Ir al contenido principal

El año del único propósito.

Trabajo, Navidades, más trabajo, mil excusas para volver a tener abandonado mi blog... Pobrete siempre lo paga él!

Pero bueno ya estamos finiquitando el enero de este 2015 que he intentado empezar lo más positiva posible. Si algo estoy aprendiendo ahora que merodeo los cuarenta es a ver el lado bueno de las cosas sí o sí, sin elección, porque si no estoy bien conmigo misma nadie lo va a hacer por mí. Así que mi propósito para este 2015 no es otro que justo éste.

Ni me he puesto a dieta, como ha hecho todo hijo de vecino, aunque debería supongo, jeje, ni he empezado a ser una maravilla de runner, ni me he propuesto aprender chino, nada, simplemente sonreír y ser positiva, estar bien con los míos, y sé que si adopto esta posición me irá mejor en cada una de las facetas de mi vida, seguro!

Tengo un marido maravilloso que aunque está pasando una época dura por culpa de la falta de trabajo sigue siendo igual de maravilloso. Tengo un par de hijos por los que babeo cada día y por los que peleo duro para que sean lo más felices posible. Ese es el motor que me mueve cada mañana sin duda. Y bueno todo lo demás es accesorio, está ahí y a veces me da alegrías y otras penas, pero la verdad es secundario y así lo interpreto.

¿Y qué propósitos os habéis hecho vosotros?






Comentarios

Entradas populares de este blog

No pudo ser.

Breve post para contaros que se ha interrumpido involuntariamente mi deseado embarazo. Volveré cuando esté un poco mejor... Ahora no tengo palabras.

Despertar de nuevo...

Abro los ojos de nuevo al mundo, despierto de una especie de ensoñación o pesadilla más bien, donde el mundo, mi mundo, se estaba desmoronando. Miro hacia mi alrededor y todo sigue bien. Mi sobrino es un bebé sano y regordete que no necesita estar conectado a una máquina y puede salir a pasear cada día por la calle. Nadie lleva mascarilla. No ha habido una avalancha de muertes inesperadas. Puedo abrazar a mi amiga después de un día duro para darle ánimo y nadie me mirará con cara de reprobación. Puedo planificar mi próxima escapada a un concierto, o mi próximo viaje, y no necesitaré un PCR negativo. No hay toque de queda. Puedo ver salir el sol. Comer una hamburguesa en la calle está bien. Hacerlo en una terraza también. No conozco el concepto distancia social. Lo más hidroalcohólico que tengo es el último gin tonic que tomé el sábado pasado. No hay pandemia. Y no he cometido ningún estúpido error. No he visto la cara B de la vida y no quiero verla.  Pero desde mayo tengo una sonrisa 

Burning night.

Voy falta de sueño, bueno de sueño y de muchas otras cosas, y puede que eso nuble mi entendimiento, como la solteras nublan el entendimiento de Carlos Baute y lo dejan colgado no precisamente en sus manos cada tarde en esa cosa que se parece a un programa pero que la verdad no acabo de entender muy bien que es y que se llama ELÍGEME. ¿Pero Carlos Baute no prefería a los estibadores portuarios? Siempre lo había creído así pero viendo como desnuda con la mirada a las mocetonas que entran en su plató tengo una duda más que considerable al respecto. En fin a lo que íbamos que tengo la cabeza un poquito atolondrada (ufff esta palabra que acabo de usar era la favorita de la Hermana María, mi profe de mates de 8º EGB, así de repente me ha venido un flash de su imagen a la cabeza, no os digo que no estoy fina...) y puede que eso haga que ande un poco monotemática, pero tenéis que perdonarme, I'm happy, so happy, y no se me puede aguantar, I know. Y es que esta noche... VAMOS A QUEMAR MESTA