
3'14 ha dicho que…
Me alegro muchísimo por ti. Y déjate de San Valentines... que esto se suceda cada sábado, aunque tendrás entonces que controlar el desfase con la Visa ;)
Arual ha dicho que…
Juan: Gustazo sí!!!

Pi: Mi niña, si no fuera por el desfase "visero" ya repetiria ya pero hay que controlar la economía que no están los tiempos para grandes derroches, jeje!!
M.I. ha dicho que…
Seguirás bajando tallas de pantalón, aunque comas como una lima, en cuanto empiece a andar. Jajajaja. Yo me fui a Colombia con una talla 44, y ya voy por la 40. Joer, si es que parezco la guardaespaldas, y doy todos los pasos que da mi hijo!!!.

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Despertar de nuevo...

Abro los ojos de nuevo al mundo, despierto de una especie de ensoñación o pesadilla más bien, donde el mundo, mi mundo, se estaba desmoronando. Miro hacia mi alrededor y todo sigue bien. Mi sobrino es un bebé sano y regordete que no necesita estar conectado a una máquina y puede salir a pasear cada día por la calle. Nadie lleva mascarilla. No ha habido una avalancha de muertes inesperadas. Puedo abrazar a mi amiga después de un día duro para darle ánimo y nadie me mirará con cara de reprobación. Puedo planificar mi próxima escapada a un concierto, o mi próximo viaje, y no necesitaré un PCR negativo. No hay toque de queda. Puedo ver salir el sol. Comer una hamburguesa en la calle está bien. Hacerlo en una terraza también. No conozco el concepto distancia social. Lo más hidroalcohólico que tengo es el último gin tonic que tomé el sábado pasado. No hay pandemia. Y no he cometido ningún estúpido error. No he visto la cara B de la vida y no quiero verla.  Pero desde mayo tengo una sonrisa 

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