Hoy no vengo a hablar de lo austeros que somos en casa, que también, para que engañarnos, sino de la sorpresa fantástica que nos ha deparado el octavo capítulo de la quinta temporada de Juego de Tronos, "Casa Austera".
Llevábamos siete capítulos ya, y para muchos fans esta temporada no estaba cumpliendo expectativas. Pasaban las semanas, los minutos de metraje, y no acababa de suceder nada concreto. La historia se alejaba de los libros, bien, pero no sabíamos tampoco en qué dirección ni con qué finalidad.
Y nos pusimos a ver el octavo capítulo sin demasiada expectación, al fin y al cabo, la chicha fuerte en las temporadas anteriores no llegaba hasta la novena dosis. El episodio brinda el primer momentazo cuando vemos por fin a Tyrion y a Dainerys juntos, en una secuencia grande por lo grandes que son ambos personajes. Cuánto habíamos anhelado ese momento, mucho, y no nos decepciona porque realmente el diálogo punzante y brillante de dos de los "reyes" de la serie es para quitarse el sombrero.
La historia avanza no me detendré en los detalles, pero en cuanto Jon Snow entra en Casa Austera y se enfrenta verbalmente a los salvajes que allí se refugian de la larga noche que pronto llegará el espectador ya intuye que algo gordo va a pasar. La tensión entre los dos bandos de hombres, cuervos y salvajes, es más que evidente y la negociación ardua.
Pero George R. R. Martin nos ha dado la pista durante mucho tiempo, y lo ha hecho desde el título de la obra que aglutina los libros que inspiran esta serie, "Canción de hielo y fuego". El hielo y el fuego se van a enfrentar en algún momento y cada vez estoy más segura que, y aquí aporto mi visión personal, el hielo lo representan los caminantes blancos y el fuego los hombres. Tras la tormenta de nieve avanza el verdadero peligro, que no son los Lannister, ni los Bolton, ni los Martell, ni Stannis y sus allegados, no, el peligro que acecha a los hombres en Poniente y más allá son los misteriosos seres que venidos del frío lo destruyen todo con la llegada del invierno.
Se acerca el invierno pero no un invierno cualquiera, se acerca la larga noche, se acerca la guerra, una guerra que poco va a tener que ver con el trono de hierro creo, sino con la supervivencia de la raza humana. Y Jon Snow lo ha podido ver con sus propios ojos tras la "carniceria" inhumana que los caminantes blancos propinan en Casa Austera en los 20 minutos más épicos de la temporada, e incluso yo diría de la serie.
Ahora sólo nos queda esperar unos días más para saborear el noveno capítulo que otra vez se dibuja muy interesante. Esperaremos pacientes recordando un episodio, "Casa Austera", difícil de olvidar.
Llevábamos siete capítulos ya, y para muchos fans esta temporada no estaba cumpliendo expectativas. Pasaban las semanas, los minutos de metraje, y no acababa de suceder nada concreto. La historia se alejaba de los libros, bien, pero no sabíamos tampoco en qué dirección ni con qué finalidad.
Y nos pusimos a ver el octavo capítulo sin demasiada expectación, al fin y al cabo, la chicha fuerte en las temporadas anteriores no llegaba hasta la novena dosis. El episodio brinda el primer momentazo cuando vemos por fin a Tyrion y a Dainerys juntos, en una secuencia grande por lo grandes que son ambos personajes. Cuánto habíamos anhelado ese momento, mucho, y no nos decepciona porque realmente el diálogo punzante y brillante de dos de los "reyes" de la serie es para quitarse el sombrero.
La historia avanza no me detendré en los detalles, pero en cuanto Jon Snow entra en Casa Austera y se enfrenta verbalmente a los salvajes que allí se refugian de la larga noche que pronto llegará el espectador ya intuye que algo gordo va a pasar. La tensión entre los dos bandos de hombres, cuervos y salvajes, es más que evidente y la negociación ardua.
Pero George R. R. Martin nos ha dado la pista durante mucho tiempo, y lo ha hecho desde el título de la obra que aglutina los libros que inspiran esta serie, "Canción de hielo y fuego". El hielo y el fuego se van a enfrentar en algún momento y cada vez estoy más segura que, y aquí aporto mi visión personal, el hielo lo representan los caminantes blancos y el fuego los hombres. Tras la tormenta de nieve avanza el verdadero peligro, que no son los Lannister, ni los Bolton, ni los Martell, ni Stannis y sus allegados, no, el peligro que acecha a los hombres en Poniente y más allá son los misteriosos seres que venidos del frío lo destruyen todo con la llegada del invierno.
Se acerca el invierno pero no un invierno cualquiera, se acerca la larga noche, se acerca la guerra, una guerra que poco va a tener que ver con el trono de hierro creo, sino con la supervivencia de la raza humana. Y Jon Snow lo ha podido ver con sus propios ojos tras la "carniceria" inhumana que los caminantes blancos propinan en Casa Austera en los 20 minutos más épicos de la temporada, e incluso yo diría de la serie.
Ahora sólo nos queda esperar unos días más para saborear el noveno capítulo que otra vez se dibuja muy interesante. Esperaremos pacientes recordando un episodio, "Casa Austera", difícil de olvidar.
Comentarios