Y no paramos de encontrarnos mocos por todos lados. Hoy mi post tendrá un tono poco habitual en mí pero es que la circunstancia que os contaré me ha provocado un profundo malestar y necesito contarlo.
I. trabaja en mi empresa ocupando un cargo directivo. Yo fui su antecesora pero la complejidad del puesto y la presión del mismo hizo que decidiera dejarlo yo por mi propia voluntad al cabo de cierto tiempo. Además quería ser madre y sabía que con un trabajo así no podría ni reducirme la jornada ni disfrutar de mi hijo como ahora hago. Dejé de cobrar un maravilloso sueldo pero empecé a vivir una maravillosa vida al regresar a mi cargo anterior, con cierta responsabilidad sí, pero no tanta.
Pasó el tiempo e I. hizo una gran labor en ese puesto, todo el mundo estaba contento, y yo que la había recomendado como mi sustituta aún me sentía mejor, más orgullosa de mi decisión. Hizo cambios drásticos en el departamento y los hizo con contundencia pero aportando un tono social que me gustó mucho. Imagino que tanto esfuerzo le hizo mella y hace un año más o menos una baja por ansiedad la mantuvo lejos del mundo laboral durante un par de meses. Volvió con el ánimo renovado pero con un cierto "pasotismo" respecto al trabajo. Yo no pretendo decir que el trabajo se deba tomar como algo tremendo ni nada de eso. El trabajo hay que valorarlo en su justa medida y responsabilidad. Por eso la apoyé en su vuelta a la rutina encantada comprendiendo que aquella actitud era tal vez fruto del malestar vivido antes y durante su baja médica.
Poco a poco personal de su entorno me manifestaban que aquel "pasotismo" lejos de diluirse se agravaba con los meses. Finalmente aquella actitud influyó gravemente en la marcha del departamento y el consejo de dirección de la empresa decidió relevarla de sus funciones a finales de este año para pasarla a organizar un nuevo proyecto de la entidad, proyecto que según sus propias palabras le entusiasmaba mucho.
En aquel momento tuve un mal presentimiento pero me lo callé.
A finales de febrero el consejo de dirección en una reunión con ella le exigió resultados del nuevo proyecto, porque habían constatado que I. en lugar de trabajar en lo que le tocaba se dedicó a aferrarse como una garrapata a su anterior puesto dejando de lado los quehaceres que le habían establecido a finales del año pasado.
Como la reunión fue tensa ella salió "tocada" de la misma, pude cruzarmela en el pasillo y vi sus ojos apuntando lágrimas. Cuando le pregunté qué sucedía me dijo que nada pero enseguida supe qué había sucedido entre aquellas paredes.
Si eso fue un lunes el martes llegó su baja médica a recursos humanos. Motivo de la misma, otra vez ansiedad. Yo no respiré al respecto y traté de ser cautelosa pero como el mundo es un pañuelo aquel mismo sábado alguien ajeno a toda esta historia captó una instantánea suya en el Carnaval de Sitges, instantánea que sería colgada en el muro de Facebook del fotográfo pocas horas después de haber sido realizada. En la foto I. salía muy sonriente y feliz, vamos que cara de ansiedad poca, y para ansiedad la que nos dió a las personas de la empresa que contemplamos ayer por la mañana la foto de pura casualidad.
Mi conclusión, puede que no estés a gusto en tu trabajo, puede que te veas desbordada, pero creedme al menos en mi empresa si gritas socorro acuden en tu ayuda. Ya sé que no es lo habitual puede que ésta sea una ventaja de trabajar en el sector social, no sé. Si ves que no puedes pide ayuda leñes, yo lo hice, I. vió cómo lo hice yo en su momento. Creo que ella podría haber sido más franca y no "huir" de la realidad con una baja médica que primero seguro que fue real pero ahora tengo constancia de que no lo es.
Así nos va en este país. Los médicos dan bajas a diestro y siniestro y aquí no pasa nada. En fin que el tema me tiene indignada.
I. trabaja en mi empresa ocupando un cargo directivo. Yo fui su antecesora pero la complejidad del puesto y la presión del mismo hizo que decidiera dejarlo yo por mi propia voluntad al cabo de cierto tiempo. Además quería ser madre y sabía que con un trabajo así no podría ni reducirme la jornada ni disfrutar de mi hijo como ahora hago. Dejé de cobrar un maravilloso sueldo pero empecé a vivir una maravillosa vida al regresar a mi cargo anterior, con cierta responsabilidad sí, pero no tanta.
Pasó el tiempo e I. hizo una gran labor en ese puesto, todo el mundo estaba contento, y yo que la había recomendado como mi sustituta aún me sentía mejor, más orgullosa de mi decisión. Hizo cambios drásticos en el departamento y los hizo con contundencia pero aportando un tono social que me gustó mucho. Imagino que tanto esfuerzo le hizo mella y hace un año más o menos una baja por ansiedad la mantuvo lejos del mundo laboral durante un par de meses. Volvió con el ánimo renovado pero con un cierto "pasotismo" respecto al trabajo. Yo no pretendo decir que el trabajo se deba tomar como algo tremendo ni nada de eso. El trabajo hay que valorarlo en su justa medida y responsabilidad. Por eso la apoyé en su vuelta a la rutina encantada comprendiendo que aquella actitud era tal vez fruto del malestar vivido antes y durante su baja médica.
