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Mostrando entradas de marzo, 2007

Jornada "pasa-marrones".

Hoy viernes 30 de marzo un elevado porcentaje de los trabajadores de mi empresa tomaban vacaciones, sí efectivamente, la semana que viene quedaremos dando el callo en días salteados sólo algunos tontos, entre los que por supuesto me incluyo yo. La verdad es que no sé como me lo monto pero es realmente cierto que antes, cuando mis responsabilidades eran más limitadas, siempre tenía las vacaciones mejor puestas y ahora no sé que hago, pero es mirar mi calendario laboral y me da unas ganas de echar a correr llorando que no veas. Y no porque tenga pocos días, que tengo muchos, no voy a quejarme, mi convenio es bastante generoso, pero es que los tengo mal repartidos con lo que siempre suelo tener la sensación de que soy más pringada que el resto de la plantilla. Pero la cosa no viene por ahí. La cuestión va por otros derroteros. Y es que claro como aquí nos quedamos los que nos quedamos el día de hoy se convierte tradicionalmente (esto pasa igual antes de Navidad y a finales de julio) en el

Me gusta...

Me gusta siempre el lado izquierdo, mi pelo rizado, el sol de invierno, la armonía familiar, la magia de la complicidad, las toallas suaves, dormir boca abajo, leer por la noche, mi sofá, un paseo relajante en buena compañía, el zumo de naranja recién exprimido, desmontar argumentos, la tolerancia, la solidaridad, lo azul, el Matarraña, recordar a mi abuelo F., viajar, su mano por mi espalda, el cine que remueve, el Nespresso a media mañana, la isla, el olor de las cosas nuevas, las matemáticas, no madrugar, deducir, la luz mediterránea, enriquecerme con las relaciones, las ensaladas con infinitas posibilidades, escuchar mi MP3 tumbada en la playa con la brisa marina acariciándome, mis ojos verdes, la gente vital, el azar, la pasión por las pequeñas cosas, o por las grandes, la dedicación, la infusión a media tarde, recordar a mi abuela F., el mundo blogger, la televisión de calidad, las velas, los espacios con personalidad, la risa de los niños, la Coca Cola con mucho hielo en verano,

Comodín televisivo.

Mi comodín televisivo por excelencia es el CANAL COCINA y lo comparto con vosotros porque os lo recomiendo para esos momentos de estupor que todos de vez en cuando experimentamos repantigados en nuestro salón. Sí, imaginad la estampa, una servidora haciendo zapping tumbada en el sofá sin saber qué ver, en algún horario intempestivo o extraño en el que no suelo consumir televisión, pero ahí estoy yo, bostezando, aburrida, sin ganas de hacer cosas útiles y prácticas y con la cabeza perdida ante el catódico aparato. Canales, más canales y nada interesante a la vista, solución: CANAL COCINA. Sí, no me gusta cocinar, lo hago medianamente bien porque llevo independizada de mi adorable mamá muuuucho tiempo, y la experiencia siempre es una buena aliada para estas cosas, además me gusta comer bien y sano, pero ahora en casa el que se encarga habitualmente de esa sección es mi marido, a él le apasiona y se le da bien, así que no hay más discusión, los fogones son su área y la plancha la mía, cue

Before sunset.

"Nadie se puede reemplazar porque todos están hechos de detalles hermosos y específicos." Frases como ésta pueblan el brillante diálogo entre Jesse y Celine durante el transcurso de una tarde juntos en París, antes de que anochezca, antes de que él regrese a Nueva York junto a su mujer y a su hijo, tras pasar varios días por Europa promocionando su último libro. Un relato que cuenta una historia especial, su historia, la que él vivió una noche de 1994 en Viena, una única pero irrepetible velada en la capital austríaca junto a aquella deliciosa chica que ahora lo acompaña y que nunca ha podido olvidar, y que culminó con la promesa de otra cita, cita que el cruel destino no permitió que sucediera. Nueve años han transcurrido desde que se conocieron en aquel tren, nueve largos años desde que se tatuaron el uno al otro mutuamente en sus respectivos corazones, dejándose una huella imborrable que jamás ha podido ser reemplazada. Ni el tiempo ni otros amores lo han logrado. Él vive

Island.

