Una pelusa se agita y avanza lentamente por este blog. Está vacio, y abandonado, ni la propietaria lo pisa y menos los lectores. Ahora es cuando debería cerrarlo. Pero... me resisto porque aquí hay tanto guardado de mis últimos cinco-seis años que me da pena hacerlo. Así que lo dejo abierto aunque cada día me resulta más complicado escribir.
Tengo muchas cosas de las que hablar, el inminente nacimiento de mi segundo hijo, la complicada situación laboral de mi marido, que en breve engrosará la lista más larga de este país, la del paro, la cercanía de unas navidades difíciles por la ausencia de mi padre, el cambio a peor de mi adorado tesoro ante la llegada del hermanito, mis sensaciones ante mi segunda maternidad, distintas y variadas supongo que por el momento que vivo que es muy distinto, y ya en un plano más superficial, el ansiado retorno de Jackson y su primera parte de El Hobbit a la gran pantalla, las series que sigo asidua cada semana y de las que la mayoría ya están en parón navideño o a punto de finiquitar temporada, y sin embargo no tengo ni tiempo, ni ganas, me siento cansada, agotada, desanimada,...
Decir que el 2012 ha sido un mal año sería injusto, porque aunque ha sido muy difícil, la pérdida de mi padre de manera repentina marcó un punto de inflexión, también ha sido el año en el que he logrado quedarme embarazada de mi segundo hijo, hecho que anhelaba con ilusión y que por tanto cambia el tinte de como ver las cosas. Yo que soy de mente positiva pienso que al menos los míos, los que quedamos, tenemos salud, y si hay salud y amor, mucho amor, la vida pasa mejor, pero la crisis por lo demás lo ha empañado todo. Me adaptaré a todo, como ya he venido haciéndolo durante estos últimos años, por supuesto, no quedará otra, pero la verdad es que el panorama sigue pintando negro y yo que siempre he intentado ser sensata y no derrotista, me noto como cada vez me cuesta más seguir manteniendo esta actitud.
Sé que debo estar bien por mis hijos, pero mi marido está mal, lo está pasando muy mal por su situación laboral, y yo embarazada de nueve meses, soy la que aguanta la moral de todos, y creedme que cada vez cuesta mas. Disimular la pena, poner buena cara, trabajar hasta última hora en la empresa, apurando el momento de coger la baja, porque sabes que tienes que quedar bien ya que en breve serás la única que mantendrás el hogar, sonreír sin ganas, y tratar de ser la persona positiva y de buen rollo que fuiste es agotador, es demasiado, y más cuando te enfrentas a una nueva maternidad, a un nuevo parto, a un nuevo estatus de familia de cuatro miembros. Así que si tengo que pedir algo al 2013, es que sea un poquito mejor que el 2012, sólo un poquito, cosa que veo harto complicada, para que al menos pueda tener fuerzas y no decaer.
Tengo muchas cosas de las que hablar, el inminente nacimiento de mi segundo hijo, la complicada situación laboral de mi marido, que en breve engrosará la lista más larga de este país, la del paro, la cercanía de unas navidades difíciles por la ausencia de mi padre, el cambio a peor de mi adorado tesoro ante la llegada del hermanito, mis sensaciones ante mi segunda maternidad, distintas y variadas supongo que por el momento que vivo que es muy distinto, y ya en un plano más superficial, el ansiado retorno de Jackson y su primera parte de El Hobbit a la gran pantalla, las series que sigo asidua cada semana y de las que la mayoría ya están en parón navideño o a punto de finiquitar temporada, y sin embargo no tengo ni tiempo, ni ganas, me siento cansada, agotada, desanimada,...
Decir que el 2012 ha sido un mal año sería injusto, porque aunque ha sido muy difícil, la pérdida de mi padre de manera repentina marcó un punto de inflexión, también ha sido el año en el que he logrado quedarme embarazada de mi segundo hijo, hecho que anhelaba con ilusión y que por tanto cambia el tinte de como ver las cosas. Yo que soy de mente positiva pienso que al menos los míos, los que quedamos, tenemos salud, y si hay salud y amor, mucho amor, la vida pasa mejor, pero la crisis por lo demás lo ha empañado todo. Me adaptaré a todo, como ya he venido haciéndolo durante estos últimos años, por supuesto, no quedará otra, pero la verdad es que el panorama sigue pintando negro y yo que siempre he intentado ser sensata y no derrotista, me noto como cada vez me cuesta más seguir manteniendo esta actitud.
Sé que debo estar bien por mis hijos, pero mi marido está mal, lo está pasando muy mal por su situación laboral, y yo embarazada de nueve meses, soy la que aguanta la moral de todos, y creedme que cada vez cuesta mas. Disimular la pena, poner buena cara, trabajar hasta última hora en la empresa, apurando el momento de coger la baja, porque sabes que tienes que quedar bien ya que en breve serás la única que mantendrás el hogar, sonreír sin ganas, y tratar de ser la persona positiva y de buen rollo que fuiste es agotador, es demasiado, y más cuando te enfrentas a una nueva maternidad, a un nuevo parto, a un nuevo estatus de familia de cuatro miembros. Así que si tengo que pedir algo al 2013, es que sea un poquito mejor que el 2012, sólo un poquito, cosa que veo harto complicada, para que al menos pueda tener fuerzas y no decaer.
Comentarios
Un besote enorme, ánimo, y que el 2013 de verdad te traiga todo lo que merecéis :*
Por otra parte, comparto contigo esa sensación de agotamiento y cansancio crónico. Y el no saber qué hacer con el blog. Tampoco lo cierro porque me ha dado buenos momentos y os he cogido cariño a los que lo leéis, pero es que ni tengo tiempo de escribir ni se me ocurre nada divertido que decir :(
En fin, que yo venía a decir felices fiestas y eso.
Felices fiestas!!!
Que eres la mas grande!!
De cerrar el chiringuito, nada de nada, eh?
Aquí estoy yo de nuevo... Sin fuerzas pero con ganas.
Así que lo q necesites ya sabes...!
Un besazo enorme!
Por cierto, ya has tenido tu bebé?? Ayyy q bien... Quien pudiera... Affu.....
Lo dicho! Cuídate! MuaCkks
Feliz año!