Poco a poco personal de su entorno me manifestaban que aquel "pasotismo" lejos de diluirse se agravaba con los meses. Finalmente aquella actitud influyó gravemente en la marcha del departamento y el consejo de dirección de la empresa decidió relevarla de sus funciones a finales de este año para pasarla a organizar un nuevo proyecto de la entidad, proyecto que según sus propias palabras le entusiasmaba mucho.
En aquel momento tuve un mal presentimiento pero me lo callé.
A finales de febrero el consejo de dirección en una reunión con ella le exigió resultados del nuevo proyecto, porque habían constatado que I. en lugar de trabajar en lo que le tocaba se dedicó a aferrarse como una garrapata a su anterior puesto dejando de lado los quehaceres que le habían establecido a finales del año pasado.
Como la reunión fue tensa ella salió "tocada" de la misma, pude cruzarmela en el pasillo y vi sus ojos apuntando lágrimas. Cuando le pregunté qué sucedía me dijo que nada pero enseguida supe qué había sucedido entre aquellas paredes.
Si eso fue un lunes el martes llegó su baja médica a recursos humanos. Motivo de la misma, otra vez ansiedad. Yo no respiré al respecto y traté de ser cautelosa pero como el mundo es un pañuelo aquel mismo sábado alguien ajeno a toda esta historia captó una instantánea suya en el Carnaval de Sitges, instantánea que sería colgada en el muro de Facebook del fotográfo pocas horas después de haber sido realizada. En la foto I. salía muy sonriente y feliz, vamos que cara de ansiedad poca, y para ansiedad la que nos dió a las personas de la empresa que contemplamos ayer por la mañana la foto de pura casualidad.
Mi conclusión, puede que no estés a gusto en tu trabajo, puede que te veas desbordada, pero creedme al menos en mi empresa si gritas socorro acuden en tu ayuda. Ya sé que no es lo habitual puede que ésta sea una ventaja de trabajar en el sector social, no sé. Si ves que no puedes pide ayuda leñes, yo lo hice, I. vió cómo lo hice yo en su momento. Creo que ella podría haber sido más franca y no "huir" de la realidad con una baja médica que primero seguro que fue real pero ahora tengo constancia de que no lo es.
Así nos va en este país. Los médicos dan bajas a diestro y siniestro y aquí no pasa nada. En fin que el tema me tiene indignada.
Comentarios
Lo malo de estos casos es que al final acaban pagando justos por pecadores.
La gente tiene mucho morro y en la calle hay mucha gente deseando trabajar.
Y por otro lado es que hay que tener mucho cuidado con lo que se cuelga en el facebook, que lo ve cualquiera!!!
Y lo peor de todo, es que ella solita se está haciendo el daño. Lo siento de veras por ella.
Comprendo tu malestar porque tú fuiste honesta y renunciaste abiertamente al cargo, en cambio ella, se queda con el puesto, con el sueldo, y con la baja.
Qué chapuceros los catalanes. A una andaluza no la pillarían tan fácilmente. En mi tierra, esto de las bajas médicas es un arte que se lleva en los genes, se cultiva y se perfecciona.
Bah, principiantes...
Y lo que cuentas, además, se añade a lo que vengo pensando desde hace algún tiempo. Yo cuando era crío y hacía alguna trastada lo que pretendía era que no me pillaran. De adulto, ya no hago trastadas, pero imagínate que pienso lo mismo. Ahora no. Ahora la gente se enorgullece además públicamente de tomarle el pelo a los demás. De darse publicidad, de no ocultarse lo más mínimo.
Mira justo a colación de lo sucedido ayer me comentaba una amiga que estuvo hace pocos días de viaje por Marruecos que se había topado con dos parejas en su hotel que presumían de estar casi dos años ya de baja en sus empresas. Ver para creer!!
Conozco a una chica que tuvo una depre bastante gorda. LA conozco y "creo" que sé que es cierto Xque vi casi su día a día de cerca.
La psicóloga le recomendó que fuera a la pelu, que se cuidara que saliera, etc.
LA empresa por una compañera se enteró y la echaron.
Fueron a juicio y perdieron xq la psicóloga declaró que todas aquellas acciones habían sido recomendadas para que la paciente fuera hacía delante.
Es decir, lo que le recomendaron fue que saliera, que disfrutara y que se relajara.
Que quedarse en casa es contraproducente y empeora las cosas.
Con eso no quiero decir que esta chica diga la verdad o mienta. A mi es a la primera que me indignan esas cosas y que siempre lo he criticado hasta la saciedad, xq yo soy la primera que ido a currar mala muuuuchas veces (x gili).
Pero desde que vi lo que pasó con esta chica, intento ver todo desde todos los prismas.
En lo que sí la veo culpable es en no haber sabido parar las cosas a tiempo y pedir ayuda en su momento. Eso también hay que saber hacerlo.