Pasea, se evade, se pierde. Está allí. Justo donde quería estar, pero no como ella desearía. Anhela pertenecer a su mundo pero no puede. Lo roza, superficialmente, con las yemas de los dedos, por unos instantes, y luego se le escapa. Lo admira, es precioso, quiere quedarse, pero no puede. Hay tantas barreras construídas entre los dos. Muros fuertes e insalvables que jamás podrán ser derrocados. Las sentimientos son inmensos, como ese mar azul que ella ahora observa detenidamente, son muy grandes, demasiado, tal vez ni siquiera ella sea capaz de soportarlos, la presión es tanta que rompe a llorar. Llegó tarde, demasiado tarde. Querría tener el poder de manipular el espacio y el tiempo, como Hiro Nakamura en "Héroes", y cambiarlo todo para cumplir su sueño. Pero no tiene superpoderes. No los tendrá nunca. Esto no es un juego, esto no es un cómic, es su vida, su vida real. Así que se conforma pisando las calles que él pisa, buscando su rostro entre la multitud, notando la brisa

Mi viaje azul II.

Segunda y última parte de esta pequeña serie de posts dedicados a las tierras vasco-francesas que visité el pasado fin de semana. Ya véis que ando monotemática pero es que me encanta viajar, ojalá pudiera hacerlo más a menudo, pero el trabajo de mi chico nos impide tener todo el tiempo necesario para hacer las maletas con la frecuencia que desearíamos, así que cuando lo hago, dos o tres veces por año máximo, pues estoy varios días reviviéndolo de nuevo, saboreando el regusto que se queda en mi paladar del lugar que he visitado, y si además el destino me resulta tan especial, tan fascinante, tan absolutamente azul, como Donosti y sus alrededores, pues entonces el colocón se torna infinito, y a ver quien me baja a mí de esta nube ahora, pues nadie la verdad. Y es que explicadme cómo una no se va a quedar prendada de playas de aguas revueltas y contestatarias como las de Saint Jean de Luz. O decidme cómo alguien puede no desear quedarse a vivir en una de las majestuosas villas que puebla

Mi viaje azul I.

Era mi viaje azul, un viaje ansiado y muy esperado, y por fin el pasado fin de semana se hizo realidad, muchas razones tenía para visitar la ciudad donostiarra y sus alrededores pero una estaba por encima de todas. Y es que cualquiera que se acerque a verla ha de quedar completamente enamorado, la elegancia de sus paseos y sus edificios, sus playas, sus montañas, todo absolutamente deja al visitante completamente encantado y con ganas de volver. Yo todavía no me he recuperado de todas las sensaciones que aquella tierra me imprimió. Lástima que dispusimos de poco tiempo y el último día un temporal considerable nos obligó a irnos más pronto de lo previsto, aún así tuvimos la oportunidad de ver mucho y aquí en mi blog quiero dejar una pequeña muestra para que aquellos que aún no conocéis San Sebastián podáis disfrutar de algunos pedacitos robados con la cámara por mí. En mi próximo post insertaré imágenes de algunas ciudades cercanas que también son realmente encantadoras. La plaza de la

Mis intros favoritas.

Llevo días con la idea en la cabecita de hacer un post sobre mis intros favoritas de series de televisión, que no siempre tienen por que coincidir con mis contenidos predilectos que quede claro, aunque suelen hacerlo la verdad. Y es que hay cabeceras que son verdaderas maravillas y que valen tanto o más que lo que va a venir después, sí, así que hoy intentaré mostraros en este post un pequeño resumen de las que a mí me hacen quedar embobada ante el televisor desde el primer instante en que la música suena. En primer lugar está uno de mis recientes descubrimientos, la intro de BIG LOVE, una serie que ya comenté hace poco en un post reciente y cuya historia me atrae bastante pero que tiene unos títulos de crédito que me alucinan, son tan bucólicos, evocan tanto ese concepto de familia que vende la serie que no puedes más que dejarte llevar por la magnífica música de los Beach Boys y su canción "God only knows". Juzgad vosotros mismos, yo hay semanas que hasta el lunes, cuatro d

Vasos comunicantes.

Intento constantemente no comunicar los vasos de mi vida, pero no lo logro. Sé que voy contra las leyes de la física, porque cuando uno lo tengo muy lleno, por el conocido experimento de los vasos comunicantes, el otro acaba llenándose por igual, y si uno sobresale, los otros van a sobresalir del mismo modo. He intentado construir muchos diques para evitar que eso me suceda, incomunicar mis vasos pero siempe hay alguna grieta que hace que esa barra de separación se rompa y los vasos se vuelvan a conectar entre sí. Pensé que con los años y con la experiencia lograría alcanzar el modo y la manera de que la construcción sea sólida, pero ni los años ni la experiencia me han dado aún la fórmula adecuada y yo sigo fracasando en mi empeño. Ayer volví a casa después de un día poco afortunado en el trabajo, la tempestad de la jornada anterior aún iba dando coletazos, sin ser supersticiosa, maldije el martes y 13, y a medida que iba de camino y me iba encargando de los pequeños recados de los qu

¡Malditos grises!

