Cuando algo me agobia mucho, estoy triste, ausente, agobiada, necesito desconectar de algún modo, y estos días os prometo que esta desconexión es de obligado cumplimiento por lo que ya os expliqué en el post anterior. Así que ayer por la noche me lié a actualizar el Iphone 4 de mi marido al sistema operativo IOS5. Entretenida estuve hasta las 00.30 de la madrugada y aunque estaba cansada disfrutaba tanto con mis movidas tecnológicas que ni me di cuenta de la hora que era. Sólo sé que mi socio roncaba desde hacía mucho rato en el sofá y que cuando lo desperté para ir a la cama me respondió como si estuviera en otra dimensión el pobre.
Y es que desde que hace más de año y medio adquirí mi Macbook he de reconocer que mi adicción al mundo Apple y la tecnología se ha acusado un montón. Desde siempre me ha gustado ser un poquito geek (aunque no tenga la inteligencia de Sheldon Cooper para mi desgracia), pero reconozco que con Windows la dificultad de manejarla bien hacía que muchas veces me cortara a experimentar sola por miedo a liarla parda. En el trabajo sigo aún con Windows, no creo que por mucho tiempo dado que mi jefe es un verdadero fan de Apple y ya estamos estudiando la manera de hacer la migración total a Apple. Pero en mi vida informática personal soy "applemaníaca" total. Y es que el verdadero mérito de Steve Jobs en mi humilde opinión ha sido acercar la tecnología al usuario. Creo que miraba sus gadgets desde los ojos de una persona sencilla de la calle para hacerla asequible a todos. Empatizaba tanto con todos sus futuros clientes que consiguió algo mágico, revolucionar el mundo informático sí, pero también engancharnos a sus productos por los simples, claros y fáciles que resultan. No me parece exagerado compararlo con genios de la altura de Einstein, Da Vinci o Mozart. Jobs ha cotidianizado la tecnología de una manera increíble y ha inyectado a nuestras vidas el concepto de la eficiencia tecnológica. Puede que Jobs des de el "mac" allá me haya abducido pero en los tiempos que corren no dejo de pensar en cuánta falta nos hace tener a más personas como él.
Y es que desde que hace más de año y medio adquirí mi Macbook he de reconocer que mi adicción al mundo Apple y la tecnología se ha acusado un montón. Desde siempre me ha gustado ser un poquito geek (aunque no tenga la inteligencia de Sheldon Cooper para mi desgracia), pero reconozco que con Windows la dificultad de manejarla bien hacía que muchas veces me cortara a experimentar sola por miedo a liarla parda. En el trabajo sigo aún con Windows, no creo que por mucho tiempo dado que mi jefe es un verdadero fan de Apple y ya estamos estudiando la manera de hacer la migración total a Apple. Pero en mi vida informática personal soy "applemaníaca" total. Y es que el verdadero mérito de Steve Jobs en mi humilde opinión ha sido acercar la tecnología al usuario. Creo que miraba sus gadgets desde los ojos de una persona sencilla de la calle para hacerla asequible a todos. Empatizaba tanto con todos sus futuros clientes que consiguió algo mágico, revolucionar el mundo informático sí, pero también engancharnos a sus productos por los simples, claros y fáciles que resultan. No me parece exagerado compararlo con genios de la altura de Einstein, Da Vinci o Mozart. Jobs ha cotidianizado la tecnología de una manera increíble y ha inyectado a nuestras vidas el concepto de la eficiencia tecnológica. Puede que Jobs des de el "mac" allá me haya abducido pero en los tiempos que corren no dejo de pensar en cuánta falta nos hace tener a más personas como él.
Comentarios
Todo un visionario Jobs. Chapeau por él.