Ir al contenido principal

Después del parón.

Llevo tiempo deseando volver a escribir. Es una necesidad vital para mí. Como comer, respirar, amar,..

Este tiempo de parón ha sido relativo. No he parado de trabajar, criar a mis hijos, involucrarme en nuevos proyectos, vivir, aprender, crecer como persona.

Arual ya casi no existe, sólo es mi alter ego bloggero, pero mi blog estaba en pausa, y ahora mi necesidad de seguir escribiendo me plantea un dilema. Hacerlo como Arual o con mi verdadero nombre, ese es el dilema.

Salir del armario bloggero o quedarme dentro. Ahí está la disquisición. Sé que en parte sería bueno salir porque gracias a mis perfiles públicos en redes sociales el blog lo leería mucha más gente. Pero por otro lado tengo la sensación de que me desnudaría demasiado. Y no quiero. No puedo. No soy lo suficientemente valiente.

Mientras decido qué hacer sigo en mi anonimato. Y pienso en que muchas cosas no han cambiado tampoco. Sigo siendo madre de dos hijos, uno de casi 9 años y otro de 4 años cumplidos. Sigo siendo esposa. Sigo siendo trabajadora. Sigo siendo cinéfila, y mucho más teléfila. Sigo siendo soñadora. Sigo anhelando viajar más de lo que mi bolsillo me permite.

Y recuerdo cómo empezo todo. Antes de mi maternidad mi blog era personal, muy personal, y lo fui combinando con historias sobre mis pasiones (el cine, la literatura, la televisión, los viajes,...). La maternidad me cambió. Lo cambió todo y entonces pasé a escribir sobre mi experiencia en el embarazo, antes, durante y después.

Esa época fue muy fructífera porque gracias al blog aprendí muchas cosas y también conocí en el mundo 2.0 a gente muy interesante. Muchas de ellas referentes "top" del mundo bloggero maternal hoy en día. Con ellas resolvía dudas, hacía terapia, vamos durante un tiempo leer sus blogs fue esencial para mí.

Luego el peso de tener dos hijos hizo que cada vez leyera menos blogs y escribiera menos aquí por falta de tiempo y finalmente llegó el parón. Desde noviembre de 2015 hasta hoy, 20 de abril de 2017.

El año que se cumplían 10 años de mi blog, 2016, fue un año vacío en estos lares. Ni un post. Ni visitas. Ni referencias. Fue además el año en el que el stress se convirtió en un compañero demasiado asiduo de viaje. Fue el año en que también cumplí 40 años e hice un viaje maravilloso por ese motivo a Alemania con toda mi familia. Justo 10 años después de haber visitado ese país por última vez. Fue el año en que me convertí también en tía y madrina por primera vez. Fue un año díficil pero bonito al a vez.

Y nada de eso salvo lo que plasmo hoy aquí quedó reflejado en mi diario de a bordo más íntimo y personal. Ese que me ayudaba a capear temporales y contar mis alegrías.

Por todo ello vuelvo aquí. Vuelvo porque como os decía, necesito volver a escribir.



Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Escribe :)

Entradas populares de este blog

Despertar de nuevo...

Abro los ojos de nuevo al mundo, despierto de una especie de ensoñación o pesadilla más bien, donde el mundo, mi mundo, se estaba desmoronando. Miro hacia mi alrededor y todo sigue bien. Mi sobrino es un bebé sano y regordete que no necesita estar conectado a una máquina y puede salir a pasear cada día por la calle. Nadie lleva mascarilla. No ha habido una avalancha de muertes inesperadas. Puedo abrazar a mi amiga después de un día duro para darle ánimo y nadie me mirará con cara de reprobación. Puedo planificar mi próxima escapada a un concierto, o mi próximo viaje, y no necesitaré un PCR negativo. No hay toque de queda. Puedo ver salir el sol. Comer una hamburguesa en la calle está bien. Hacerlo en una terraza también. No conozco el concepto distancia social. Lo más hidroalcohólico que tengo es el último gin tonic que tomé el sábado pasado. No hay pandemia. Y no he cometido ningún estúpido error. No he visto la cara B de la vida y no quiero verla.  Pero desde mayo tengo una sonrisa 

Burning night.

Voy falta de sueño, bueno de sueño y de muchas otras cosas, y puede que eso nuble mi entendimiento, como la solteras nublan el entendimiento de Carlos Baute y lo dejan colgado no precisamente en sus manos cada tarde en esa cosa que se parece a un programa pero que la verdad no acabo de entender muy bien que es y que se llama ELÍGEME. ¿Pero Carlos Baute no prefería a los estibadores portuarios? Siempre lo había creído así pero viendo como desnuda con la mirada a las mocetonas que entran en su plató tengo una duda más que considerable al respecto. En fin a lo que íbamos que tengo la cabeza un poquito atolondrada (ufff esta palabra que acabo de usar era la favorita de la Hermana María, mi profe de mates de 8º EGB, así de repente me ha venido un flash de su imagen a la cabeza, no os digo que no estoy fina...) y puede que eso haga que ande un poco monotemática, pero tenéis que perdonarme, I'm happy, so happy, y no se me puede aguantar, I know. Y es que esta noche... VAMOS A QUEMAR MESTA

No pudo ser.

Breve post para contaros que se ha interrumpido involuntariamente mi deseado embarazo. Volveré cuando esté un poco mejor... Ahora no tengo palabras.