¡Maldita sea! Hoy me he dado cuenta de que he metido la pata en el trabajo pero hasta el fondo, fondo. Y yo que a veces tengo una confianza en mi misma que da asco he pensado al descubrirlo que no había problema, que yo iba a solucionar el marroncete solita, claro, como no. A medida que iba pasando el día y mis pensamientos retomaban el asunto una y otra vez, la cosa ya no la veía tan clara, se me iba ennegreciendo por momentos, y claro después de múltiples cavilaciones me he dado cuenta de que efectivamente esto no lo arreglo yo tan fácil como pensaba y que me va a tocar asumir la responsabilidad con un par, ya me entendéis. Y yo que había empezado el día tan bien, para ser lunes, claro, había amanecido con un presentimiento en mi cabecita muy bueno, uno de esos que te indican que tal vez un sueño personal está cada vez más cerca a hacerse realidad, y va y se me fastidia la jornada de esta manera, hoy que todo parecía que iba a ser blanco, se me ha teñido con tonos azabache, y aquí te

Querido Clint...

Querido Clint: Sabes que te admiro, llevo tanto tiempo rindiéndome ante cada uno de tus trabajos que tuve que nombrarte mi contador de historias favorito al final. Porque nunca me gustó decir, ésta es mi película favorita, o éste es mi director predilecto o aquel es el mejor actor para mí, nunca hay verdades absolutas en cuanto nos ponemos a parlotear de arte, porque es un campo demasiado subjetivo y lleno de matices y nadie puede afirmar que 2+2=4, nadie. Pero tú, sí tú, ya te digo ahora que has traspasado un barrera muy especial en mi subconsciente, es más, ya estás fijado a mi firmamento particular de estrellas que brillan con luz propia y lo más importante, que me hacen brillar a mí, y por eso hoy te escribo esta carta. Anoche mientras mi Barça se defendía a muerte ante un Real Madrid crecidísimo en el Camp Nou, yo sufría en silencio como siempre hacemos los culés sabes, y pensaba al mismo tiempo, cómo voy a irme a dormir ya después de un partido de infarto como éste. Así que recié

Sorpresa inesperada.

Lo ha sido. Sí. THE HOST ha sido una sorpresa inesperada para mí. Llevaba días viendo este trailer en el cine y pensando que tal vez se trataba de otra película de terror más. No leí absolutamente nada de ella. Ni críticas, ni sinopsis, nada. Ayer iba a ver CARTAS DE IWO JIMA, y por segunda vez hubo cambio de planes de último momento, había empezado ya hacía media hora, consulté mal el horario, y ante la taquillera y sin demasiada premeditación pronuncié: "Sala 6." Mi marido saltaba de alegría a mi lado, pensando para sus adentros (se le notaba en el semblante): "Por fin una de miedo!". Buscamos las butacas mientras él sorbía su Chupa Chup y yo desempaquetaba un Kit Kat blanco. Nos sentamos. Intercambiamos unas breves palabras y desconectamos los móviles mientras en pantalla los trailers de nuevos estrenos iban apareciendo en una sucesión infinita de imágenes a las que no prestaba ni un mínimo de atención. Dentro de mí una vocecilla me decía que con esta sarta de an

La última noche.

No llevaba ni dos horas en la ciudad, las justas para llegar con tiempo al hotel, dejar mi maleta y poder cenar tranquilamente algo ligero antes de acostarme. Convenía irme pronto a descansar para estar bien al día siguiente dado que el horario del curso que iba a realizar me iba a obligar a madrugar más de lo acostumbrado y el viaje había sido de lo más agotador. No tenía la esperanza de recibir noticias de él aquella noche, ya me había advertido con anterioridad la imposibilidad de encontrarnos en los tres días de mi estancia allí, pero no quería perder la ilusión, no quería obviar esa motita de esperanza que albergaba dentro de mí desde hacía semanas y que me decía que él me estaba mintiendo. En cualquier caso también sabía lo complicado que le resultaba poder verse conmigo, entendía sus circunstancias y me autoconvencía a mí misma que debía dejar de ser tan egoísta al respecto de la situación, pero me resultaba difícil, cómo iba yo a imponer mi cabeza a mi corazón, jamás lo había h

El "pongo".

