Ir al contenido principal

The end of an era.

Marzo de 2005 fue un mes convulso a nivel personal, pero sucedió algo bueno que marcaría mi vida para siempre. De eso ya han pasado diez años.

En ese mes conocí a una persona especial con la que compartiría muchas cosas pero sobre todo compartiría mi amor por el cine, la literatura, la música y más tarde por las series. Nuestra serie de cabecera ha sido y sigue siendo Mad Men. Verla y comentarla con esa persona es parte del disfrute.

La tercera persona con la que compartí devoción por la serie de Don Draper fue mi padre. Recuerdo ver el capítulo correspondiente la semana después de su repentina muerte llorando. Aún me acuerdo de él cuando aparecen los títulos de crédito y suena la inconfundible sintonía de la serie de Mathew Weiner. Es inevitable.

Esta semana empezó lo que se se ha llamado "The end of an era" o lo que es lo mismo, se han comenzado a emitir los últimos siete capítulos de esta serie. Una serie de la AMC que en opinión de muchos contribuyó de manera potente a la revolución que la ficción televisiva ha experimentado en los últimos años, como también hizo la serie de HBO The Sopranos, y que para mí desde siempre significó algo más.

Yo me enamoré de Don Draper y su mundo en el minuto cero del piloto. A veces hay gente que me pregunta cómo puede gustarme tanto una serie en la que no pasa nada. Para mí pasa todo. Cada diálogo, cada escena, cada mirada, cada gesto, encierra todo un mundo, que ahora se antoja lejano pero que yo no me canso de desgranar en cada capítulo y redescubrir porque me fascina.

Y es que no sólo es la historia de algunos hombres de la Madison Avenue de Nueva York. No sólo es la historia de los inicios de la publicidad. No sólo es parte de la historia de la América de aquellos tiempos convulsos. Tampoco es sólo la historia de un hombre que lo tenía todo, incluído un pasado turbio y un cambio de identidad. Para mí Mad Men es la visión lenta y pausada de toda una revolución. La caída de una manera de hacer las cosas. La revisión de los estereotipos que en aquellos años 60-70 se tambaleaban de manera significativa, y más fuerte si cabe, en el corazón del mundo, en Manhattan.

Qué le sucederá a Don al final? Preveo que nada bueno. Preveo que lloraré. Pero aún quedan 270 minutos aproximadamente de visionado para descubrirlo.

Mientras no puedo dejar de pensar que debo deleitarme en cada uno de ellos porque el fin de esta serie es algo más para mí. Decir adiós a Don, Peggy, Roger, Joan y compañía me costará.
Aunque aún me quedará una persona con quien compartir la pena...


Comentarios

Entradas populares de este blog

Burning night.

Voy falta de sueño, bueno de sueño y de muchas otras cosas, y puede que eso nuble mi entendimiento, como la solteras nublan el entendimiento de Carlos Baute y lo dejan colgado no precisamente en sus manos cada tarde en esa cosa que se parece a un programa pero que la verdad no acabo de entender muy bien que es y que se llama ELÍGEME. ¿Pero Carlos Baute no prefería a los estibadores portuarios? Siempre lo había creído así pero viendo como desnuda con la mirada a las mocetonas que entran en su plató tengo una duda más que considerable al respecto. En fin a lo que íbamos que tengo la cabeza un poquito atolondrada (ufff esta palabra que acabo de usar era la favorita de la Hermana María, mi profe de mates de 8º EGB, así de repente me ha venido un flash de su imagen a la cabeza, no os digo que no estoy fina...) y puede que eso haga que ande un poco monotemática, pero tenéis que perdonarme, I'm happy, so happy, y no se me puede aguantar, I know. Y es que esta noche... VAMOS A QUEMAR MESTA...

Latitud: 43.31432 | Longitud: -1.877187 Altitud: 16 metros

Te hablo de unas coordenadas. Te hablo de un punto en el mundo. En la tierra. Un punto de inflexión en mi vida. En tu vida. En la nuestra. Y un día de abril por la tarde dimos el paso. Ahora ya no hay marcha atrás. Hace 12 años que mi corazón late más fuerte de lo normal. A veces lo hace a un ritmo pausado pero cuando te siento mi pulso se acelera y ya no hay marcha atrás. No había sido mujer de flirteos jamás. De hecho creo que no sé flirtear. Y me ha desconcertado siempre que alguien intente flirtear conmigo. Pero recuerdo cuando tú empezaste a hacerlo conmigo tan directamente, en aquel entorno virtual que ahora me parece lejano y confuso. Tocaste mi fibra sensible hablándome de lo que sabes que me apasiona, el cine. Y quise huir. Me resistí. Sabía que no estaba bien. Pero qué es lo bueno y lo malo? Cómo puede ser malo algo que te hace sentir feliz?  La distancia fue una bendición para salvar el peligro que suponía sentirme tan atraída por ti. Una vez nos acercamos...

Premio!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Justo ayer me quejaba de que nadie nunca da premios a mi blog, y esta mañana Elena de Educando a cuatro me ha concedido el primero... aisss qué contenta estoy!!!!!! Gracias millones!!!! Y para cumplir con el protocolo correctamente debo contaros siete cositas de mí: 1. Vivo en Cataluña, en las maravillosas Terres de l'Ebre, pero soy mañica 100%. 2. Soy culé, muy culé, me encanta el fútbol, lo vivo con pasión, soy de las que se muerde las uñas y se pone nerviosa con los partidos importantes. 3. Adoro viajar, ahora no puedo hacerlo tanto como me gustaría, pero espero poder seguir haciéndolo en cuanto mi hijo o futuros hijos crezcan y si la economía me lo permite claro... jeje!! De los sitios que ya he visitado sólo a tres quiero volver, Donosti, Menorca y Londres, cada uno por distintas razones. 4. Me encanta hacer TOP 5 como al prota de Alta Fidelidad de Nick Hornby, aunque a veces me cuesta decidirme qué o quienes merecen estar en ese "podio" especial. 5. Soy muy vaguet...