Mi suegra me anuncia que se va de excursión a Montserrat con las amas de casa, tiemblo. Mi tía Avelina se embarca a un viaje del IMSERSO titulado "Conozca Europa en 7 días", tiemblo. Mi cuñada se va de vacaciones a Torremolinos, vuelvo a temblar. ¿Os sentís identificados? ¿Conocéis al tipo de temblores a los que me estoy refiriendo? Si tenéis el trastero lleno de jarrones y objetos variopintos diversos con el texto amorosamente inscrito de "Estuve en Toledo y me acordé de ti", bienvenidos al club, al selecto club del "pongo". Y qué es el "pongo" os preguntaréis en este mismo instante, pues el "pongo" no es más que aquel objeto extraño de dudoso gusto, o sea, friki que te mueres, que no pega ni con cola en la decoración estilo Ikea de vuestra recién adquirida vivienda con hipoteca de las de para "toa" la vida literalmente, y que el día que alguien con "cariño" os lo regaló vosotros os preguntastéis interiormente sin d

Reencuentros.

¡Qué bueno es recibir la llamada de alguien a quien aprecias muchísimo con la que has compartido momentos geniales en la facultad y fuera de ella anunciándote su próxima boda! Ayer justo me sucedió eso, eran casi las siete de la tarde y acababa de llegar a casa después del trabajo, después de un lunes que como otros tantos uno está más allá que acá, uno está más en babia que otra cosa, y más después de desconectar como lo hice yo este fin de semana en mi pueblo, aprovechando el buen tiempo, de la compañía de la familia, de los amigos y del sol que bañaba inusualmente las calles de marzo, pero que invitaba a pasear y a salir, y sobre todo a disfrutar. Vi tres llamadas perdidas en mi móvil de M.J., debió sonar mientras conducía, no me enteré. Tomo el móvil y leo un SMS suyo: "Eps nena no hay manera de hablar contigo, que nada que sólo quería decirte que .... ME CASO!!! Mmm nos hablamos.". Buff y tanto que nos hablamos, ahora mismo. A ver, devolver llamada. Ya está. Suena tres v

Mi tardío homenaje a Scorsese y varios asuntos cinéfilos más.

Ya lo hice cuando hablé de BILLY ELIOTT en un post anterior y vuelvo a hacerlo hoy en mi tardío homenaje - más vale tarde que nunca - a Martin Scorsese, reeditar una antigua crítica, escrita en mi espacio anterior, en este caso la de INFILTRADOS, y que la mayoría imagino no habréis leído. Quiero compartir pues la opinión que me generó el visionado de la oscarizada película del director neoyorkino y manifestaros que sigo manteniéndola, a pesar de los galardones obtenidos.... "Historia de una rata. Aprovechando este hueco festivo en mitad de la semana laboral aproveché para ir al cine a ver INFILTRADOS y me siento con la obligación de hablar de ella. Y es que he de confesar, otra vez confesando vaya, que he vuelto a creer en Martin Scorsese por fin. No pienso que pudiera incluirlo en mi lista de realizadores favoritos, pero desde luego es innegable que hay títulos de su carrera que son verdaderas hitos en la historia del cine, desde su contundente TAXI DRIVER, pasando por la delicio

Last night the TV saved my life.

Llevo una semana de lo más extraña, gripazo mezclado con mucho trabajo, pesadas reuniones, tiempo inusualmente estival, días que vuelan, fiebre, noches que sencillamente se esfuman, congestión nasal, regresiones cíclicas en mi estado anímico, mensajes alentadores, la verdad es que no tengo ni idea cómo definir este lapso de tiempo transcurrido entre el domingo y hoy viernes. Menos mal que afortunadamente hubo un momento en esta marabunta que compensó todo lo demás, a veces la magia que te proporcionan unos breves instantes lo suple todo, o al menos esa es la sensación que tengo… Pero no quiero hablar sobre ello. No, porque llegó ayer jueves, el maldito jueves, un jueves que por motivos laborales lo pasé en un estado permanente de shock, me sentí como en una maratón, debía llegar a la meta y no había excusas, no podía desfallecer, y llegué, y tanto que llegué, pasadas las nueve y media a casa, pero bueno, es lo que pasa cuando te ascienden, que ni de lejos se compensa el aumento de sue